18 enero, 2022
Distintos expertos afirman que 2022 marcará el final de la pandemia. Las vacunas, la clave para esta esperanza.
Roberto Adrián Maidana
“En un tiempo récord, los científicos han producido pruebas rápidas, tratamientos y vacunas contra el coronavirus. Nuestro desafío ahora es realizar el mayor y más rápido despliegue de vacunas que el mundo haya visto jamás, que llegan a todos, en todas partes”, dijo Antonio Guterres, el secretario General de la ONU en el foro económico de Davos. Esta declaración, si bien se dio en un medio de debate económico, tomó otra trascendencia y abrió un interrogante: ¿estamos cerca del final de la pandemia?
Desde el comienzo del año, numerosas instituciones y organismos mundiales señalaron que en 2022 puede darse el final de la pandemia. Lo mismo sostuvieron científicos en diferentes partes del mundo y apuntan a varios factores para ello:
. El éxito de las vacunas frente a todas las variantes (aún contra Delta y Ómicron)
. El mantenimiento de medidas de aislamiento y el uso de barbijos
. Los testeos y controles para detectar los contagios de manera temprana
. La gran esperanza en los antivirales aprobados a fines de 2021
También en Davos hubo otra definición sobre el coronavirus. El doctor Anthony Fauci, infectólogo norteamericano que fue asesor de Donald Trump y continúa con Joe Biden, llamó a la prudencia mundial. «Ómicron puede ser la variante que necesitamos para llegar al final de la pandemia, pero debemos estar alerta», dijo Fauci.
El médico se refería a que la mutación que se extiende por todo el paneta tiene dos cualidades, una complicada pero otra muy favorable. Su ritmo de contagio es el más elevado de todos, pero al mismo tiempo, requiere muchas menos internaciones (sobre todo en terapias intensivas ) y es menos letal.
Mientras Ómicron continúe desplazando a la variante Delta y no surja otra mutación, la pandemia, podría ir desapareciendo. O al menos, convertirse en algo similar a la gripe y las vacunas son claves para conseguirlo.
Tomás Pueyo es un ingeniero español que con sus análisis matemáticos revolucionó el abordaje de la pandemia desde el comienzo. Fue el creador de la teoría de «la danza y el martillo», los dos ciclos para luchar contra la pandemia cuando no había vacunas. Esto es, el «martillo» para tener la firmeza de decretar aislamientos y la «danza» para abrir a las sociedades cada vez que el virus daba respiros.
En relación con el avance de la pandemia, el español publicó un artículo que lleva por titulo «Game Over, es tiempo de volver a vivir». Allí planteó una serie de cambios que han dejado dos años de pandemia que permiten ser optimistas. El año 2022 puede ser, finalmente, el de la liberación.
Pueyo aseguró que los costos para detener el Covid son muy elevados porque por fortuna la variante Ómicron, que escapa a las prevenciones y consigue contagiar en gran número, no tiene el mismo efecto que Delta. Los países y sobre todo, las sociedades, ya no soportan los confinamientos.
En su artículo, Pueyo remarcó que, gracias a las vacunas, la mortalidad por el coronavirus ha bajado drásticamente (más allá de la enorme desigualdad entre los países por el acceso a ellas). Es por eso que indicó: «Una vez que todos los que pueden recibir una vacuna estén vacunados, es prerrogativa de los antivacunas morir de Covid si así lo desean»
El investigador español se basó en datos.En este caso, comparó lo que sucedió en Gran Bretaña y en Sudáfrica. La variante Ómicron fue aislada el 24 de noviembre de 2021. Tras un ascenso exponencial de los contagios, los casos cayeron de manera igualmente significativa. Con un dato muy importante. Mientras estuvo en el pico, sus consecuencias fueron mucho menores en comparación con la variante Delta.
«Entonces, ¿cuándo esta ola llegará a su fin?», se preguntó Pueyo. Si los ciclos de Ómicron se repican en todo el mundo, para febrero o marzo, la luz al final del túnel podría ser mucho más nítida. Eso han dicho, por ejemplo en Dinamarca hace pocos días.
Volviendo a su teoría de la «danza y el martillo», Pueyo advirtió que los gobiernos fueron reticentes a aplicar aislamientos cuando era necesario aunque estuvieran desbordados por los casos, como España e Italia en la primera ola. Pero ahora, el problema es que llegó el momento de actuar definitivamente: dar el paso final para volver a la normalidad.
La variante Alpha fue un 60% más virulenta que la variante original y Delta fue nuevamente un 60% más duro que Alpha. Una reducción de la virulencia del 90% de Ómicron frente a Delta lo coloca en general en un 75% menos que la variante original.
Entonces, Pueyo hizo esta comparación entre el coronavirus y la gripe: Si se toma el 0,13 % como la tasa de mortalidad promedio de la gripe en Estados Unidos en los últimos 10 años más o menos, eso significa una IFR o tasa de mortalidad por infección de -0,06 %, en comparación con la de COVID -1%.
Ahora es un 75% menos letal sin vacuna, y con las vacunas se reducen las tasas de mortalidad en un 90 %. Sumado el nuevo antiviral Paxlovid puede volver a reducirlas en un 90 %.
Conclusión: El coronavirus será 12,5 veces menos grave que la gripe.
El representante de la OMS, David Nabarro, dijo: «ahora sí, se ve la luz al final del túnel para Gran Bretaña”. El funcionario internacional agregó: «Prepárense para la posibilidad de que haya más variaciones y mutaciones, o que haya más desafíos, otras oleadas de Ómicron, pero ya es posible comenzar a imaginar que el final de la pandemia».
Es por eso que la vacuna desplegada de manera universal, coincidieron los especialistas, es muy importante como objetivo para este 2022. Eso reduce al mínimo la chance de que surja otra variante, más explosiva y más letal. Si se mantiene este curso actual, gracias a Ómicron y las vacunas, el fin de la pandemia puede estar, sobre bases científicas, cerca del final.
Pero como escribió Tomás Pueyo en el final de su artículo: «Deberíamos pensar en los próximos meses de la misma manera que las próximas décadas».
*A24