25 julio, 2021
Por Juana de Arco*
La buena racha electoral que caracterizó siempre al gobernador Mariano Arcioni puede alterarse en estas Legislativas 2021, y no por cuestiones previsibles, sino por esas trampitas de reglamento a las que en general suele apelar el internismo o la oposición.
A estas alturas se podría inferir que se trataría de ambas cosas. Lo cierto es que Chubut Somos Todos, el novel partido con el que el exgobernador Mario Das Neves consolidó sus últimos años de gestión, esta prácticamente ‘en el aire’ respecto a la situación de sus candidatos. Los cuáles en principio parecían correr con ‘el caballo del comisario’ de acuerdo a los sondeos y a los cálculos del oficialismo, y ahora vienen haciendo dedo.
El partido pudo presentar candidatos a pesar que la Justicia Electoral rechazó la candidatura del ministro de Seguridad Federico Massoni por considerar que la Carta Orgánica del partido no cuenta con la posibilidad de sumar a extrapartidarios como candidatos. Sobre Vanesa Abril, candidata a diputada nacional no está clara la situación, por tratarse presuntamente de una ‘no afiliada’ que tampoco pertenecería a otro partido.
Pero la cosa no está fácil, sobre todo porque la norma es clarita: “el artículo 2 de la Ley de Partidos Políticos dice que podrán llevar extrapartidarios siempre y cuando esté previsto en su carta orgánica en forma específica», y en la Carta Orgánica de ChuSoTo no lo prevé. Precisamente es una especie de trampita que se subsanaba con alianzas, y que al caerse la alianza con el PICH (que no quedó muy claro por cuantas diferencias fue) se activó la eyección de la banca de Massoni. (No podrán decir que no lo advertí: «Martes 13, no te cases ni te ‘aliances’ » https://chubutline.com/martes-13-no-te-cases-ni-te-aliances/ )
En principio la medida dictaminada por el juez Hugo Sastre de la Justicia Electoral, fue apelada por los apoderados y ahora deberá decidir la Cámara Nacional Electoral. La apelación presentada por ChST tiene efecto suspensivo por lo tanto, el partido pudo presentar sus candidatos, pero por supuesto a riesgo que a nivel nacional le bajen el pulgar.
Por ahora la formalidad se hizo y las listas quedaron con el ministro de Seguridad, Federico Massoni, encabezando la lista al Senado nacional junto a la actual diputada Rosa Muñoz. El primer suplente será el intendente de Gualjaina, Marcelo Limarieri y la segunda suplente la Gerente General IPVyDU, Ivana Papaiani.
En tanto para la categoría de Diputados, será el ministro de Salud, Fabián Puratich el cabeza de lista. Estará acompañado por la actual subsecretaria de Información Pública, Vanesa Abril. El primer suplente será el secretario de Chubut Somos Todos, el abogado de Esquel, Fernando Raposeira. La segunda suplente será la exdiputada provincial, Alejandra Jhonson Taccari. Hasta ahí la información lisa y llana.
Una vez pasada la voragine de las últimas horas y la oficialización de listas, en torno al partido oficial las reflexiones son muchas. «Esto a Mario no le pasaba», deslizó con ironía un veterano de cierres enredados que ve en los sucesos un especie de ‘vendetta’ divina. No olvidar que el sello electoral que armó Das Neves terminó en manos de su vice, desplazando al grueso de los dasnevistas de paladar negro, muchos a costa de negociaciones y de cargos, otros desterrados a cuarteles de invierno presuntamente a cambio de inmunidad, y otros tanto sacudidos de la rama por la justicia en medio de escandalosas causas por corrupción donde un importante número terminó preso o imputado.
En este marco, hay quienes desconfían que ‘la tortuga se les escapó’, como dijo el presidente del ChuSoTo, el experimentado Máximo Pérez Catán ante tamaño error, y por el contrario ven en la situación una movida netamente conspirativa para dejar afuera de la elección a Federico Massoni. Ni hablar si se considera que el mirador de cada milímetro electoral es nada menos que el ‘encantador de urnas’, Rafael Cambareri, un capo del escapismo de votos que le sopló la prevalencia radical a los correligionarios hace 17 años y que no les permitió levantar cabeza hasta la fecha. O sea, para una gran mayoría, ‘es más difícil que la tortuga se les haya escapado, que le hayan dejado la puertita abierta’.
Motivos sobran: Massoni no pertenece al ChuSoTo sino al PICH; fue el encargado de allanar entusiastamente a la familia del finado fundador del sello que ahora pretende que lo lleve como cabeza de lista nada menos que del Senado; y encima no andaba de muy buenas migas con la plana mayor de Fontana 50 tras algunos fuertes pronunciamientos con temas polémicos para la gestión, como son la guita y los egos. Por lo que no es de extrañar que algunos de los ‘enemigos’ internos y/o externos evidentemente activó la cláusula escondida de los extrapartidarios alertando del tema que -por supuesto- no se le pasaría a la Justicia Electoral del siempre diligente juez Sastre.
Para algunos asesores dilectos de Arcioni, Massoni es ‘un peligro’ latente. Arcioni le vendría considerando muchas, merced a la buena relación por su histórica amistad liceísta que los une, pero este año acumuló situaciones complejas como el mal paso con la visita presidencial y el imprevisto ataque a Alberto; los reclamos salariales de la Policía que terminó avalando como un subalterno más; el posicionamiento de temas como la baja de la imputabilidad de menores que delinquen, un tema verdaderamente ‘piantavotos’, y ni hablar de los operativos pandemia con detenciones ilegales en los ‘Gimnasios de detención’ que improvisó, extremidades que aún perviven en la memoria colectiva.
Pese a todo, el ministro más excéntrico y mediático del Gabinete del comodorense al mando también sería el que mejor mide, entrándoles a las electores por centro derecha y activando el reclamo permanente del Valle de seguridad y ‘mano dura’, lo que le hace alimentar además su idea fija de ser intendente de Trelew.
Mal que pese, sacarlo decorosamente hacia el Congreso era una buena alternativa para Arcioni con lo que subsanaba una rencilla (con renuncia en puerta en cualquier momento), lo preservaba con vistas a pelear Trelew en 2023, y encima alcanzaba una banca reeditando otro logro en las urnas. Pero ahora con la objeción de las autoridades electorales el escenario sería como un buscapié para el oficialismo: no solo perdería un candidato, sino aceleraría una interna en el gabinete donde las relaciones entre Massoni y Grazzini penden de un hilo.
Por el momento la pelota pasaría a la Cámara Nacional Electoral donde Sergio Massa con sus apoderados serán los encargado de gestionar la situación de Massoni, y ver si puede gambetear la complicación chubutana.
Mientras que Massoni se desvela con la cuestión existencial, ‘viuda e hijos de rockanroll’ dicen que se relamen de satisfacción, al igual que el establishment madrynense, que hace cuentas y se frota las manos, y ni hablar del PJ trelewense. A la par, el comodorato prepara el bozal por las dudas si la candidatura se cae. Y lo que parece un dato menor, al fin y al cabo podría ser el principio de la implosión del ChuSoTo, un armado que perdió a su conductor natural, no posee claridad ideológica ni posicionamientos recurrentes, y sin militancia ni folclore es apenas un salvavidas electoral que tarde o temprano se puede pinchar.
En fin, como dijera Hamlet, «Hay algo podrido en el estado de Dinamarca».