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28 julio, 2023

Crónica de los comienzos galeses en Chubut: cuántos grupos y viajes hubo y cuál fue el resultado de la colonia

La colonia galesa en Chubut fue un hecho de la realidad que impactó positivamente en gran parte del desarrollo provincial. La crónica apretada de Luis Colombato sintetiza los diferentes grupos que llegaron, los que se fueron, el auge y también el declive de la colonia en apenas 45 primeros años, a partir de los cuáles el proyecto galés comenzó a declinar a la par del proceso de desarrollo provincial con otros grupos migratorios, hasta permanecer escasamente en la historia y el legado cultural que pervive apenas en algunas localidades valletanas. Una descripción concisa de un proceso riquísimo y plagado de historias que ayuda a comprender el aporte de los pioneros a 158 años de aquellos acontecimientos.

 

La colonzación galesa en Chubut

Dice Colombato: Durante el siglo XVIII en el Principado de Gales empezó un malestar de la antigua cultura galesa que veía amenazadas sus creencias, su derechos identitarios y principalmente su lengua por el avasallamiento inglés. Este hecho despertó la inquietud de emigrar, -un impulso muy celta-, e instalar una colonia lejos de su poderío económico, político y cultural.

 El 28 de Julio los 153 galeses lograron llegar con vida a la Bahia Nueva. Un día frío, contradictorio, melancólico, silencioso, triunfal. Desde entonces se recrea el “Gwyl y Glaniad”, la fiesta de aquel desembarco. El “Mimosa” fue el segundo barco que arrendaron. Con el primero los estafaron. La compleja travesía duró dos meses y medio y afrontaron todo tipo de tempestades y peripecias

Algunos se fueron hacia Estados Unidos, Brasil o Australia. Los elogios que Robert Fitz Roy hizo del nordeste chubutense en 1833, más algunas experiencias posteriores de galeses en esa zona, avivaron el imaginario hacia la prometedora Patagonia hacia 1863, acompañado por las medidas que la política Argentina de inmigración europea promovía. Hacía apenas 47 años que se había declarado la independencia en el país, y las condiciones eran óptimas para grupos de nuevos pobladores que buscaban aventurarse a una nueva vida en un país joven.

Guillermo Rawson actuó de vocero y organizador argentino de la inmigración, garantizando tierras, herramientas, y ganado, y el reverendo Michael Jones sostuvo desde Gales económicamente la organización del primer contingente de 153 personas, que arribó en el barco Mimosa al futuro Puerto Madryn el 27 de julio de 1865.

El gran debate se dió en el Senado el 27 de agosto de 1863 donde el ministro del Interior, doctor Guillermo Rawson elevó el proyecto de ley aprobando un contrato de colonización para los galeses.
El Poder Ejecutivo al mando de Bartolomé Mitre, proponía un convenio con una compañía de inmigrantes formada en Gran Bretaña, en el país de Gales con el titular de John Love Parry, conde de Madryn y miembro de la Cámara de los Comunes, y Lewis Jones. El proyecto fue rechazado 21 votos en contra y 5 a favor pero Rawson se las arregló para remontar la colonia.

 

Predominaban los mineros empobrecidos y sometidos por el gobierno inglés, y en el viaje hubo no pocos inconvenientes (desconocimeinto de la ruta marítima, tempestades, muertes, nacimientos y sobradas tribulaciones). La llegada a Punta Cuevas sumó euforia por el destino alcanzado, pero desazón por la inmensidad de un desierto helado que en pleno mes de julio los ponía al borde de la muerte y las carencias más básicas. Tiempo después llegó Julio Murga en representación del gobierno argentino, y el agrimensor Díaz para izar la bandera nacional y mensurar las tierras que se les concedía a los galeses en el Valle y eso fue otro gran desafío.

Los colonos fueron subvencionados hasta 1867 y a nivel local supervivían practicando el trueque de alimentos con los tehuelches originarios. No obstante intentaron abandonar la región patagónica en busca de tierras mejores en el centro del país varias veces. Algunos partieron hacia Santa Fe -Colonia Pájaro Blanco- y otros a Patagones, pero la mayoría del primer contingente optó por quedarse en la Colonia.

