6 diciembre, 2021
Los investigadores del Karolinska Institutet han descubierto que nuestro sentido del olfato nos ayuda a detectar y responder a las amenazas. Ser capaz de oler el peligro mejora nuestras posibilidades de supervivencia. Por ejemplo, si huele vapores tóxicos o comida podrida, es probable que su instinto le diga que corra.
Naturalmente, queremos evitar los olores desagradables porque pueden tener consecuencias fatales. Por el contrario, buscamos olores agradables ya que nuestro cerebro los asocia con una posible recompensa.
El equipo utilizó una técnica innovadora para determinar qué sucede en el cerebro cuando olemos un peligro. El estudio, publicado en la revista PNAS, indica que procesamos los olores desagradables mucho más rápido que los olores positivos. Esta respuesta probablemente se produce para que podamos responder rápidamente a cualquier amenaza percibida. Como era de esperar, los aromas negativos desencadenan una respuesta de evitación física cuando el cerebro envía señales al sistema nervioso.
“La respuesta de evasión humana a los olores desagradables asociados con el peligro se ha visto durante mucho tiempo como un proceso cognitivo consciente, pero nuestro estudio muestra por primera vez que es inconsciente y extremadamente rápido”, dice el primer autor del estudio, Behzad Iravani, investigador del Departamento de Neurociencia Clínica, Karolinska Institutet.
El órgano olfativo comprende aproximadamente el 5% del cerebro humano, lo que nos permite diferenciar entre millones de olores. Muchos de estos olores pueden amenazar nuestra salud y supervivencia, como los productos químicos o los alimentos en mal estado. El cerebro procesa las señales de olor en solo 100 a 150 milisegundos después de que un olor pasa por nuestra nariz .
Todos los seres vivos de la Tierra dependen de instintos de supervivencia, como evitar el peligro y buscar recompensas. Para los humanos, el sentido del olfato juega un papel crucial en la identificación y respuesta a posibles amenazas. Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo cómo nuestros cerebros procesan los olores desagradables y nos indican que los evitemos.
Debido a que anteriormente no existían métodos no invasivos para medir las señales del bulbo olfatorio, su estudio ha sido un desafío. El bulbo olfatorio representa la primera parte del rinencéfalo (también conocido como “cerebro de la nariz”) con conexiones directas a componentes esenciales del sistema nervioso central. Cuando las señales del cerebro viajan a esta área, nuestro sistema nervioso nos ayuda a identificar y recordar situaciones o sustancias peligrosas.
Para el estudio, los investigadores desarrollaron una técnica para medir las señales del bulbo olfatorio humano por primera vez. Esta parte del cerebro procesa los olores y envía señales a la corteza motora y la amígdala, que gobiernan el movimiento y la conducta de evitación.
Los resultados del estudio provienen de tres experimentos separados en los que los participantes calificaron su experiencia de seis olores. Los investigadores incluyeron olores positivos y negativos en el experimento. Midieron la actividad electrofisiológica de los bulbos olfativos de los participantes durante sus experiencias.
“Estaba claro que la bombilla reacciona de forma específica y rápida a los olores negativos y envía una señal directa a la corteza motora en unos 300 ms”, dice el último autor del estudio, Johan Lundström, profesor asociado del Departamento de Neurociencia Clínica del Karolinska Institutet. “La señal hace que la persona se incline hacia atrás inconscientemente y se aleje de la fuente del olor”.
Añadió: “Los resultados sugieren que nuestro sentido del olfato es importante para nuestra capacidad de detectar peligros en nuestra vecindad, y gran parte de esta capacidad es más inconsciente que nuestra respuesta al peligro mediado por nuestros sentidos de la vista y el oído”.
La Fundación Knut y Alice Wallenberg, el Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación y el Consejo de Investigación Sueco financiaron el estudio. No se han informado conflictos de intereses.
Es fascinante que a pesar de que vivimos en entornos modernos, conservamos muchos de nuestros instintos de supervivencia. Ya no tenemos que huir de osos o leones, pero nuestra vida diaria aún presenta muchos desafíos. Ser capaz de navegar por ellos usando nuestro sentido del olfato, en algunos casos, puede ser útil.
Si quieres que tu espacio vital sea más aromático, tenemos algunos consejos. Afortunadamente, la mayoría de ellos cuestan muy poco y pueden agregar olores agradables a su entorno.
. Enciende velas o incienso. Puede elegir entre miles de aromas diferentes para limpiar su hogar de malos olores. Desde vainilla hasta brisa marina y aromas navideños como snickerdoodle, seguro que encontrarás algo que te guste. Alternativamente, si no desea inhalar el humo de las velas, puede optar por quemadores de cera o aceite . Aún puede disfrutar de varios aromas sin tener que lidiar con los subproductos del fuego.
. Limpia tu espacio vital. Sabemos que no es la actividad más divertida del mundo, pero es mejor tener una casa limpia. Asegúrese de fregar los pisos con regularidad, fregar los inodoros y las bañeras, y lavar los platos antes de que se amontonen. Esta diligencia ayudará a eliminar los olores desagradables mientras mantiene su hogar fresco e impecable.
. Mantenga los zapatos sucios en el garaje. En muchos países asiáticos, es costumbre dejar los zapatos fuera de casa o en el vestíbulo. Esta costumbre evita que la suciedad, los insectos o los elementos externos contaminen la sala de estar. En la casa, use pantuflas o zapatos de casa en su lugar para un ambiente más limpio. Tu sentido del olfato te lo agradecerá porque los zapatos pueden apestar bastante después de un tiempo.
. Limpia profundamente y aspira tus alfombras. Especialmente si tienes mascotas, es fundamental limpiar las alfombras con frecuencia. Si no lo hace, aún querrá darle a las alfombras un poco de cariño con bicarbonato de sodio y una aspiradora completa. Muchas personas promocionan el bicarbonato de sodio como el mejor eliminador de olores; además, puede usarlo en múltiples superficies.
Nuestro sentido del olfato nos ayuda en diversas situaciones. Puede hacer que detectemos alimentos en mal estado en lugar de comerlos o que huyamos del humo en la distancia. Todavía tenemos nuestros instintos de supervivencia, pero los usamos de manera bastante diferente que en el pasado. El desafío es recuperarlo, afinarlo y cuidarlo con mejores hábitos.
*EP/ by Kristen Lawrence