23 septiembre, 2020
La noticia circuló como al pasar entre protestas, cortes y malaria generalizada. Lo concreto es que el Ministerio de Ambiente del Chubut, dirigido por Eduardo Arzani (alias “Garbarino”: ideas felices), deslizó este miércoles también, como al pasar, en el grueso de buenas y valorables medidas sobre reciclado de desechos industriales, que mudaba la sede del Ministerio de Ambiente en Madryn, nada menos que a la sede de CIMA, la Cámara de Industriales prósperos que en más de 30 años no logran procesar sus desechos cloacales y siguen derivándolos al golfo a través del secretísimo “paleocuenco”.
La decisión de Arzani es -se podría decir- única en el país, ya que el sector público muchas veces reconoce algún que otro affaire con el privado, pero de allí a mudarse a su casa hay un trecho.
Claro que la malaria del gobierno chubutense no mide en romances, flirteos o casamiento por necesidad. Con esto se debería entender que el gobierno bajaría costos de alquiler, internet, luz, gas, etc (y algún que otro viático). Por lo que se entiende que va a ser muy complicado para el organismo provincial, controlar con objetividad a su ´conyugue´, que concentra no sólo a la única productora de aluminio primario del país, sino al polo metalmecánico que se prepara para la avanzada minera, al principal sector pesquero provincial en tierra, y de servicios portuarios, entre otros.
La noticia fue emitida por prensa oficial e indica que “Ambiente iniciará con CIMA y el municipio de Madryn un Programa de Reciclado de Residuos industriales. La oportunidad fue propicia también para anunciar el traslado de la oficina del Ministerio de Ambiente a la Sede de la Cámara (sic), como parte del trabajo y proyectos en conjunto que se plantean”.
El marco en donde se dejó trascender la ‘ mudanza’ fue durante la presentación por zoom de “Conexión Reciclado”, una plataforma digital acompañada de una red de expertos del sector de la economía circular que ayuda a municipios, empresas, y organizaciones a transformar residuos, subproductos y pérdidas en productos con impacto social y ambiental con presencia en varias provincias, dijeron.
Un aplauso por supuesto para Ovidio Palacios y asesores de CIMA por la avanzada solidaria, pero un coscorrón para Eduardo Arzani, la subsecretaria de Gestión Ambiental, Carolina Humphreys, y el secretario de Protección Ambiental de Puerto Madryn, Facundo Ursino por la falta a sus deberes de independencia de contralores públicos. En esta línea se podría inferir sin temor a error que el sector público de ambiente de Madryn, definitivamente fue oficialmente privatizado entre gallos, medianoches, zorros y gallineros.