10 enero, 2022
Un estudio revolucionario de la Universidad Estatal de Georgia descubrió información nueva y sorprendente sobre cómo los alimentos salados afectan el cerebro. La investigación se centró en la relación entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo en las profundidades del cerebro.
Cuando las neuronas se activan, el flujo sanguíneo aumenta rápidamente al área. Este proceso, conocido como acoplamiento neurovascular o hiperemia funcional, ocurre cuando los vasos sanguíneos llamados arteriolas se dilatan. El acoplamiento neurovascular forma la base de las imágenes de recursos magnéticos funcionales (fMRI).
Los expertos confían en este concepto para diagnosticar trastornos cerebrales, buscando áreas de flujo sanguíneo restringido o débil.
Los estudios anteriores sobre el acoplamiento neurovascular solo se han centrado en áreas cerebrales superficiales, como la corteza cerebral. Los científicos analizaron principalmente cómo los estímulos sensoriales, como los visuales o auditivos, afectaban el flujo sanguíneo.
Sin embargo, los científicos sabían muy poco sobre si estos procesos ocurrían de la misma manera en partes más profundas del cerebro antes de este estudio. Estas regiones del cerebro procesan los estímulos producidos por el cuerpo, conocidos como señales interoceptivas.
Un equipo de científicos colaboró en el estudio para examinar estos procesos en áreas profundas del cerebro. El Dr. Javier Stern, profesor de neurociencia en el estado de Georgia y director del Centro de Neuroinflamación y Enfermedades Cardiometabólicas de la universidad, dirigió el estudio. El equipo de científicos desarrolló un nuevo enfoque que combina métodos quirúrgicos y neuroimagen avanzada.
La investigación del equipo se centró en la relación entre los alimentos salados y el hipotálamo, un área profunda del cerebro responsable de las funciones corporales críticas. Estos incluyen beber, comer, reproducirse y regular la temperatura corporal.
El estudio, publicado en la revista Cell Reports , examinó cómo los alimentos salados afectaban el flujo sanguíneo al hipotálamo.
Los investigadores explican el vínculo entre comer alimentos salados y la salud del cerebro
“Elegimos la sal porque el cuerpo necesita controlar los niveles de sodio con mucha precisión. Incluso tenemos células específicas que detectan cuánta sal hay en la sangre”, dijo Stern. “Cuando ingieres alimentos salados, el cerebro los detecta y activa una serie de mecanismos compensatorios para reducir los niveles de sodio”.
El cuerpo logra esto parcialmente activando neuronas que resultan en la liberación de vasopresina. De hecho, esta hormona antidiurética juega un papel fundamental en el mantenimiento de la cantidad adecuada de sal en el cuerpo.
Estudios previos sobre cómo los alimentos salados impactan en el cerebro descubrieron una asociación positiva entre la actividad neuronal y el aumento del flujo sanguíneo. Sin embargo, los investigadores observaron lo contrario en este estudio: el flujo sanguíneo disminuyó cuando las neuronas del hipotálamo se activaron.
Stern dijo “Los hallazgos nos tomaron por sorpresa porque vimos vasoconstricción, que es lo opuesto a lo que la mayoría de la gente describió en la corteza en respuesta a un estímulo sensorial. Normalmente se observa una reducción del flujo sanguíneo en la corteza en el caso de enfermedades como el Alzheimer o después de un accidente cerebrovascular o isquemia “.
El equipo llamó a este fenómeno “acoplamiento neurovascular inverso” o hipoxia debido a la desaceleración del flujo sanguíneo. También encontraron otras diferencias interesantes en el estudio sobre los alimentos salados que afectan al cerebro en comparación con hallazgos anteriores. La dilatación de los vasos sanguíneos en la corteza se produce de forma rápida y muy localizada. Sin embargo, en el hipotálamo, la respuesta se produjo de manera dispersa y lenta durante algún tiempo.