Luego de ese primer período de precaria adaptación, la historia de los galeses en el Valle del Río Chubut se dirime en una lucha constante entre sequías e inundaciones, intercaladas con buenas y malas cosechas desde 1867 a 1874.

Punta Cuevas, en Madryn con una proyección de donde se emplazaron las primeras casas durante el desembarco

 

El segundo contingente

A pesar de ello en 1873 se logró enviar a Buenos Aires el primer trigo excedente de la Colonia que alcanzó muy buen precio y generó expectativas. La Compañía Emigratoria Mercantil Limitada organizó y despachó un nuevo contingente desde Gales y los Estados Unidos hacia la Patagonia. Este segundo grupo arribó el 2 de agosto de 1874, con recursos económicos muy superiores a los que tenían los pioneros.

Cada contingente de galeses pervive hoy en decendencia cuyos apellidos, costumbres e idiosincracia también hacen al Chubut que hoy conocemos

 

El tercer contingente

Al segundo contingente se agregó otro de 500 inmigrantes en el verano de 1875-1876. También un pequeño número de galeses zarpó del país del Norte en su propio barco.

Fueron años de profundas contradicciones porque las compañías colonizadoras tanto en gales como en los Estados Unidos se topaban con cosechas fracasadas e interminables gestiones de aprovisionamiento ante el gobierno argentino.

En 1875 a 1882 se emprendieron importantes obras hídricas. Se formaron cooperativas de riego y siembra, y se construyó la primera represa, a unas 15 millas del mar -en Drofa Dulog- que pronto fracasaría.

La precaridad de la vida de los pioneros, la falta de agua, de comodidades mpinimas frente a la aridez de la estepa patagónica y el inclemente frío, sólo se superó merced a la fuerte organización en comunidad y con objetivos comunes

 

Otros contingentes menores

Entre 1877 y 1881 mejoraron las cosechas llegaron pequeños grupos de colonos, y se importaron máquinas e implementos agrícolas. Además se agregaron molinos caseros,  carros, y carretas de construcción propia.

Aunque las transformaciones más notorias se dieron en el campo económico, con ocho casas de ramos generales y dos barcos a disposición de la colonia para el transporte de la producción y las mercaderías, también se incrementaron las actividades culturales, en especial los certámenes como el famoso Eisteddfod.

Los galeses lograron atesorar el “idioma del cielo” en el Eisttedfod (evento en los inicios de Trelew), el encuentro literario por excelencia que cada año sigue celebrándose en la distintos puntos del Chubut, galardonando a su bardo y escuchando el mágico sonido de los tiempos, para que se cumpla el acto creador

 

En religión, las diferentes congregaciones se amalgamaron bajo la dirección del pastor Matthews, hasta la última inmigración, marcadamente sectaria, que dividió la comunidad entre bautistas, metodistas, calvinistas y congregacionistas.

Los cambios se produjeron además en la administración y legislación, porque de gobernarse con leyes propias, pasaron a depender de Antonio Onneto ferviente católico como primera autoridad nacional.

Un cuarto período que va de 1882 a 1887 correspondió a la fundación de empresas de envergadura, como la construcción del Canal de riego del lado Sur por 1883, la construcción del ferrocarril de Puerto Madryn a Trelew, y la fundación de la Compañía Mercantil Chubut para romper con el monopolio del comercio y transporte de la producción.

 

El quinto contingente

El 28 de julio de 1886 arribó arribó casi medio millar de inmigrantes y material ferroviario, y se compró un vapor mientras el valor de las chacras aumentaba en un 800%, estando la representación oficial a cargo del comisario Juan Finoquetto. a fines de ese período había 1600 habitantes, seis escuelas y 13 capillas. Se había explorado buena parte del interior del territorio, y se concretaba la expedición de los rifleros del chubut en 1885. Mientras tanto las viviendas de piedra se habían ido reemplazando por las de ladrillo.

Así se ingresaba en un quinto período entre 1887 y 1896 netamente expansivo, en busca de tierras, oro y mercados para la venta de la producción. La colonización de la Cordillera se había fundado en la necesidad de buscar nuevas tierras de cultivo ante la saturación del Valle del Río Chubut. Luego brotó la contagiosa fiebre del oro, con varias expediciones en su búsqueda entre ellas la de John Daniel Evans y sus malogrados compañeros.

