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18 agosto, 2022

‘Debate gordo’: un proyecto de Ley busca limitar las reelecciones indefinidas de los sindicalistas

El proyecto ingresado en la Cámara de Diputados propone que sólo habrá derecho a una reelección consecutiva en los Sindicatos en mandatos de hasta cuatro años, y para una nueva postulación se tendrá que dejar pasar el intervalo de un período.

‘Debate gordo’: un proyecto de Ley busca limitar las reelecciones indefinidas de los sindicalistas

La diputada María Eugenia Vidal presentó la Ley de Transparencia Sindical, un proyecto que regula la reelección de los líderes sindicales, cuyo mandato, de acuerdo con la propuesta, no podría «exceder los cuatro años», con el derecho de ser reelectos por única vez. De este modo, la líder de Juntos por el Cambio puso en duda la transparencia de las organizaciones gremiales debido a los «constantes y eternos mandatos ininterrumpidos de dirigentes sindicales».

propuesta se dio a conocer un horas antes de la masiva movilización convocada por las centrales sindicales más importantes del país para este miércoles.

En concreto, la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y otras agrupaciones, como la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona), se movilizarán desde el Obelisco porteño hasta el Congreso, para repudiar a «los formadores de precios y la especulación».

La propuesta de Vidal exige la modificación del artículo 17 de la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales. Del mismo modo que la legisladora se opuso a la reelección indefinida de intendentes, el proyecto recientemente formulado tiene por objeto limitar las reelecciones indefinidas de los lideres sindicales, lo cual exigiría a su vez la presentación de las declaraciones juradas cada año de todos los integrantes de la comisión directiva.

«Los mandatos no podrán exceder de cuatro (4) años, teniendo derecho a ser reelegidos por una única vez. Si han sido reelectos no pueden ser elegidos para el cargo, sino con el intervalo de un período. El mandato será considerado como tal, al transcurrir un (1) año de ejercicio», propone el Artículo 1° de la Ley de Transparencia Sindical.

Los puntos claves

* Un dirigente gremial sólo tendrá derecho a una reelección consecutiva en mandatos de un máximo de cuatro años cada uno, y recién podrá volver a postularse (y eventualmente acceder a un nuevo mandato) cuando deje pasar el intervalo de un período.

* El mandato será considerado como tal al transcurrir un (1) año de ejercicio», especifica el texto, y además indica que «el mandato en curso al momento de la sanción de esta ley es considerado como el primero».

* Se exigirá la presentación de las declaraciones juradas cada año de todos los integrantes de la comisión directiva.

* La primera presentación debe efectuarse en un tiempo no mayor a los 30 días hábiles desde la asunción en el cargo.

* Deberá respetarse un cupo femenino mínimo del 30% para cargos electivos o representativos de las asociaciones sindicales.

“Tenemos que avanzar en un proceso de modernización de la ley de asociaciones sindicales, todos aquellos que manejan los destinos y administran recursos de las organizaciones deben presentar sus declaraciones juradas, debemos transparentar esta situación”, manifestó Vidal.

Los diputados que respaldaron a Vidal con su firma en el proyecto son Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo, Juan Manuel López, Ricardo López Murphy, Marcelo Orrego, Maximiliano Ferraro, Karina Banfi, Diego Santilli, Alejandro Finocchiaro, Paula Oliveto, Gabriela Besana, Martín Tetaz, Soher El Sukaría, María de las Mercedes Joury y María Luján Rey.

 

Fundamentos del proyecto

«Son incontables las razones existentes que ponen en duda el accionar de la dirigencia sindical. Desde la utilización de la fuerza por fuera de las garantías constitucionales pasando por la dudosa administración por parte de los líderes de los gremios, hasta los constantes y eternos mandatos ininterrumpidos de dirigentes sindicales», fundamentó la legisladora.

