4 abril, 2022
El salto de los precios internacionales de los commodities del agro generó un espaldarazo fiscal. Ese efecto será clave para moderar el ajuste del gasto necesario para contrarrestar la suba de los subsidios energéticos. Por el lado cambiario no hubo consecuencias positivas tan notorias. Aunque en marzo el BCRA logró ser un moderado comprador de divisas, el primer trimestre terminó en negativo
Por Mariano Cuparo Ortiz
La suba de los precios internacionales de los commodities del agro disparó la recaudación tributaria vía derechos de exportación. El impuesto, en marzo, alcanzó su punto máximo de participación sobre el total de los ingresos desde principios del 2012, con el 11%. Sin embargo, pese a la disparada percibida por Afip, el BCRA no logró capitalizar esa tracción exportadora con un salto en la compra de dólares para las reservas, que sólo crecieron por la vía del endeudamiento. La alta demanda de divisas jugó en contra.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania movió todas las proyecciones. El salto en los precios internacionales tendrá impacto en los ingresos y en los egresos del sector público y también en la entrada y salida de dólares. Se espera que por el lado externo el resultado sea menos grave que por el fiscal. Ahí la suba de los subsidios energéticos generará un alza de 0,5% en las cuentas, según estimaciones de PxQ, y habrá que corregir con menos obra pública, aunque la suba de la recaudación servirá para moderar ese recorte del gasto de capital.
De ahí la relevancia de los datos que publicó el Ministerio de Economía acerca de la recaudación tributaria de marzo: hubo una suba de 91,7% interanual en los ingresos por derechos de exportación. Se trata de una mejora real de 25,6%, si la inflación de marzo fue de 5%. Y no quedará muy por debajo de ese número si ese IPC da un histórico 6% (la mejora habrá sido de 24,5% en ese caso).
Así, de la mano de los precios globales del agro, las retenciones siguen ganando importancia sobre el total de la recaudación. En marzo llegaron a una participación del 11%, la más alta para un mes similar desde el 2012. El total del primer trimestre fue de 8,8%, bien por encima del promedio histórico: salvo en el mencionado 2012 y en 2021, cuando el campo liquidó lo que estuvo guardando en 2020 a la espera de una suba del tipo de cambio, la participación siempre se mantuvo entre 2% y 6%. En la medida en que esa dinámica continúe, menor deberá ser el ajuste del gasto para cumplirle al FMI.
Por el lado externo no hubo la misma suerte, hasta acá. Desde Invecq afirmaron: «Las cuentas externas no lucen lo holgadas que deberían dado el ingreso de agro dólares. Durante el primer trimestre el BCRA no ha podido terminar con compras de reservas, sino que cerró en negativo».
La guerra en Ucrania comenzó sobre fines de febrero y desde entonces el BCRA alternó días de vendedor y días de comprador, pero el global del mes ya cambió el signo respecto a febrero y marzo y quedó con un ingreso de reservas por la vía genuina (es decir, sin los envíos del FMI) de USD275 millones. El trimestre, en cambio terminó con una salida de USD43 millones. Tal como señaló Invecq, un nivel neutral pero que se dio con precios cerca del récord histórico en Chicago.