Los galeses consolidaron sus comunidades en los primeros 45 años, después el sueño de la ‘colonia’ netamente galesa se fue diluyendo y sus descendencias se mezclaron con argentinos, nativos y otros inmigrantes

 

Nuevos canales se construyeron entre 1891 y 1892, se multiplicaron las chacras y los cultivos variados de alfalfa y algunos frutales. Se importaron 15 máquinas trilladoras a vapor y se construyó un puente cerca de Trelew y otro en Rawson, mientras las letras se reforzaban con la fundación del periódico Y Draffod y la sociedad literaria Camuri Fydd. Para 1893 el Territorio del Chubut alojaba a 2.513 habitantes de los cuales 2.010 eran galeses. Y 3 años después un censo testimoniaba que de los 3.748 habitantes del territorio, 2.012 eran galeses, lo que demostraba que la inmigración desde Gales había terminado casi por completo.

Comenzaba la amalgama de razas y en las faenas se mezclaban los galeses originarios con sus descendencia patagónica. La siguiente década de 1896 a 1905 marca un período de sinsabores entre las periódicas inundaciones y las actitudes político-administrativas poco comprensivas hacia una cultura diferente, que reavivaron los deseos de los galeses de emigrar hacia otras regiones.

Los galeses llegaron  a un territorio con casi nula presencia gubernamental nacional y se organizaron de manera independiente. Cuando comenzaron las representaciones de autoridades locales, comenzaron también los problemas y frustraciones que arrastra la política y la burocracia

 

Los grupos que se fueron

En 1896 un decreto obligaba a los varones entre 18 y 40 años de edad a realizar instrucción militar obligatoria durante tres meses y los días domingo -que era el día de dedicación religiosa exclusiva para los galeses- generando así prolongadas discusiones y encarcelamientos, hasta que finalmente se derogó la medida. Al gobernador Tello lo sucedió O´Donnell, con quién hubo también roces hasta que en 1900 asumió Alejandro Costa. Si a estos trastornos se le suman los ocasionados por las inundaciones de 1899, 1901, 1902 y 1905 donde el río (sin un dique, arrasaba con el Valle con cada deshielo) en las cuales debieron recurrir nuevamente al sostén estatal, se comprende mucho mejor que en 1901 los colonos replantearán la conveniencia de continuar en la zona o emigrar. Por ello el 14 de Mayo de 1902 unos 234 pobladores partieron hacia Canadá, y en 1903 otro grupo tomó rumbo a Choele Choel.

Los canales de riego del Valle del Río Chubut fue probablemente la obra más valiosa que dejaron los galeses en términos de infraestructura. Buscaban domar el desierto irrigando y sembrando, y atenuar la furia de las aguas del Chupat con permanentes inundaciones que arrasaban todo sin un dique que contuviera el deshielo

 

El declive

Finalizado este quinto período, la historia de los galeses en el Valle Inferior del Río Chubut se diluye con la historia de las localidades fundadas por ellos mismos pero ampliadas por otras corrientes migratorias y poblacionales: Rawson, Trelew, Gaiman, Dolavón, 28 de Julio, Puerto Madryn, Esquel, Trevelin. Para ese entonces 17 capillas se encontraban levantadas y la Colonia era uno de los lugares de más alta moral y libre de delitos de Sudamérica. La amalgama estaba en su plenitud, las migraciones de Gales eran ya historia, la incorporación político-administrativa con el resto del país era un hecho, y la instalación de los católicos por medio de la congregación salesiana era irreversible.

El empeño por preservar su religión, lengua y costumbres demandaba esfuerzos cada vez mayores y presagiaba un futuro de irremediables claudicaciones en tierra gaucha,.

Hoy, los vestigios de esa notable cultura se encuentran refugiados relativamente en los descendientes que permanecen en el Valle y principalmente en Gaiman y Dolavon, en sus costumbres, recuerdos y relatos, como últimos bastiones de aquellos que fueron dueños y hacedores del Valle y la cordillera, en los inicios de la Provincia de Chubut.

 

*Luis Colombato/ Consultor Patagónico/ Rui Díaz

**los subtítulos y epígrafes son propios