16 mayo, 2022
Alberto recorrió tres países en cuatro días, contactó a cuatro líderes y vendió cinco recetas en las que la Argentina sería el ‘condimento’ ideal para ayudar a la Europa de posgerra. El resultado inmediato: Rusia ya lo considera un «traidor» según la agencia oficial Sputnik.
Por Trivia Demir
No está claro como la buenas intenciones pueden terminar en desastre diplomáticos, pero ejemplo de ellos hay miles en la historia de la Humanidad.
En nuestro generoso paisito una de las características criollas es largar recetas como si se trataran de consejos de don Segundo Sombra. Y precisamente eso, ‘sombra’ es lo que no llegan a hacer, aunque sí oscurecer perspectivas y complicar escenarios.
Alberto Fernández otra vez dió uno de esos pasos de ballet donde no está claro el remate y entonces queda como pirueta en el aire al decir de los coreógrafos expertos de la política internacional.
El itinerario le permitió tomar distancia de la interna gobernante y buscar volúmen político en el codeo con los líderes mundiales, pero dejó una estela confusa en las relaciones internacionales del país, y un cálculo de ‘daños’ en su nuevo posicionamiento, poco más que difuso, y que podría acarrear una nueva batalla interna con Cristina.
En un viaje relámpago que duró cuatro días, el Presidente pasó por tres países clave como son Alemania, España y Francia acompañado por cinco funcionarios: el canciller Santiago Cafiero; los secretarios de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca; de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y la portavoz Gabriela Cerruti.
Se reunió algunas horas en España con Pedro Sánchez y con el rey Felipe VI de Borbón, con el canciller Olaf Scholz y con el recientemente reelecto presidente francés Emmanuel Macrón.
Todos los encuentros con los líderes europeos estuvieron de manera excluyente atravesados por la temática de la guerra de Rusia en Ucrania, y por el presunto reacomodamiento mundial que ocasiona el conflicto.
En concreto, los analistas apuntan a que Alberto acercó cinco propuestas a Europa, mostrándose como líder sudamericano y tratando de ‘vender’ proyectos nacionales para hacer frente a las ‘necesidades’ de Europa en el marco de la guerra. Un paso que quiera o no suena a aprovechamiento del conflicto, y termina colisionando con objetivos de Rusia, que al fin al cabo se defiende de las sanciones de la OTAN contraatacando económicamente. Bueno…, ahi se fue a meter Alberto con una ‘espadita de copetín’, al decir de un crudo camporista sureño.
Oficialmente insistieron en que al Presidente no le gusta utilizar la palabra «oportunidad económica» en el caso de los negocios que podrían abrirse para la Argentina como consecuencia de la guerra Rusia-Ucrania, pero de manera diplomática en eso consistió básicamente la gira con las 5 ‘gangas’ ofrecidas como al pasar.
Según un pormenorizado análisis de Martín DiNatale desde El Cronista, surgen que esas propuestas incluyeron:
1 – Gas de Vaca Muerta: explicó a sus interlocutores la idea de extender el gasoducto de Vaca Muerta en Neuquén para suministrar gas en los próximos años. Los líderes de España y Alemania se mostraron interesados en sumarse con inversiones en este proyecto, teniendo en cuenta que el faltante de gas o petróleo de Rusia será por largo plazo. «Argentina puede sacar partido, porque tenemos la segunda reserva de gas no convencional del mundo y podríamos vender gas licuado a Europa. Pero no es bueno que esto suceda a causa de una guerra», destacó Alberto
2- Fertilizantes para Alemania: desde que empezó hace más de dos meses la invasión de Rusia en Ucrania y las sanciones económicas a Moscú de la Unión Europea y Estados Unidos surtieron efecto, uno de los insumos que más escasean en el mundo y que complican la actividad agrícola son los fertilizantes. Rusia era un importante proveedor mundial: y la Argentina intentará ampliar la producción para aprovechar la oportunidad. Alberto le planteó a Scholz la posibilidad de ampliar la producción de fertilizantes con inversiones de Alemania.
3 – Hidrógeno verde para reemplazar petróleo: Alberto habló extensamente de este tema con Sánchez y Scholz. Y en su paso por París mencionó que «Argentina está desarrollando mucho las energías renovables: tenemos la segunda mayor reserva de litio del mundo, y estamos desarrollando una planta de hidrógeno verde en la Patagonia», dijo.
4 – Barreras arancelarias: Para poder llevar adelante un mayor nivel de exportación de alimentos y frenar el impacto de la guerra Rusia-Ucrania el Gobierno cree que harán falta modificaciones en el actual esquema de políticas económicas de comercio internacional. Así, durante la charla que mantuvo Alberto con Macron, pidió que la Unión Europea analice una baja de aranceles limitada solo a la exportación de alimentos. Macron tomó nota del asunto, porque si bien el mundo se encuentra hoy bajo una situación excepcional de guerra, las reglas de juego del comercio internacional se rigen por los parámetros de la OMC y no resultará tan fácil modificarlas. Hará falta un consenso general para lograr este cambio que propone la Argentina.
5 – Políticas monetarias para el desarrollo: El otro proyecto que sugirió Alberto Fernández tanto al canciller alemán como a Macron fue la posibilidad de que los bancos europeos desplieguen esquemas de financiamiento para el desarrollo en lugar de una suba de tasas para contrarrestar la inflación global pos-pandemia
Hasta ahí todo muy lindo, pero » ‘al capanga’ le duró poco la supremacía discursiva en el Mitre rail por invasión de zona», apuntan los entendidos de la lógica y reglas de la venta ambulante que afirman que es la base a aplicar en cualquier intervención comercial adentro y afuera de ‘la quinta’.
