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30 enero, 2021

Covid-19: ¿Porqué Vietnam logró registrar sólo 35 muertos sobre 95 millones de habitantes?

¿Cómo lo lograron? Es la pregunta que muchos gobiernos se plantean al ver cómo Vietnam contiene el brote de covid-19 con mayor rapidez y efectividad que sus vecinos más ricos.

En una semana, Vamco mató a más personas en Vietnam que la Covid-19 en todo 2020. Vamco no es ningún asesino en serie, sino un tifón que golpeó el país asiático en noviembre. Se llevó por delante a 60 personas y provocó que las autoridades tuvieran que evacuar de sus casas a otras 460.000. En una semana, Linfa y Nangka mataron a más personas en Vietnam que la Covid-19 en todo 2020. Ellas, dos tormentas tropicales, azotaron en octubre el centro del país dejando 102 muertos y 136.000 casas inundadas

¿Cuáles son los países que mejor han controlado el coronavirus? Vietnam es uno de ellos. Un régimen comunista de partido único,  que no tienen gran tecnología ni tampoco la infraestructura sanitaria de los países de Asia y del Pacífico. Pero en este país asiático tampoco han hecho falta confinamientos masivos.

La Covid ha matado a 35 personas desde el comienzo de la pandemia. La cifra de fallecidos no ha subido desde el 3 de septiembre. En cuanto a los contagios: 1548. De los cuales, 1411 ya se han recuperado.

El país registró sus dos primeros casos de coronavirus el 23 de enero. Un hombre de 66 años que había estado en Wuhan dio positivo poco después de regresar. Al igual que su hijo de 28 años. Entonces muchos pronosticaron que el coronavirus se extendería por un país con más de 95 millones de ciudadanos, que tiene ocho médicos por cada 100.000 habitantes y que comparte una frontera de más de 1.100 kilómetros con China.

Pero las autoridades sanitarias se anticiparon y el 1 de febrero ya habían cerrado las fronteras. También, a falta de médicos, tecnología y aplicaciones para hacer el seguimiento de los contagios, el Partido Comunista gobernante mandó a los militares del Ejército a la calle, que se encargaron de rastrear y aislar a todas las personas que habían estado en contacto con los infectados. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) elogiaron la rapidez con la que actuó Vietnam para que no se propagara el virus.

No fue hasta el verano cuando el país asiático tuvo su primer susto serio: llegaron los primeros contagios locales. Hasta entonces, todos habían sido casos importados de China. En Da Nang, la tercera ciudad más grande, hubo un brote con dos centenares de contagios. Las autoridades frenaron que se propagara cerrando durante 15 días los accesos a la ciudad, aunque sin obligar a hacer cuarentena en casa a sus ciudadanos.

«Durante la primera fase, el Gobierno logró cortar todas las rutas de transmisión del virus de manera rápida y completa. Todas las personas infectadas fueron hospitalizadas. Las que estuvieron en contacto con ellas fueron rastreadas y aisladas. Sus hogares y vecindarios fueron cerrados y desinfectados por el Ejército. El país ha estado actuando efectivamente como si se tratara de una guerra biológica», explica Tran Le Thuy, director del Centro de Iniciativas de Desarrollo y Medios de Comunicación en Hanoi, capital de Vietnam.

«Otra de las claves ha sido la forma en que el Gobierno ha despolitizado la pandemia, tratándola simplemente como una crisis de salud. No había ningún motivo político para que los funcionarios del Gobierno ocultaran información. Tampoco he oído hablar de ninguna oposición religiosa a la estrategia. Con el arresto del director del centro de Hanoi para el control de enfermedades por sospecha de corrupción en relación con la compra de kits de prueba, y los pequeños comerciantes recibiendo multas porque inflaban los precios de las mascarillas, el Gobierno también ha dejado claro que la salud pública no se puede enredar con los intereses», continúa Le Thuy.

Vietnam fue uno de los primeros países en prohibir los vuelos desde y hacia China y, cuando en febrero apenas tenía más de diez casos confirmados, puso bajo confinamiento a todas las aldeas con más de 10.000 habitantes vecinas de la capital, Hanói.

A mediados de marzo, estableció cuarentenas para todo el que entrara al país y canceló todos los vuelos internacionales.