El proyecto se apoya a sí mismo en relevamientos llevados a cabo por consultoras para detectar la imagen que los argentinos tienen acerca de las organizaciones sindicales: «Según una encuesta llevada a cabo en 2017 por la consultora Giacobbe y Asociados, el sindicalismo argentino tenía un 81,6% de imagen negativa. Según el informe, “corruptos” fue la palabra con la que la mayoría de los encuestados asociaron a los dirigentes gremiales», se detalla en los Fundamentos de la Ley de Transparencia Sindical.

«En marzo de 2021, la consultora Innovación, Política y Desarrollo (IPD) demostraba que la situación se ha mantenido, con un 79,6% de encuestados que declararon no tener nada de confianza en los sindicatos argentinos», argumenta la creadora del proyecto.

 

Atornillados- La permanencia de los líderes sindicales en sus cargos y la falta de renovación en las estructuras trabajadoras es un reclamo de larga data de bases y sociedad. Fuente: 4/Semanas con datos de 2018

Un poder en paralelo y ‘atornillado’

El tema del rol del sindicalismo y los mandatos es un debate de arrastre en el país. Para muchos, el modo ‘cómplice’ de contribuir al poder ‘en las sombras’ y la permanencia vitalicia en el manejo sectorial no ayudan a la calidad democratica criolla. Sin embargo, se ha venido sosteniendo el statu quo desde merced a la connivencia con el populismo.

Actualmente con la alianza gobernante del FdT, desde 2020 y hasta este año el gobierno de Alberto Fernández, a través de la Secretaría de Trabajo se fueron disponiendo diversas postergación de los procesos electorales en los sindicatos argumentando restricciones por pandemia u otras excusas, advertidas por los mismos trabajadores representados.

Las medidas alcanzaron en 2020 y 2021 a «los miembros de los cuerpos directivos, deliberativos, de fiscalización y representativos de las asociaciones sindicales, federaciones y confederaciones registradas ante la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales y los mandatos de los delegados de personal, comisiones internas y órganos similares”

El reclamo de las bases expuso que resultaba sintomático que cuando prácticamente todas las actividades habían vuelto a funcionar, se siguieran postergando las elecciones gremiales, teniendo en cuenta que en mayoría de los gremios los trabajadores ya concurrían a sus lugares de trabajo, donde también se vota.

«Si bien las centrales y sindicatos pueden postergar sus comicios, también es evidente que el gobierno intenta allanarle la tarea a una burocracia que está garantizando el ajuste, ahora con el promocionado ‘acuerdo de precios y salarios’, que para la clase obrera no significará otra cosa que un techo paritario para consolidar la caída salarial. La burocracia sabe que entre las bases crece la bronca y no quiere arriesgarse a perder posiciones, en especial en los cuerpos de delegados y las comisiones internas, los puestos gremiales más sensibles al humor de los trabajadores», advertían desde la Izquierda Diario.

«Además del Consejo Directivo de la CGT, otros veinte gremios debían llamar a elecciones durante el periodo exceptuado por el decreto del gobierno: Héctor Daer (Sanidad), Luis Barrionuevo (gastronómicos), Antonio Caló (UOM), Rodolfo Daer (Alimentación), Amadeo Genta (municipales porteños), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), y Omar Maturano (La Fraternidad), entre otros. Algunos de ellos, como el caso de Caló, quien en seccionales como Campana, Villa Constitución o Avellaneda es cuestionado por las bases descontentas por despidos y bajos salarios, podrán usar el tiempo para aplacar el malestar de las bases que han promovido acciones por fuera del amparo del gremio. Otro caso similar es el de Armando Cavalieri (Comercio) una de las ramas dónde el empleo fue más golpeado durante el 2020 y lo que va del año y a quien además de la ofensiva interna alentada por la familia Moyano, le han surgido diversos espacios de trabajadores autoconvocados que reclaman desde abajo un cambio de mando en una dirección burocrática enquistada desde hace más de tres décadas. En algunos gremios Moyano ha montado una oposición que disputa el mando de los sindicatos, como UTA o ATILRA. Pero no se trata de una disputa entre dos políticas diferentes, porque en el fondo toda la burocracia está comprometida con la política del gobierno, sino una interna al interior de la burocracia por comandar la CGT».

 

*NA/PC