7 abril, 2024
Caputo traza prioridades de corto y de mediano plazo; Sturzenegger va contra los principales lobbies empresarios y se suma un think-tank de asesores económicos liderado por Reidel; las prepagas están en la mira y una denuncia late en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia
Por José Del Rio*
Las pantallas en el quinto piso del Ministerio de Economía volvieron a encenderse aunque de manera testimonial. Atrás quedaron los días en los que Sergio Massa sostenía que lo importante era la política más que los indicadores y las señales de noticias habían hecho un takeover hostil sobre los monitores de commodities, reservas, riesgo país y valores de títulos y acciones.
Luis “Toto” Caputo tiene una rutina de trabajo muy marcada: llega 20 minutos antes de las ocho de la mañana y corta la actividad cerca de las nueve de la noche. Habla varias veces al día con el Presidente y toma la temperatura del día con sus asesores más cercanos. Incorporó las redes sociales a su agenda y sumó una imagen muy distintiva de la Virgen María y del niño Jesús que asoma en al menos dos rincones de su oficina en el Ministerio. También en las pocas entrevistas televisivas que dio donde siempre pueden verse. La primera fue un regalo de su mujer para que lo “proteja” y “también para transmitir tranquilidad a la sociedad”. Luego le fueron llegando nuevas de amigos, familiares y gente devota que se las acerca.
La coincidencia respecto de la hoja de ruta entre el ministro y el Presidente es absoluta al igual que las prioridades para la economía que viene. “Nosotros no le ponemos un número al dólar. No creemos en eso, no pensamos así. Y siempre ese valor target de $2000 que estimaban algunos empresarios me pareció exagerado y erróneo porque nunca pensamos en una inflación como la que esperaban todos”, le explicó convencido a un hombre de su confianza el jueves por la tarde. Sus objetivos de corto plazo se dividen en tres ejes: desaceleración y baja de la inflación -la estima en 10,5 % en marzo-, mantener y mejorar el equilibrio fiscal y sumar reservas que colaboren para la salida del cepo. “Estamos saneando el balance del Banco Central. Ni bien estén las condiciones lo haremos”, graficó también en un encuentro privado y luego lo ratificó en una entrevista televisiva el viernes. La ya anunciada competencia de monedas es la escala inminente. La emisión monetaria casi nula llegó para quedarse al igual que la estrategia de capitalizar el Banco Central. Al momento compraron US12.700.000.
Si bien ya están en tratativas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), todavía no hay un preacuerdo. La lectura local es que habitualmente cuando un gobierno toca la puerta es porque está en una situación de “incendio” y -sostienen- que es la primera vez que el acercamiento se da en un contexto genuino de mejora de indicadores. Eso, paradójicamente, desacelera la ansiedad de los técnicos del Fondo que ven con buenos ojos la continuidad de la recompra de reservas y la “tranquilidad” propia del cepo en el corto plazo para ir trazando la salida en el mediano. También se avanzará con el Impuesto a las Ganancias, pero con un piso muy superior al $1,2 millones que supo tener. El objetivo es recuperar la idea de progresividad del tributo y evitar la regresividad en la que había caído al mantener cuasifijo el mínimo no imponible. Si bien siguieron de cerca la conflictividad gremial de esta semana no tienen previsto ceder con la homologación de paritarias por encima de la inflación y, según la tesis del Gobierno, cuanto más rápido sea el ajuste macro más rápido derramará eso sobre la reactivación de la actividad.
Lo cierto es que, después de la guerra macro llegará también el tiempo de la micro. Con muy bajo perfil hay varias batallas que se dirimen y que tocarán la puerta de los empresarios y sectores más influyentes del país en los próximos días. Se sumarán así a la infinidad de frentes abiertos por el gobierno libertario.
“Lo que pasa en el sector de las prepagas es un abuso. Se les fue la mano con los aumentos y todo indica que las empresas están cartelizadas. Se suele hablar mucho por estos días de los incrementos del gas, pero lo que más afecta a la clase media son las prepagas y a los adultos mayores en una proporción más significativa”, se le escuchó al ministro en una reunión que tuvo a puertas cerradas con su mesa chica. Para ejemplificar se valió de lo que pagará efectivamente de cargo fijo un consumidor de gas tras el aumento y que oscila entre $2100 y $15.000. “En el caso de la prepaga estamos hablando de unos $400.000. Lo importante no son solo los porcentajes”, graficó.
Un grupo de técnicos de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia avanzan con una investigación formal sobre este negocio a partir de la denuncia realizada por dirigentes de la Coalición Cívica que responden a Elisa Carrió. Esa presentación fue contra las empresas que integran la Unión Argentina de Salud (UAS). En su escrito, explican que los aumentos del 40% en enero y del 30% en febrero en ambas oportunidades habían sido anticipados por Claudio Belocopitt, presidente de la UAS, como resultado de un acuerdo. Alegan que esto afecta negativamente a los usuarios, mientras desde las empresas se defienden y justifican las alzas en que “el sistema de salud no daba para más y que la mayoría de sus prestadores aumentaron por encima de lo que ellas mismas incrementaron sus valores”. El envejecimiento de la población y la menor cantidad de jóvenes en el mercado formal también perjudican al sistema, justifican desde las empresas.
