4 febrero, 2021
Gracias a la disparada de los commodities, la Casa Rosada anotó un enero récord en 18 años en cuanto a la liquidación de granos. Esto le brinda un marco de estabilidad en el frente cambiario, ubicándose el dólar Blue por debajo del Solidario. Sin embargo, no está pudiendo controlar la inflación.
Según el diario Ámbito Financiero, es inminente el acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional. Si bien días atrás el ministro de Economía Martín Guzmán dijo que se conformaba con un acuerdo antes de mayo, «según lo trascendido en las últimas horas, Argentina avanzó en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para cambiar los términos de una deuda que supera los US$44.000 millones y el acuerdo parece cada vez más cerca».
En un cable durante la noche del pasado lunes 1 de febrero, el medio especializado detalló:
1. El país recién comenzaría a pagar en 2025, el segundo año de la próxima presidencia. Para esa fecha el actual ministro de Economía, Martín Guzmán, espera que ya se haya superado la recesión y que haya una cierta estabilización macroeconómica.
2. Hasta comenzar a pagar, Argentina deberá mostrar un sendero de consolidación fiscal y monetaria y cumplir objetivos en materia de inflación y manejo del tipo de cambio.
3. El acuerdo de «Facilidades Extendidas» contempla planes de pago de entre 7 y 10 años. Si finalmente se consensua empezar a cumplir con las obligaciones en 2025, el total de la deuda debería ser liquidado entre ese año y 2028/2029/2030/2031.
4. El dinero desembolsado no debe salir de las reservas sino del financiamiento voluntario.
5. No se descarta la opción de acudir a un plan de refinanciación del propio FMI para cubrir con algunas cuotas, pero para eso el país deberá cumplir con sus primeros compromisos; es decir, conseguir aproximadamente entre US$15.000 y US$18.000 millones entre 2025 y 2026.
En medio de la disparada de precios, La Cámpora dispuso aumentos en las naftas para subsidiar Vaca Muerta, aportando muy poco al control inflacionario.
Si bien es cierto que el dólar Blue ($153) quedó por debajo del Solidario ($153,43) ayer (01/02), es estacional por liquidación récord de granos.
Varios oficialistas salieron eufóricos a advertir que «se están derrumbando las expectativas de devaluación por fuerte caída de tasas de los futuros de dólar».
Sin embargo, muy interesante lo que apunta Jorge Herrera desde Ámbito:
Días atrás, un legendario consultor les avisaba a sus clientes que la inflación de enero venía “picante”. Aún faltaban unos pocos días para cerrar el mes, pero ya las consultoras estaban percibiendo lo que las familias registraban en sus gastos domésticos. La inflación había escalado a otra fase. Este diario ya lo vino destacando entre noviembre y bien entrado diciembre. La tasa de inflación había tomado otro ímpetu, pese a la tendencia de las proyecciones del REM del BCRA. La tasa de inflación del 36% de 2020 ya era una buena historia del pasado. La velocidad que empezó a mostrar la inflación sobre el fin de 2020 y comienzos de 2021 era una historia muy distinta. Y si bien era esperable que en el primer mes del período estival bajo pandemia, algunos precios se recalentaran tras varios meses de retracción de una demanda acuartelada, las circunstancias socioeconómicas hacían pensar que habría cierta moderación tanto de parte de los formadores de precios como del comercio minorista.
Sin embargo, por distintos factores, las alarmas se encendieron cuando las consultoras empezaron a relevar que enero podría llegar a coquetear con una tasa mensual ya no del 4% sino del 5%. Y aunque se espere, que en febrero haya cierto impasse inflacionario, los temores resurgen con miras a marzo. Porque una vez que se conozca el dato oficial de enero, lo que más inquieta es el impacto sobre las expectativas. Porque no debe soslayarse que la economía pasó de una inflación del 2,5% promedio en el III trimestre de 2020 a una del 3,6% en el IV trimestre y ahora desafía subir otro escalón. Esta aceleración inflacionaria seguramente tendrá efectos sobre las demandas salariales por venir. Tanto el Gobierno como el sector privado son conscientes de esto y de ahí las preocupaciones reinantes.