“Cuando comemos mucha sal, nuestros niveles de sodio permanecen elevados durante mucho tiempo”, dijo Stern. “Creemos que la hipoxia es un mecanismo que fortalece la capacidad de las neuronas para responder a la estimulación sostenida de la sal, lo que les permite permanecer activas durante un período prolongado”.
Este estudio justifica una mayor investigación sobre cómo la presión arterial alta causada por comer sal puede afectar el cerebro. Los investigadores han descubierto que entre el 50 y el 60% de la hipertensión se debe a un exceso de sal.
En 2017, el Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón publicaron nuevas pautas para controlar la presión arterial alta . Definieron hipertensión como presión arterial igual o superior a 130/80 mmHg. La hipertensión en etapa 2 ocurre cuando la presión arterial permanece en o por encima de 140/90 mmHg.
La presión arterial alta aumenta el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral, ambas causas principales de muerte en los EE. UU.
En 2019, la presión arterial alta causó o contribuyó directamente a más de 500,000 muertes en los Estados Unidos.
Casi el 50% de los adultos en los Estados Unidos (47%, o 116 millones) tienen hipertensión o toman medicamentos para controlarla.
Sin embargo, solo alrededor de 1 de cada 4 adultos (24%) con hipertensión manejó adecuadamente su condición.
Aproximadamente la mitad de los adultos (45%) con hipertensión no controlada tienen una presión arterial definida como hipertensión en etapa 2. Esto incluye 37 millones de adultos estadounidenses.
Se cree que alrededor del 20% de los adultos con presión arterial alta no saben que la tienen.
La hipertensión afecta de manera desproporcionada a las personas del sur y el medio oeste, junto con los hombres y las personas de color.
Factores de riesgo modificables: dietas poco saludables (comer demasiados alimentos salados, exceso de grasas saturadas o trans, bajo consumo de frutas y verduras), estilo de vida sedentario, consumo de tabaco y / o alcohol excesivo, y sobrepeso u obesidad.
Factores de riesgo no modificables: antecedentes familiares, tener más de 65 años, comorbilidades que incluyen diabetes o enfermedad renal.
Prevención de la hipertensión arterial
Reducir los alimentos salados a menos de 5 g de sodio por día.
Consuma más frutas y verduras (al menos cinco porciones por día)
Haga al menos 150 minutos de ejercicio moderado a intenso cada semana.
Evite fumar y reduzca o elimine el alcohol
Vigile su consumo de grasas saturadas, ya que esto puede aumentar el riesgo de hipertensión.
Manejo de la condición
Reducir y controlar el estrés. El yoga, la meditación, los paseos por la naturaleza, la respiración profunda, la aromaterapia y la atención plena pueden ayudar.
Controle su presión arterial.
Asegúrese de tomar cualquier medicamento y manejar adecuadamente las condiciones coexistentes.
Reflexiones finales sobre cómo los investigadores revelaron que los alimentos salados afectan el cerebro
El estudio de la Universidad Estatal de Georgia encontró que los alimentos salados restringen el flujo sanguíneo al cerebro. Con el tiempo, la ingesta excesiva de sodio puede provocar un deterioro cognitivo debido a la disminución del oxígeno.
En el futuro, el equipo quiere estudiar el mecanismo de acoplamiento neurovascular inverso en sujetos animales. De hecho, esto ayudaría a determinar si el fenómeno contribuye a la hipertensión dependiente de la sal. Además, esperan aplicar sus hallazgos a otras regiones y afecciones del cerebro, incluida la depresión, las enfermedades neurodegenerativas y la obesidad.
“Si ingieres mucha sal de forma crónica, tendrás hiperactivación de las neuronas de vasopresina. Este mecanismo puede entonces inducir una hipoxia excesiva, lo que podría provocar daño tisular en el cerebro ”, dijo Stern. “Si podemos comprender mejor este proceso, podemos diseñar nuevos objetivos para detener esta activación dependiente de la hipoxia y quizás mejorar los resultados de las personas con presión arterial alta dependiente de la sal”.
*EP/by Kristen Lawrence
