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4 octubre, 2023

Delirio peligroso

El presidente Alberto Fernández defendió su gestión en la primera jornada del 59° Coloquio de IDEA  donde se refirió a las consecuencias de la pandemia, el posicionamiento del país a nivel internacional, además de lanzar críticas a la Justicia y a los candidatos presidenciales de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei.

«Somos el gobierno que más obras realizó desde la vuelta de la democracia y no hemos recibido una sola denuncia de corrupción», subrayó Fernández.

Ante empresarios que en muchas oportunidades lo cuestionaron, el jefe de Estado marcó los puntos altos de su gobierno y destacó que durante la pandemia «millones que la salud pública salvó a 9 millones de personas».

«Acá en la campaña nadie habla de la pandemia, que fue una catástrofe», afirmó el mandatario nacional, y habló del «daño psicológico que ha generado que muchas sociedades empiecen a tener conductas que antes no tenían».

Por supuesto su alusión fue tras ser sobreseído esta misma semana de la ‘fiestita’ de cumpleaños y otras tertulias que el mismo organizó en la residencia oficial de Olivos, mientras amedrentaba al grueso de la población con su investidura y prometía mano durísima para quienes quebrantaran la cuarentena y el confinamiento.

En ese momento del discurso, Fernández cuestionó la guerra de Rusia con Ucrania y recordó que le dijo a Vladimir Putin que no le parecía «razonable que después de una pandemia» se empezara una guerra.

Tampoco por supuesto recordó cuando el Kremlin a través del medio mas poderoso de Rusia le mandó un mensajito acusándolo de lucrar con esa misma guerra que ahora cuestiona. Sputinik condenó la zigzagueante diplomacia del presidente argentino que buscaba venderle el año pasado gas y alimentos a Europa. «¿Por unas monedas, lo que sea?», se preguntan en una durísima editorial.

El Presidente, en tanto, en su ataque de defensa, aseguró ante los empresarios de IDEA que «hay que terminar con la grieta» y criticó a quienes dicen que «el problema es que hay muchas universidades».

«En Argentina algunos candidatos dicen que no es verdad lo del cambio climático», resaltó Fernández también en referencia a Milei.

Un verdadero capítulo aparte de esta obra mala de teatro en que se han convertido las opciones electorales, donde lo único que faltaba es que a los delirios de Milei, le respondan los delirios de Alberto.

En otro pasaje de su mensaje, el jefe de Estado apuntó duro a la Justicia, al indicar que «funciona mal». (Chocolate por la noticia! pensaron para sus adentros algunos privados mientras tanteaban sus tarjetas y billeteras)

«En todos los intentos que hicimos para mejorar la justicia fracasamos, porque la justicia está colonizada. Es el único de los tres poderes del estado es el que no ha tenido revisión», dijo Fernández, que precisamente viene de firmar para reestablecer en su cargo a la jueza jubilada que es el principal tapón para que avancen las causas sobre el origen de la cadena de Hoteles de su vice, Cristina FK.

Ese fue uno de los momentos en los que en el auditorio, que estaba completo, se escucharon murmullos, mientras algunos intentaban acallarlos. Es que el nivel de delirio político había entrado en un estadio casi insoportable para cualquier sano mortal.

«El problema es que hoy lo podemos padecer nosotros, pero otro día lo pueden padecer ustedes, ese es el problema de la justicia colonizada», enfatizó Fernández. Y agregó: «Nosotros no tenemos ningún operador ante la Justicia. Hemos prohibido la inteligencia interna (sic). Mientras hay gente que anuncia que escuchará las conversaciones entre abogados y defensores, nosotros sacamos a todos los servicios de inteligencia». Otro furcio considerando la avanzada sobre teléfonos de un legislador y su equipo por sospechas de haber opinado sobre el atentado a Cristina. Del mismo modo que la intervención a los teléfonos de los Copitos y tantos otros.

La presentación de Alberto otra vez aportó poco y restó mucho al denodado esfuerzo que está haciendo Massa para que el electorado resguarde la figura del Presidente, pero pase la hoja y se olvide que vinieron de los barcos, como Insaurralde.