Hay que decir que la jugada argentina sonó osada desde donde se la mire. Sobre todo porque se fue a ofrecer recursos que están, pero se necesitan fuertes inversiones para comenzar a materializar y producir. O sea que Alberto fue a buscar inversores para desarrollando las soluciones al actual y posterior escenario de guerra, apenas con algunas ideas.
Está de más considerar que estaba bien asesorado sobre los pasos pero se sabe que entrar a un tema de política internacional tan complejo es a puro riesgo, y es difícil salir ileso políticamente hablando. De hecho, hasta EEUU prefirió abstenerce de ir a fondo en este conflicto armado. Porque evidentemente el nuevo mapeo de simpatías solo mostraría una punta de lo que hay en juego en el amplio y profundo iseberg en que se ha convertido el tablero de la política internacional.
Un juego donde la OTAN tiene su propia perspectiva y objetivos, y viene moviendo muy lentamente sus fronteras. Y donde Putin lo expuso al afirmar que Occidente está utilizando la alianza para rodear a Rusia con operaciones militares, argumentado que durante mucho tiempo que EE.UU. rompió una garantía que dio en 1990 de que la OTAN no se expandiría hacia el este y no cumple.
Esas pujas por la hegemonía mundial y territorial tienen de fondo siempre intereses mucho más cuantificables que meras disputas de poder, por el poder mismo.
Es en ese marco donde la avanzada contra Ucrania pareció ser una señal de que el pedido de repliegue a la OTAN iba en serio por parte de Putin. Frente a las sanciones recibidas. el Kremlin respondió con otras medidas vinculadas a restringir suministros a Europa, como sentar a negociar temas que podrían ser la llave para parar la guerra y replegar el tremendo despliegue bélico antes que desborde. Pero…llegó Alberto a ofrecer sus ‘productos’ posibles.
El descenñace era mas o menos esperado. El mismo día que pisó Ezeiza el Presidente, se encontró con que a través de un artículo difundido por el portal estatal Sputnik, el gobierno de Rusia advirtió que «la hipocresía y la traición» de Alberto Fernández para con Vladímir Putin «no tiene límites».
La agencia estatal rusa de noticias Sputnik, publicó el sábado un artículo de opinión donde calificaron de «hipócrita» y «traición» la condena que realizó el presidente Alberto Fernández a la invasión de las tropas del Kremlin en Ucrania y además cuestionaron el aprovechamiento de ofrecer recursos para reemplazar provisiones rusas, no sin antes ‘cobrarle’ la invaluable ayuda que ese país le dió en la provisión de vacunas a la Argentina.
«El nivel de traición del presidente argentino hacia su par ruso, está fuera de duda y fuera de concurso», inicia el texto firmado por el periodista uruguayo radicado en Moscú, Javier Benítez.
Según repasa el portal, la postura de Fernández, «avala el genocidio de Kiev en el Donbás, y a los batallones nazis que lo ejecutaron durante los últimos ocho años».
«Luego de que Rusia haya sido la gran ayuda de Argentina al suministrarle vacunas Sputnik V para combatir la pandemia, algo que el mismo Fernández en su visita a Moscú el pasado mes de febrero ha reconocido en la cara del presidente, Vladímir Putin, y tras la ‘hazaña’ del mandatario argentino de impulsar la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos, ahora se despachó a gusto en su visita a Alemania», amplía el artículo.
La publicación cita también las advertencias que lanzó el doctor en Ciencias Políticas, Bruno Lima Rocha Beaklini, al trazar un paralelismo con la postura que emprendió la cancillería brasileña que, según indicó, «a pesar de ser un desastre, se portó un poco mejor (que Argentina), porque hizo todo los posible para no condenar a Rusia».
«Fernández sacó pecho frente a Scholz (…) Es decir, el presidente de un país y donde muchos millones no acceden a alimentos, se propone venderle alimentos a Alemania», cuestionó Benítez, sobre la última gira que protagonizó el mandatario en Europa. «Va a ofrecer gas de esquisto a un país como Alemania, que supuestamente ha firmado ciertos compromisos con el medioambiente y la Agenda 2030. Como dice la frase, la necesidad tiene cara de hereje», sentenció.
En otro tramo, el texto cruza a Fernández por su «memoria selectiva», tras calificar este último de «agresión a Ucrania» y de ser «inmoral que algo así suceda», la ofensiva que inició Rusia en marzo.
«Huelga pedirle que realizara manifestaciones sobre el genocidio, las torturas, los asesinatos a ancianos, mujeres y niños que sistemáticamente ha venido realizando el régimen de Kiev desde 2014, al amparo de la propia Alemania, y también de Francia, que en todo momento hicieron la vista gorda y no hicieron nada para que Ucrania cumpliera con los acuerdos de Minsk. Tampoco lo ha hecho la ‘comunidad internacional’ en su conjunto, ni la propia ONU», concluye el artículo.
En fin..Alberto se tomó unos días del ‘fuego amigo’ nacional y terminó con una guerra declarada de Rusia que ya lo considera ‘traidor’ a Putín. La cuestión es en definitiva una muestra más de la delicada situación política que afrontamos con contradicciones demasiado groseras: ‘de puerta de entrada a portazo de salida’ a decir de Guelar. Todo un escenario que por supuesto ampliará la brecha de pelea interno con el kirchnerismo duro y con Cristina, una gran aliada del Kremlin (hasta ahora).
Como dice un sabio proverbo vikingo, en política y en la guerra, «Antes de entrar a un lugar, fíjate por dónde puedes salir». Habrá que ver…