26 junio, 2020
CON PASAJEROS LOCALIZABLES Y SIN EQUIPAJE A BORDO
En los países que van volviendo paulatinamente a la ´nueva normalidad´, los viajeros están aprendiendo a utilizar el avión y los aeropuertos de nuevo. Algo que puede recordar a lo que ocurrió tras los atentados del 11-S con la necesidad de controlar los líquidos a bordo o de pasar el calzado por los controles de rayos X.
Ahora, en la primera semana de apertura de fronteras en España por ejemplo, con la mayoría de los europeos viajando, los clientes tienen que hacer un ejercicio de autorresponsabilidad antes, durante y después del trayecto, para no convertirse en vectores de transmisión. Hasta ahora no se han detectado contagios ocurridos en una aeronave, pero los recaudos son extremos.
Largo viaje
La experiencia de viaje comienza 24 horas antes de subirse al avión, como explica Javier Gándara, presidente de la patronal de aerolíneas españolas ALA. «Cada pasajero debe rellenar un cuestionario para su aerolínea, durante el proceso de facturación ‘online’, en el que se le preguntan cuatro cuestiones. Si alguna es marcada por el pasajero, este debe abstenerse de viajar. Dejamos a la responsabilidad individual de cada uno de ellos ser sincero y viajar solo si no cumple ninguna de esas cuatro opciones».
Estas preguntas son, primero, si el viajero ha tenido síntomas en las últimas 24 horas como fiebre o tos, o bien mostrar síntomas de pérdida de olfato en los ocho días previos; segundo, si ha tenido posible contacto con infectados en las últimas dos semanas; tercero, si ha sido diagnosticado con covid en las dos últimas semanas; y, por último, si el potencial viajero debe estar en cuarentena durante la fecha del vuelo. Si el cuestionario sale limpio, ya podemos dar el siguiente paso: ir al día siguiente al aeropuerto.
Evitando aglomeraciones
Al llegar a la terminal, solo se permite la entrada a la misma de los viajeros, no a familiares ni allegados. La mascarilla es obligatoria para moverse por los recintos aeroportuarios, donde todos los procesos de facturación, paso por los controles de seguridad o embarque se llevarán a cabo con 1,5 metros de distancia entre personas. Las aerolíneas no permitirán llevar equipaje a bordo, todo tendrá que facturarse para minimizar contactos entre pasajeros en la cabina del avión.
También se han limitado la capacidad de ascensores, aseos y bancadas. Y, a diferencia de otros países europeos, la temperatura se les tomará solo a los viajeros que llegan a España, no antes de embarcar a los que salen hacia otros destinos.
Resguardos extremos
Los aeropuertos de la red de Aena han activado además la opción de la renovación permanente del aire a través de los sistemas de climatización. Se ha hecho un importante esfuerzo además en señalética, distribución de dispensadores de hidrogel en todas las zonas donde se concentran viajeros, o recolocación del mobiliario para permitir la formación de colas con espacio suficiente antes de pasar los controles de seguridad o previamente al embarque.
Tras este paso seguro por la terminal, el trayecto tendrá ligeras variaciones para el viajero en función de si es un vuelo de corta distancia —entre dos y tres horas de duración, lo que cubre la mayoría de destinos europeos— o de medio y largo radio —que se recuperarán de forma generalizada más adelante durante el verano—.
En todos, la mascarilla será obligatoria. No habrá servicio de comida a bordo, ni gratuito ni paga —como mucho un vaso de agua— y se conmina a los viajeros a que pasen la mayor parte posible del viaje sentados. En los de medio radio se distribuirán alimentos empaquetados en dosis individuales y las mantas se facilitarán a petición individual de cada cliente.
Todas por igual
¿Habrá diferencias entre aerolíneas, en función de si son de bajo coste o de bandera? Gándara es contundente: «No competimos en medidas de seguridad o bioseguridad. Lo hacemos en precio o en otros servicios, pero no en seguridad. Estamos todos muy concienciados, sabemos lo que nos jugamos y no hay diferencias sustanciales entre unas empresas y otras». En las de bajo costo afirman que incluso se está siendo más estricto en el cumplimiento de las recomendaciones por el mayor grado de ocupación media de los aviones respecto a otras aerolíneas no ‘low cost’.
En destino
Al llegar a destino, los pasajeros pasarán un control de temperatura y deberán entregar un segundo cuestionario a las autoridades sanitarias de cada país para estar localizables durante su estancia.
Se trata, según explican desde Aena, de controlar la trazabilidad del pasajero. Aena y el ministerio de Sanidad prevén tener operativa una app a inicios de julio para generar un código QR que sea leído en destino y se agilice esta gestión.
Esto será parte de la ´nueva normalidad´a medida que se recuperen los vuelos también en América y el resto del mundo.