18 diciembre, 2021
El peso del ‘Chubutazo’ recae totalmente en las espaldas de las fuerzas de Seguridad y por supuesto del Ministerio de Seguridad. Proceso que hasta ahora va ganando por goleada la calle, contra la gestión del novel ministro Leonardo Das Neves, más abocado a la seguridad vial que la de los bienes del estado o de la personas. De hecho, el gran día de furia, la medida más rigurosa dispuesta fue hacer retenes en rutas y requisar los autos y las caras para evitar los posteriores desmanes. Una manera preventiva poco más que inocente para una situación de extrema conflictividad como la minera y con grupos infiltrados históricamente que aprovechan para la destrucción en nombre de causas populares.
Ya sucedió con la visita presidencial y volvió a suceder con descenlace tremendo por las pérdidas materiales y operativas que significaron al estado. ¿Tuvo que ver el recambio de toda la cúpula de seguridad y del ministerio en los terribles resultados de esta semana? Seguramente se notó la descordinación para no controlar y luego para reprimir de manera repudiable. Ambas cosas fueron dos caras de un fracaso rotundo que por ahora el Gobierno no asumió. Y para certificarlo el propio Das neves dijo por LU20 «no pienso en renunciar.»
Los lamentos se escucharon de inmediato: «El Superior Tribunal de Justicia tiene los vidrios rotos, la Fiscalía está quemada, el Juzgado Federal se encuentra con los vidrios rotos, al igual que la Jefatura y se registraron algunos móviles dañados”, aseguró el ministro de Seguridad del Chubut, Leonardo Das Neves, inmediatamente después de los hechos de violencia en Rawson, tras la aprobación de la Zonificación Minera. “El 70 por ciento de la Casa de Gobierno está quemada”, reconoció, en parte asumiendo que fallaron los sistemas de prevensión de las fuerzas de Seguridad, los vallados, las intervenciones inmediatas para el apagado de los foco ígneos, y todas las posibles medidas para evitar el desastre o por lo menos atenuarlo.
Para quienes alimentan teorías conspirativas como deporte, hasta pudo tratarse de una especie de zona liberada para que los violentos actuaran y así criminalizar luego las protestas que evidentemente se vendrían, tras la aprobación legislativa. No se puede descartar pero tampoco afirmar. Sin embargo con la fortaleza policial concentrada en Rawson, no se pudo entender como no se logró un mayor blindaje de la Casa de Gobierno por lo menos.
Das Neves se refirió a las personas detenidas y señaló que “hay más de 32 personas. Hay personas que han venido con mochilas llenas de piedras, con botellas con combustibles”. Luego justificó que se accionó preventivamente en ruta pero no fue suficiente: “nosotros hicimos retenes en las rutas, pero fueron de fiscalización. Cuando empiezan los desmanes en Casa de Gobierno, había solo personal convencional en el lugar, con chalecos refractarios y sin armas. Eso fue así por una decisión, y para que no se tome como una provocación desde el Gobierno. Luego tuvimos que recurrir a los Grupos Especiales”, reconoció abonando la teoría de la liberación y el ablande.
«Fueron decisiones que se tomaron para no generar un mal mayor, sabemos la violencia de distintos grupos, no esperábamos lo que ocurrió», explicó en diálogo radial.
Del ablande a la represión
Lo sintomático de ello es que tras los destrozos, sí hubo ‘cacería’ de gente e intervencipon de fuerzas especiales totalmente descontroladas que lejos de aportar al orden enardecieron más el ambiente.
Luego de ese día clave precisamente en horas de la noche, también hubo otras múltiples situaciones vinculadas a su Ministerio, donde se dió todo lo contrario a sus objetivos defendidos expresados en un principio. La violencia policial se desató de manera descontrolada tanto en Rawson como en Trelew, en eventos sucesivos. Para eso, ya se habían reportándose una treintena de heridos, con intervención judicial y un Habeas Corpus en curso por detenciones injustificadas, y hasta intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por violaciones incostitucionales a los derechos civiles en Chubut. Temas que dejan en difícil situación al nuevo ministro.
Pese a los fuertes reclamos públicos, además del relevo de un comisario y jefes de una Comisaría de Trelew, no hubo mayores responsables y en dialogo con LU20, el propio ministro insisitió con que no se trató de su responsabilidad: “no pienso en renunciar. Venimos trabajando fuertemente en la modificación del trabajo policial de forma preventiva», con lo que dejó claro que seguiría teniendo la banca de Arcioni.
Muchos se preguntaban por lo bajo ¿estos desmadres le hubiesen pasado a Massoni? ¿O tal vez habría sido mucho peor? Seguramente núnca se sabrá, pero lo que está claro es que su salida fue bastante ‘oportuna’ mirándolo con perspectiva analítica.