28 noviembre, 2020
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF), think tank de los bancos internacionales, advirtió este martes que el Banco Central va a seguir perdiendo reservas en los próximos dos años si el Fondo Monetario no le presta fondos frescos a la Argentina. El cálculo es por al menos 4.000 millones de dólares.
En un informe específico sobre la situación argentina y la negociación de un nuevo programa con el FMI, los analistas del IIF consideraron que por los antecedentes de política económica del país «será difícil atraer flujos de capitales privados. En este contexto, incluso un modesto déficit comercial combinado con pago de intereses y una salida residual de capitales pueden dificultar el fondeo. Probablemente, un programa exitoso con el FMI deba incluir fondos frescos en el rango de los 4.000 a los 6.000 millones de dólares.
A partir de 2023, va a ser crucial tener acceso constante a los mercados financieros para evitar situaciones ajustadas de fondeo. La calidad de la política económica debe mejorar radicalmente para hacer viables el acceso a los mercados y un programa más grande con el Fondo», concluyeron.
Los analistas recordaron que en agosto, cuando Guzmán llegó a un acuerdo con los acreedores, habían sido modestamente optimistas respecto a las posibilidades de la Argentina de llegar a un nuevo programa con el Fondo que no necesitase de más financiamiento si el déficit fiscal se reducía y la política monetaria reducía la pérdida de reservas.
Ahora en cambio, creen que para fondear los déficits que se proyectan para el año próximo sí o sí deberá contar con más financiamiento. Sin acceso a más prestamistas, el acuerdo con el Fondo sería la única fuente factible para conseguir más dólares.
«Estamos cada vez más preocupados por el impacto que tendrá este período prolongado de políticas inconsistentes en la capacidad del país de atraer capitales y en la voluntad de los argentinos de elegir al peso por sobre el dólar. En otras palabras, nos parece cada vez más factible que un nuevo programa con el Fondo tenga que incrementar su exposición a la Argentina. Esto inevitablemente implica medidas severas para convencer al FMI que es un proyecto viable seguir prestándole a la Argentina fondos frescos», evaluaron.
La evaluación de IIF no ignora que Guzmán haya manifestado en más de una ocasión que la Argentina no tiene intención de pedirle más dinero al Fondo, sino que considera que los números no cierran si el Gobierno sigue financiándose con emisión e incrementando el rechazo de los argentinos al peso. En este punto incluso coincide con el ex viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, para quien el nuevo programa con el Fondo se reduce a ver si el Fondo convalida más emisión y más inflación, o si por el contrario aporta dólares frescos para cortar la sangría de reservas y la emisión.
Bajo un escenario optimista en el que el Gobierno logra postergar todos los pagos con el FMI el año próximo e incluso atraer algunos capitales, el pago de intereses y el déficit comercial serán los suficientemente grandes «como para drenar las reservas». Con más necesidades todavía a partir de 2023, para los analistas va a ser clave que la Argentina deje de monetizar su déficit -o sea imprimir sin respaldo para financiar el gasto público- o de lo contrario no va a tener cómo hacer frente a los compromisos ya reestructurados. De acuerdo a sus cálculos, en promedio el país va a necesitar conseguir 2 puntos del PBI adicionales de endeudamiento por año para sostenerse.
*LPO