Cualquier pasajero que llegaba a uno de los principales aeropuertos tenía que someterse a control obligatorio de temperatura y completar una declaración personal sanitaria entregando detalles de sus contactos, viaje e historial de salud, escriben los expertos Robyn Klingler-Vidra y Ba-Linh Tran en un artículo para The Conversation.

 

Aislamiento obligatorio y agresivo rastreo

 

Estas medidas también se han impuesto para todo el que se desplace a las ciudades principales y algunas otras provincias, así como los que entran en edificios gubernamentales u hospitales.

Los locales comerciales como bancos, restaurantes y edificios de apartamentos también han implementado sus propios controles.

En el artículo, Klinger-Vidra y Tran explican que alguien que registra una temperatura superior a los 38°C, es llevado al centro médico más cercano para más pruebas.

Los que hayan mentido en su declaración o se resistan a completarla pueden ser procesados criminalmente.

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Sus principales estrategias han sido aislar a las personas infectadas -con cuarentenas forzadas- y agresivamente rastrear a todas con las que han tenido contacto.

Residentes conforman equipos encargados de enfocarse en casos sospechosos de infección y hay redes del Partido Comunista que se encargan de vigilar los vecindarios.

“Vietnam es una sociedad movilizada”, declaró al Financial Times Carl Tahyer, profesor emérito de la Universidad New South Wales Canberra, en Australia.

“Es un estado unipartidista, tiene amplias fuerzas de seguridad pública, el ejército y el partido mismo, y es un gobierno jerárquico que es bueno para responder a desastres naturales”, añadió.

 

Campaña de comunicación

 

Pero el éxito también ha venido de convencer al público de que la cooperación es la clave del éxito, según dijo Takeshi Kasai, el director regional de la OMS para el Pacífico Occidental.

Eso se ha logrado con una creativa, incansable y eficaz campaña de comunicación de parte del gobierno.

Desde un comienzo expresaron con claridad la peligrosidad del virus y que tenía que tomarse muy en serio.

Klinger-Vidra y Tran escriben en The Conversation que cada día, diferentes sectores del gobierno vietnamita envían mensajes de texto a los ciudadanos por todo el país con detalles de síntomas, medidas de protección y cómo practicar el distanciamiento social. Las actualizaciones se distribuyen en diferentes plataformas.

Entre otras cosas destacables es que «Los kits de pruebas para el covid-19 están disponibles a todos y cuestan menos de US$25» y que producen resultados en 90 minutos.

Además, hay afiches de propaganda por todo el país que según el corresponsal de la BBC Jonathan Head “evocan el estilo heroico que utilizaron en la guerra (contra Estados Unidos) para movilizar al público en apoyo de lo que los líderes del país denominaron una lucha nacional contra el virus”.

Aunque algunas puedan ser cuestionables, todas estas medidas han probado ser efectivas contra la propagación del coronavirus en el país asiático, que este jueves empezó paulatinamente a regresar a la actividad normal.

Ninguna provincia en Vietnam se considera ahora “altamente susceptible” a la pandemia, anunció el primer ministro Phuc el miércoles. No obstante, algunos negocios no esenciales permanecerán cerrados.

 

La otra cara

 

Aunque en general está siendo exitosa, esta estrategia también tiene efectos negativos, de acuerdo al editor del servicio vietnamita de la BBC, Giang Nguyen.

A las personas se les incita a vigilar a sus vecinos, por lo que el miedo a ser forzado a cumplir cuarentena puede haber provocado que algunos contagiados se oculten.

Las medidas también han afectado a la economía vietnamita, causando el cierre de muchos negocios.

La aerolínea estatal Vietnam Airlines reportó pérdidas de cientos de millones de dólares en cancelaciones de rutas a Estados Unidos, Europa y el este asiático.

La contención exitosa también ha perjudicado libertades civiles en algunas zonas.

A través de una administración local eficiente y un aparato de seguridad intrusivo, Vietnam fue capaz de forzar cuarentenas en distritos enteros para contener el contagio. Pero también ha impedido confinamientos generalizados como los que sufren algunos países europeos.

«Con voluntad política, un Estado bien organizado y una población obediente ha sido suficiente para aislar al país de los peores efectos del coronavirus», dijo Nguyen.

 

*BBCNM, EM