Sin embargo, la inflación continúa manifestándose como un monstruo de tres cabezas. O más bien como un carro tirado por tres bueyes que van a distintas velocidades, pero juntos para adelante. Ocurre que por lo visto en los últimos meses se acentuó este fenómeno. Hay un poco más de un tercio de los precios del IPC que vienen a una velocidad crucero creciente en línea con los desequilibrios macro. En este grupo pueden verse como hay bienes y servicios cuyos precios van a una velocidad anual de entre 50% y más del 65%, como ser gran parte de los alimentos (verduras, frutas, carnes), autos, indumentaria y recreación. Hay luego otro grupo de precios bajo fuerte intervención, son los que los analistas consideran reprimidos, que representan poco más de un octavo del IPC y que van a una velocidad de entre el 2% y el 20% anual. En este conjunto se destacan, obviamente, desde las tarifas públicas y privadas (transporte, luz, gas y telefonía) hasta la medicina privada. Pero hay un submundo de otros bienes y servicios, que son mucho más de la mitad del IPC, que si bien viene transitando a una velocidad de entre 20% y 40% anual ya se están acoplando, descoordinadamente, al grupo que viene liderando. ¿Quiénes son? Entre los más notorios, restaurantes, electrodomésticos, medicamentos, aceites, panificaciones y harinas, los alquileres, los lácteos y sobre todo los combustibles.
Lo que en el pasado hoy era una estrategia “cantada”, atrasar el tipo de cambio en un año electoral, no parece estar muy disponible este año, sobre todo en medio de la negociación con el FMI. Será clave cómo termine el I trimestre. Porque ya en varias oportunidades se ha señalado que no es igual para un gobierno comandar, en una situación difícil, este barco con una inflación de 1% o 2% mensual que con una de 3% o 4%. Menos en pandemia. Por eso es importante que la tasa del trimestre no escale a dos dígitos. Y como no se ve en el horizonte el advenimiento de un tradicional plan de estabilización, no se descarta que el Gobierno tome medidas y haga algo para evitar la espiralización.
El Gobierno de Fernández optaría por ir por la micro, vía controles de precios y regulaciones para descomprimir la presión inflacionaria. Aunque la tentación de atrasar el dólar estará a la vuelta de la esquina, la situación de las reservas del BCRA no le dan mucho margen. Veremos.
Interesante también el análisis de El Cronista Comercial luego del tercer aumento de naftas de lo que va en 2021:
«Los tres incrementos de los combustibles en lo que va del año sumarán directamente 0,5 puntos porcentuales a la inflación que esperaban los analistas para los primeros meses del año.
Entre las subas promedio de 1% de este lunes, la de 2,9% del 5 de enero y la de 3,5% de hace dos semanas acumulan una escalada de 7,4%, pero su efecto sobre la inflación será acotado.
Se trata del impacto directo por su participación en el índice de precios al consumidor (IPC), que los economistas denominan ‘de primera ronda’, que se añade a la inflación prevista e independiente de la suba de los combustibles, que puede rondar el 4% al igual que en diciembre».
La agencia estatal Télam entrevistó al flamante embajador argentino en Moscú, Eduardo Zuain, quien afirmó que su misión diplomática «será desarrollar la agenda del acuerdo de cooperación estratégica» entre ambos países «con el objetivo primario de garantizar la provisión de la vacuna» contra el coronavirus pero también para que «eventualmente» la Sputnik V «pueda producirse en Argentina».
Él se desempeñó como vicecanciller entre 2011 y 2015, fue designado como nuevo embajador en Moscú, medida oficializada este lunes en el Boletín Oficial, a través del decreto 51/21.
