3 abril, 2022
China está viviendo el mayor brote covid-19 desde el inicio de la pandemia. Tanto es así, que el incremento de casos ha llevado a confinar toda la ciudad de Shangái, con sus 26 millones de habitantes. La falta de inmunidad de rebaño
Covid-19: Por qué China está viviendo ahora la mayor oleada de contagios
China está viviendo el mayor brote covid-19 desde el inicio de la pandemia. Tanto es así, que el incremento de casos ha llevado a confinar toda la ciudad de Shangái, con sus 26 millones de habitantes y siendo el centro financiero del país, que se suma a otros puntos de país donde también se han impuesto cuarentenas. El 1 de abril se reportaron 9.998 nuevos casos de coronavirus en el país, cuando el día anterior habían sido 7.386, entre sintomáticos y asintomáticos.
La estrategia que ha seguido China para hacer frente al coronavirus ha sido evitar los contagios y tratar de impedir cualquier transmisión comunitaria. Además, la población que se ha vacunado lo ha hecho con las vacunas propias del país, menos efectivas que otras.
Estos dos factores han hecho que la población no haya adquirido la inmunidad necesaria. Así, la llegada de la contagiosa variante ómicron ha provocado un aumento de positivos y también de la mortalidad.
Por ahora, parece que las autoridades no tienen pensado cambiar de sistema. En lugar de aceptar convivir con el virus como en occidente, China continúa orientada a cortar las cadenas de transmisión con más restricciones y confinamientos.
Una parte de la población china está comenzando a decir “basta” a tanta limitación. En los últimos días se han visto escenas inéditas de ciudadanos protestando y discutiendo con sanitarios, e incluso tratando de escapar para no ser aislados.
“¡Déjennos salir!”, claman en un vídeo difundido en las redes los vecinos de un complejo residencial de Shanghái, donde también quedaron registradas escenas de tensión por la ansiedad de la población para abastecerse ante el confinamiento.
Y es que la detección de un solo caso por coronavirus puede conllevar el encierro de cientos de personas de un edificio, e incluso de centros comerciales y colegios, donde si saltan las alarmas por un positivo en el interior no sale nadie hasta que todos se hayan hecho una PCR. Hay incluso colegios internacionales que en Pekín han pedido a los padres de los alumnos que envíen una manta, por si los niños tienen que pasar allí la noche.
