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25 agosto, 2020

EVALÚA UN VIAJE EN NOVIEMBRE PARA CERRAR ACUERDO POR UNOS U$S 8 MIL MILLONES

Controversia nuclear: Alberto negociará una cuarta central con China

China no deja de consolidarse como el destino comercial preferido de los últimos gobiernos a la hora de buscar fondos frescos. Ahora, y con vistas a retomar la agenda del país fronteras hacia afuera, Alberto Fernández evalúa para el mes de noviembre un viaje a ese país y el aspecto energético será uno de los ítems sobre los que girará el interés oficial.

En ese sentido, fuentes ligadas al área de Energía, el Gobierno apuntará a desempolvar el acuerdo de construcción de instalaciones nucleares rubricado por Cristina Fernández en noviembre de 2015, en tiempos del kirchnerismo al frente del Ejecutivo nacional.

Eso sí, la nueva apuesta de la actual gestión será más moderada: sólo apuntará al desarrollo de Atucha III -el pacto de hace 5 años promovía dos nuevas centrales- pero con el detalle de que la usina corresponderá al modelo Hualong desarrollado justamente por China.

En concreto, esto implica el descarte de la opción de tecnología Candu, dominada a nivel local y que además permitiría la participación de proveedores locales.

La propuesta que el Presidente buscaría cerrar con China, valuada en casi 8.000 millones de dólares, comprenderá una central «llave en mano» que ya enciende el malestar en el segmento atómico en tanto el reactor Hualong -que funciona a base de uranio enriquecido en lugar del uranio natural que requiere la opción Candu- demandará la compra permanente del combustible nuclear a la potencia asiática.

 

Atados a la dependencia

 

Desde organizaciones como el Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO) no ahorraron críticas a la intención oficial. «Seguir adelante solo con la Hualong (de mayor interés para China) y descartar la opción Candu sería la peor de las alternativas posibles», indicaron desde la entidad vía un comunicado.

«… la compra en estas condiciones de una central china de uranio enriquecido es funcional a las intenciones de los Estados Unidos para Argentina. Históricamente el Hegemón buscó privar a nuestro país de la capacidad autosuficiente en materia nuclear», expone.

Para luego añadir: «Y efectivamente será así, si Argentina pierde su línea tecnológica autónoma quedará sometida a la voluntad de las grandes potencias que tienen la tecnología de enriquecimiento. Esto no pone en cuestión las buenas intenciones del gobierno chino. Solamente, creemos, nos señala que debemos analizar cuidadosamente la forma y la circunstancia en que se lleva adelante el proyecto…».

Voces en contra

 

Desde el ámbito de los expertos de la actividad nuclear también acercaron cuestionamientos al rumbo oficial.
«Sin integración local es un retroceso de décadas para la Argentina. Para los chinos, por supuesto, les representará un negocio millonario, no transferirán su tecnología y además nos seguirán vendiendo el combustible», expuso ante iProfesional un ex secretario de Energía.

Esto parece más un gesto político para seguir teniendo la predilección de los chinos a la hora de hacer negocios antes que una iniciativa con intención de potenciar el desarrollo nuclear doméstico», remató.

 

El macrismo paró la central

 

La central cuya construcción se busca reactivar ahora tuvo su primer aval oficial concreto a fines de 2015, cuando Argentina firmó un acuerdo con China para el desarrollo de dos usinas por un monto cercano a los 14.000 millones de dólares.

Ya con Mauricio Macri en la Presidencia, la gestión de Juan José Aranguren en Energía activó una revisión de contratos con vistas a redefinir cómo se llevaría a cabo la construcción de las dos generadoras.
Finalmente, a mediados de 2018 el macrismo culminó por paralizar por completo ambos proyectos en cuanto se intensificaron las negociaciones con el FMI. Y el acuerdo con China quedó virtualmente caído a partir de ese incumplimiento oficial.

«Teníamos en carpeta dos centrales adicionales, la cuarta y la quinta central, que respondían a un memorando de entendimiento que se había firmado en 2014 con China. Nosotros también firmamos otro memorando», declaraba el mismo Aranguren en junio de ese año. «Ahora bien, una inversión de un orden de magnitud de 14.500 o 15.000 millones de dólares en la actual situación fiscal que tiene la Argentina nos obliga a ser prudentes. Por lo tanto, le hemos propuesto al gobierno chino suspender o postergar la construcción de la cuarta y la quinta central», completaba el ex ministro.

Cabe recordar que sobre la quinta central estaba en evaluación su ubicación, que en principio se preveía precisamente en la Patagonia argentina.

 

*IProfesional, NA