En declaraciones a Télam, Zuain definió a Rusia como «un centro de poder estratégico, no sólo por el tema de las vacunas, sino porque tenemos con ellos una relación estratégica integral».
En ese sentido, recordó que «Argentina y Rusia firmaron un acuerdo de asociación estratégica (suscripto por ambos países en abril de 2015)» y aseguró que su misión diplomática estará enmarcada en esa agenda de cooperación, «con el objetivo primario de garantizar la provisión de la vacuna, pero también con una agenda amplia en lo económico, político y en ciencia y tecnología».
En relación a la vacuna Sputnik V, el exvicecanciller puntualizó que la determinación del Gobierno es avanzar «en un proceso de transferencia de tecnología, para que eventualmente la vacuna (desarrollada por el Centro Gamaleya de Rusia) pueda producirse en Argentina».
Zuain afirmó que otro de los objetivos de su labor diplomática será incrementar el nivel de exportaciones a Rusia: «Actualmente, en números aproximados, le exportamos a Rusia por 650 millones de dólares e importamos por 250 millones».
«Esto revela que tenemos mucha potencialidad para colocar más productos argentinos en el mercado ruso y analizar y explorar toda vía de transferencia de tecnología», indicó.
Sobre la vacuna y sus plazos de llegada a la Argentina, una cuestión sensible por la gran demanda mundial y la aparición en los últimos días de nuevos países interesados en Sputnik V, como México y probablemente Alemania, Zuain señaló que «el esfuerzo está puesto en garantizar la continuidad de la provisión, teniendo en cuenta el gran esfuerzo que significa la producción».
«La prioridad es garantizar la continuidad de la provisión, buscando la mayor cantidad de dosis en el menor tiempo posible», remarcó en diálogo con esta agencia.
Asimismo, Zuain adelantó que es probable que el presidente Alberto Fernández visite la Federación Rusa en un plazo próximo: «Tiene una invitación para ir a Rusia y ya estamos trabajando de esa visita. Dependerá de su agenda y de la agenda del presidente Vladimir Putin».
Además, Zuain manifestó sentirse «honrado» de la designación como embajador en Rusia y, tras agradecer «el haber sido distinguido por la responsabilidad que me dio el Presidente y la Vicepresidenta», desarrolló su visión sobre la orientación de política internacional del gobierno de Alberto Fernández.
«Me parece que hoy la política exterior está basada en el interés nacional y en mejorar las condiciones de vida de los argentinos, en la comprensión de que vivimos en un mundo multipolar», destacó el diplomático.
Luego de quedarse afuera del Consejo Agroindustrial, Coninagro, Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y la Sociedad Rural reclaman entrar al Consejo Federal de la Hidrovía.
La Mesa de Enlace, que por momentos se vuelve insoportable porque lo único que hace es reclamar, lanzó un comunicado en el que pide a los gobernadores y al Gobierno nacional que los productores puedan estar en la mesa donde se toman las decisiones sobre las exportaciones de granos y carnes.
«Como es sabido, la Hidrovía es el principal canal de salida de las exportaciones de origen agropecuario de nuestro país, de cuya generación los productores, a quienes nuestras entidades representan, son partícipes insoslayables e insustituibles, por lo que deben formar parte del mencionado Consejo y participar en todas y cada una de sus reuniones, dela primera a la última.
La conformación del Consejo Federal, anunciado con gran algarabía por el presidente de la Nación en el discurso inaugural de su mandato, para ser verdaderamente representativo y federal, debe incluir a los actores responsables del grueso de la producción de los bienes que por esa vía se exportan: los productores agropecuarios de todo el país», insistieron.
El canal oficialista de noticias por cable del Grupo Indalo, C5N, no supo entender que había que relanzar la programación con una renovación total de la pantalla y terminó perdiendo en enero de lunes a domingos, de 7 a 00
*U24, AA, NA