19 marzo, 2021
En un documento, aseguran que la incertidumbre del escenario internacional, los desequilibrios macroeconómicos y las tensiones del Gobierno con los agentes económicos por el uso de los dólares disponibles aparecen como las principales amenazas.
Un grupo de economistas del Frente de Todos de la Provincia de Buenos publicó su segundo informe de coyuntura, en el que analizan el desempeño de la actividad a nivel nacional durante el primer bimestre del año y trazan un pronóstico optimista de cara a lo que resta de 2021, aunque alertan sobre la existencia de límites concretos al crecimiento.
En su anterior informe, el equipo -integrado por el ex viceministro de Economía de la Nación y actual secretario administrativo del Senado provincial, Roberto Feletti; el ex senador Juan Manuel Pignocco; el ex titular ARBA, Martín Di Bella; el ex funcionario Horacio Rovelli, el contador Diego Perrella y la Dra. Érica Pinto- habían planteado que las dos líneas rectoras de expansión para el presente año serían la vacunación masiva y la ejecución de los ambiciosos programas de obra pública nacional y provincial que, sumados,representan 2,8 puntos del PIB.
Partiendo de ese diagnóstico, ahora añaden que, durante la apertura de sesiones ordinarias el pasado 1 de marzo, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, “agregó un tercer factor, que consiste en asegurar un crecimiento inclusivo, signado por tres componentes: 1) subordinar el acuerdo con el FMI a la expansión de la economía; 2) reducir la presión tributaria sobre los trabajadores alcanzados por el Impuesto a las Ganancias; 3) desdolarizar las tarifas de energía, que constituyen un factor de erosión del salario”.
Por otra parte, el documento subraya que “estos ejes se engarzan con la puesta en marcha del Consenso Económico y Social; el inicio de las paritarias salariales libres; y la inminente convocatoria al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil”.
Todo lo anterior les permite decir que “el presidente Fernández ha configurado un conjunto articulado de acciones positivas tendientes producir un crecimiento robusto de la economía que comience a dejar atrás un lustro de crisis debido a las consecuencias del macrismo y de la pandemia”. A eso, añaden que “del acierto en su ejecución depende la consolidación política de la coalición gobernante en las elecciones de medio término”.
Sin embargo, el informe advierte que “no todas son buenas noticias en el recorrido trazado”y resalta tres cuestiones que merecen ser seguidas con atención: 1) la incertidumbre del escenario internacional; 2) los desequilibrios macroeconómicos existentes, que empiezan a acercarse a algunos límites; 3) los conflictos de los agentes económicos entre sí y con el Gobierno, que se traducen en la suba del Riesgo País y el nivel de inflación con que inició el año.
En cuanto al primer punto, la tensión entre los Estados Unidos y China, por un lado, y el rumbo adoptado por Brasil, por el otro, ofrecen señales contradictorias para nuestro país. En efecto, la gestión de Joe Biden parece apuntar a consolidar la posición hegemónica global estadounidense, lo que “constituirá un escenario de tensión para Suramérica, y en particular para la Argentina, debido a la natural atracción que ejerce sobre nuestro país la relación con China y otras potencias de Oriente por la complementariedad económica existente”. A eso debe sumarse que el rol jugado por Brasil no es el mismo que en la primera década y media del siglo, “cuándo la constitución de una firme alianza argentino-brasileña irradiada al resto del continente (UNASUR) nos permitió ganar amplios márgenes de autonomía”.
En cuanto al segundo eje, se especifica que “los riesgos de una corrección forzada de los precios relativos de la economía, conocida como ‘golpe de mercado’, tiene su raíz en el desequilibrio de divisas que arroja el balance de pagos con el exterior, antes que en un déficit fiscal relevante”.
Por eso, dice el documento, “mantener un abultado el nivel de reservas internacionales en el Banco Central otorga tiempo para cerrar la brecha negativa de las cuentas públicas sin traumatismos ni aceleraciones, e inclusive para sostenerla en márgenes compatibles con el nivel de actividad”. A la inversa, “un déficit agudo de la cuenta corriente del balance de pagos, aun cuando inicialmente pueda ser solventado con ingreso de capitales, exige ajustes rápidos para impedir un desmadre en precios, tipo de cambio y tasa de interés”.
En base a esta aseveración, se indica que “la balanza comercial superavitaria es el principal proveedor de un flujo positivo de divisas para equilibrar al sector externo”, al tiempo que se advierte que “si dicho flujo se reduce y la cuenta financiera sigue presentando déficits relevantes, la sostenibilidad de las cuentas externas puede verse comprometida”.
*LT