7 enero, 2022
Frente a los cuestionamientos de organizaciones ambientales, el instituto salió a defender la iniciativa con números concretos sobre su historial en la Argentina.
Con el ejemplo cercano de la caída del proyecto minero en Chubut por los cuestionamientos ambientales, en el sector petrolero decidieron tomar otra actitud y salir a dar el debate frente a los reclamos por la aprobación de la exploración en el mar argentino.
La bandera fue tomada por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), uno de los más prestigiosos por su nivel de estadísticas, que justamente basó su argumentación en la amplia experiencia del país en el offshore sin que se hayan producido grandes incidentes.
“La Argentina busca hidrocarburos en su mar desde hace más de 90 años. Desde entonces, se han perforado 187 pozos en el lecho marino y se han producido algunos hallazgos de interés, sin incidentes ambientales significativos”, subrayaron.
El caso más destacado es el de la Cuenca Austral, la segunda en importancia en el país en la ventana del gas natural que, con sus 36 pozos operativos offshore, representa el 17% del gas que produce Argentina.
“Esto es muy importante, porque más de la mitad de la energía que consume la Argentina es gas natural. Incluso en tu casa, la calefacción y la cocina utilizan este insumo, que es, por lejos, el más limpio de los combustibles fósiles. El 70% de la electricidad también se produce con gas”, indica el think thank, cuya visión sobre la transición energética es que no tendrá éxito sin un gran crecimiento de este hidrocarburo.
“No es cierto que en el corto plazo puedan ser reemplazados con energías renovables. La creencia de que las llamadas “energías limpias” son la solución al problema es un mito, divulgado en forma irresponsable. Estas fuentes son valiosos complementos, pero con serias limitantes técnicas e impactos ambientales de los que no se habla. El primero es la intermitencia. No hay forma de garantizar aún el abastecimiento solo a base de energías renovables. Los paneles solares y los aerogeneradores requieren la intensificación de actividades extractivistas y no renovables, como la minería”, dicen.
Según los datos del IAPG, desde 1960 se han registrado unos 50.000 km de sísmica en las costas bonaerenses y se perforaron 18 pozos sin ningún tipo de desastre ecológico.
Respecto a los recientes permisos en particular, aclaran que la exploración se llevará a cabo en zonas muy alejadas de la costa, a cientos de kilómetros, en donde el mar puede alcanzar profundidades de hasta 4000 metros.
“Decir que las operaciones se harán en las costas bonaerenses es relativo y hasta tendencioso. El punto más cercano a Mar del Plata, de hecho, son 307 kilómetros, tan lejos de la localidad balnearia como Brandsen, por ejemplo. Nadie en Mar del Plata verá plataformas ni petróleo”.
El documento hace hincapié en el impacto positivo que podría generar en la economía de la ciudad portuaria y cita el ejemplo de Río de Janeiro, Brasil, donde gracias al descubrimiento denominado Presal, la “Cidade Maravilhosa” pasó a tener más recursos provenientes de la industria petrolera que del turismo, sin que el paisaje de sus playas se vea alterado.
“Los países más proteccionistas del mundo tienen actividad offshore por los beneficios que reporta. Y no prohíben: regulan. Hablar de bombardeos acústicos, del fin de la vida en el Mar Argentino y de “ciento por ciento de posibilidades de derrames” es pseudociencia, y solo demuestra el escaso nivel técnico científico y la irresponsabilidad de quienes difunden este tipo de información”, concluyen.
*EOL/by Fernando Heredia