18 abril, 2021
Los números que difundió el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) mostraron una tendencia alcista en 2020. Los detalles acerca de la superficie destinada a la producción, cantidad de establecimientos, cultivos destacados y principales mercados.
Como es sabido, la producción orgánica en Argentina es significativamente menor que la convencional. Sin embargo, esta forma de generar alimentos se halla en plena expansión.
La agricultura ecológica es un sistema de gestión de la producción agrícola basado en el logro de mejoras en la salud de los agroecosistemas, lo que incluye los ciclos biológicos, la biodiversidad y la actividad biológica del suelo. Una de sus principales singularidades es que se centra en el buen uso de prácticas de gestión agrícolas, adaptando de manera local las prácticas a las condiciones de cada región.
La agricultura ecológica tiene numerosas ventajas derivadas del hecho de no emplear fertilizantes ni pesticidas sintéticos, al igual que por rechazar el uso de semillas y razas genéticamente modificadas, aditivos, conservantes o técnicas de irradiación. Éstas prácticas son reemplazadas por otras que conservan e incrementan la fertilidad del suelo no en el corto, sino en el largo plazo, al mismo tiempo que no renuncian a la prevención de enfermedades y plagas.
Durante el pasado 2020, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) certificó 132 mil toneladas y, por otra parte, se cosecharon un total de 84.328 hectáreas de cultivos orgánicos, un 20% más que en el 2019. Sorprendentemente, la tendencia de crecimiento en la superficie cosechada se mantiene desde hace una década.
En esta línea, la superficie dedicada a esta actividad se mantuvo en pleno crecimiento y se alcanzaron las 4,4 millones de hectáreas cultivadas, la mayor cifra de los últimos 20 años. Al mismo tiempo el número de establecimientos que registró el Senasa aumentó.
Con respecto a la actividad ganadera, las existencias de bovinos y de ovinos corrieron la misma suerte, y se vio reflejado en el aumento del rodeo de vacas lecheras para una aún incipiente actividad de tambo.
A su vez, el Senasa elabora anualmente un reporte acerca de la situación de la producción orgánica en la Argentina. En él, se remarca que los 1.343 establecimientos primarios orgánicos en todo el país existentes en 2020 muestran una recuperación sostenida desde el año 2015 en la cantidad de emprendimientos dedicados a esta actividad.
En detalle, 128,6 mil de las 132 mil toneladas se destinaron a exportación, lo que equivale al 97%. Entre los mercados externos, se destacan principalmente Estados Unidos y la Unión Europea. Cabe destacar que el mercado local también muestra signos de expansión.
Según las certificaciones realizadas por el Senasa, los frutales de pepita, principalmente pera (24.271 toneladas) y manzana (12.927 toneladas), son los de mayor incidencia en volumen exportado, conjuntamente con los cereales y oleaginosas (2.859 toneladas de trigo y 13.814 toneladas de soja). Asimismo, los productos industrializados (18.741 toneladas de caña de azúcar y 10.455 toneladas de vino) ocupan un lugar importante en las exportaciones.
Desde el 1998, el Área de Producciones Ecológicas de la Dirección de Estrategia y Análisis de Riesgo de la Dirección Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Senasa genera este informe con el objetivo de aportar un panorama del sector orgánico en el marco de la Ley 25.127 (de producción ecológica, biológica u orgánica).
Las ventajas que ofrece la agricultura ecológica, tanto en términos de sostenibilidad como de rentabilidad y beneficios son numerosos
1.- CONTRIBUYE A LA SALUD DE LOS SUELOS
La base para la obtención de alimentos saludables es la obtención de un suelo sano. Las prácticas de cultivo natural, en las que no se emplean pesticidas ni químicos, favorecen la prosperidad de suelos sanos. En comparación con la tierra tratada con productos químicos, la tierra orgánica rica en abono puede no solo albergar a un número 10 veces superior de bacterias útiles, sino que éstas, además, ofrecerán una diversidad mucho mayor. La agricultura ecológica emplea como base de la fertilización materia orgánica. Esto tiene dos consecuencias directas; por una parte, una mejora en la circulación del agua y en el crecimiento de las raíces, lo que favorece el desarrollo de cultivos y plantas; por otra parte, el incremento de la fertilidad química que presenta el suelo, lo que se traduce en el contenido en nutrientes que los cultivos utilizan para crecer.
2.- MENOR EXPOSICIÓN A PESTICIDAS Y PRODUCTOS QUÍMICOS
La agricultura ecológica previene la resistencia a las enfermedades que presentan plantas, malezas e insectos, que se alimentan de bacterias, hongos y plantas, por el uso de pesticidas. Por otra parte, los productos químicos pueden contaminar suelos, suministros de agua y el aire, en ocasiones por muchos años. La agricultura ecológica previene la erosión evitando problemas ambientales dañinos, además de basarse en la rotación de CULTIVOS y en los cultivos de cobertura.
Para garantizar aquellos productos que son aptos para su uso en agricultura ecológica existen organismos de control y certificación que avalan los productos autorizados para la misma. Algunos de los más importantes son INTERECO, ECOCERT o CERES.
3.- FAVORECE LA CONSERVACIÓN DEL AGUA Y LA CALIDAD
La agricultura ecológica requiere una menor irrigación y, por lo tanto, contribuye a conservar el agua. Los agricultores que utilizan esta práctica desarrollan una modificación del suelo de forma apropiada, por ejemplo con el uso de mantillo, lo que también ayudxa a conservar el agua.
4.- CONTRIBUYE A LA SALUD Y EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES
Este tipo de cultivos no sólo ayuda a preservar más áreas de hábitat natural, sino que también anima a las aves y otros depredadores naturales a vivir felizmente en las tierras de cultivo, lo que ayuda en el control natural de las plagas. Complementaria a las prácticas de agricultura ecológica son las granjas ecológicas u orgánicas, con pastoreo limpio y libre de productos químicos, lo que convierte a los animales en más resistentes a las enfermedades.
5.- COMBATE LOS EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
Un sistema de agricultura ecológica bien aplicado ayuda a reducir los efectos del calentamiento global y a aminorar el cambio climático, porque disminuye la emisión de tres tipos de gases: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). La agricultura ecológica tiene una de sus principales características en la rotación de cultivos, lo que se ha comprobado que ayuda a prevenir las pérdidas de nitrógeno a la atmósfera y genera un incremento de la biomasa radicular. Por otra parte, si la agricultura ecológica encuentra respuesta positiva en los consumidores, hace innecesario producir alimentos asumiendo elevados esfuerzos energéticos o trasladándolos desde países lejanos, con el consiguiente impacto medioambiental que ello implica.
6.- FOMENTA LA BIODIVERSIDAD
La biodiversidad que se da en una plantación da la medida de la estabilidad de sus cultivos y de su rentabilidad. La agricultura ecológica fomenta que esa biodiversidad sea elevada, lo que aumenta la resistencia de los campos a enfermedades, a las plagas y a la acción de condiciones climatológicas adversas.
*IC, SENASA, INTA