Por el mundo del consumo también hay novedades. “Te vas a tu casa pero con esta lista acá no entrás”. La frase corresponde a uno de los supermercadistas más importantes de la Argentina quien desde diciembre volvió a estar en el minuto a minuto de su negocio. Se la dijo a los representantes de una compañía láctea y de otra de bebidas, ambas número uno en su categoría. Lo mismo ocurrió en una cadena rival con Bimbo, la líder absoluta del mercado de panificados, que se encuentra saneando los números de su filial local y verá en los próximos días la irrupción de pan brasileño en las góndolas. De hecho, el trigo argentino es el insumo principal para ese producto que cuesta la mitad en los países linderos y que bajaría al menos un 35% los valores de referencia. Femsa, mayor distribuidor de Coca-Cola, realizó una baja nominal sin precedentes para sus productos no retornables. “Empieza a adaptarse a base de un fuerte impacto en sus ventas a la nueva realidad de un mercado en el que los consumidores agudizan su ingenio adquisitivo”, resumieron en la Secretaría de Comercio. La mira está puesta sobre un conjunto de 25 empresas que mueven el 80% del mercado de consumo argentino.
La división de responsabilidades es clara dentro del gabinete económico y en paralelo aparecen dos grupos autárquicos. Uno es el que lidera Federico Sturzenegger como asesor externo del gobierno de Javier Milei y el otro una especie de think-tank de largo plazo que reporta directo al presidente liderados por el exvicepresidente del Banco Central, Demian Reidel, presidente del Consejo de Asesores Económicos.
Para Sturzenegger el Gobierno libra hoy batallas decisivas en tres planos. Una que es cultural y que tiene al Presidente como protagonista. “No hay complejo de culpa con el progresismo. No le tiembla el pulso en decir que el populismo es la fuente de todos los problemas en lugar de la solución”, describió a sus allegados. La segunda es la macro en la que “las reformas fiscales son mucho más sólidas de lo que el mercado piensa y el ajuste es más estructural con cambios permanentes y no transitorios. A su vez, el dólar planchado y la caída del riesgo país vienen con una recuperación que está liderando el equipo de Caputo”, se entusiasmó. La tercera y a su juicio muy compleja es la que viene por las reformas empresarias de fondo. “Mi planteo es que hay lobbies feroces y que muy pocos empresarios quieren realmente que se hagan las reformas. Su capilaridad es impresionante y no sólo en la opinión pública sino en la política. Azúcar, biocombustibles, laboratorios, aceite y tantos rubros más aparecen con frenos impensados. Hoy se debate hasta el indefendible monopolio local de la vacuna contra la aftosa que es un escándalo”, se sinceró Sturzenegger en una reunión con un economista amigo.
De ahí que en el nuevo proyecto de la Ley de Bases hay muchos temas que quedaron en el camino, pero que reaparecerán de otra manera dado que -en la mayoría de los casos- se pueden resolver a nivel reglamentación, según confían en el Gobierno. Por ejemplo, el de código de tránsito y la habilitación para la conducción de vehículos autónomos que, de avanzar, cambiará todo el mapa del transporte terrestre en la Argentina en un lapso de diez años y limitará a futuro la fuerza del sindicato de camioneros. O también en el caso del negocio de la pesca adonde, según un estudio del Gobierno, se le regala a las empresas el producido. “Hace 50 años pescan gratis por una ley que viene de la época de la dictadura. Imaginate que pagan solo 0,15% por su negocio. La ley que es de otra época les decía que si construían barcos poco importaba la renta del producido por la pesca. Es como si a cualquier petrolera la Argentina le regalara el petróleo”, agregó Sturzenegger en ese mismo encuentro privado.
También se prepara para mayo un cambio sustancial en los registros automotores. “Hoy de 100 pesos que cobran 30 van para el político a cargo del registro. Ahora lo que queremos es meter competencia nacional. La batalla de fondo con todos estos sectores será sumando competencia nacional a los seccionales y desfinanciando así la lógica prebendaria”, agregó un analista cercano a Sturzenegger. A nivel nacional existen 910 entidades gremiales empresarias, contando cámaras (797) y asociaciones de criadores (113), según describe la investigación sobre el mapa empresario local realizado por el IAE, la última publicada hace ya varios años. El promedio de miembros por cámara es de 103 personas, con un máximo de 4613 socios y un mínimo de dos. “Esto complejiza sin dudas aún más cualquier cambio que quiera llevarse adelante porque no hay un interlocutor sino cientos”, describe un legislador escudado en el off the record.
El mapa de poder económico de Milei sumó desde esta semana una tercera pata que tuvo su primer encuentro en Casa Rosada con la dirección de Reidel y con un silencio absoluto respecto de su contenido. Poco después del mediodía se reunieron el empresario Eduardo Bastitta, el economista Fausto Spotorno, el economista del CEP Ariel Coremberg, el CEO de Carta Financiera, Miguel Boggiano, y el director de Econométrica, Ramiro Castiñeira, de manera presencial, y Ramiro Marra -quien está de viaje- y Julio Goldstein de manera virtual.
El objetivo de ese encuentro fue justamente generar los marcos de los “no”. Es decir, quedó más que claro que la responsabilidad sobre la estrategia económica cuelga de Caputo y del Presidente; que la agenda desreguladora es de Sturzenegger y que de este equipo saldrá el debate excluyente sobre la economía argentina en el largo plazo con cuestiones que van desde la demografía hasta sectores de alto potencial. No se trata de un organismo de gestión sino de un conjunto de asesores que fueron elegidos por el Presidente y trabajarán directamente para él bajo el manto de una estricta confidencialidad que quien la vulnere recibirá el “afuera” que suena como modo de época del 2024.