ChubutLine.com "Periodismo Independiente" - Noticias, política y un análisis de la realidad diferente - directora@chubutline.com - redaccion@chubutline.com



20 junio, 2021

Candidaturas intrincadas y lunes con ‘efecto Manes’

Oposición intrincada y lunes con efecto Manes

 

En un escenario político con el oficialismo en franco desplome en las encuestas, los movimientos de la oposición van ganando importancia. Y por primera vez en este turno preelectoral, el radicalismo tomó la iniciativa en la coalición opositora.

 

Por Ignacio Zuleta

 

Este lunes Facundo Manes hará un primer acto como candidato putativo a diputado nacional por Buenos Aires: un zoom con los 31 intendentes de su partido. Para esas horas promete confirmar la aceptación de la postulación que recibió en el Comité Nacional del partido. Nadie en serio duda de que dirá que sí, y esa firmeza conmueve la frontera caliente que mantiene la UCR con sus socios del Pro y de la Coalición.

El primer gesto es el wait and see de Horacio Rodríguez Larreta en su plan de instalar a Diego Santilli como cabeza de lista de la coalición. Esperará el resultado de las encuestas. Él justificaba el apoyo al Colorado en que encabeza las encuestas, defraudando incluso los acuerdos con Elisa Carrió. Si Manes se perfila mejor en los sondeos, parece dispuesto a recoger velas.

No le costará al facultativo: su personalidad pública es fruto de largos años de profesionalismo en medios para instalar su mejor perfil. Es un producto de la sociedad del espectáculo (Desbords), su clientela es el homo videns (Sartori), su sistema operativo es el imperio de lo efímero (Lipovetsky). Santilli es, en cambio, un profesional del sistema político tiene allí su piso y su techo. Hoy puede estar alto en los números, pero tiene el rechazo del Pro local – Jorge Macri -, del peronismo vidalista – Joaquín de la Torre- y hasta de Carrió.

 

 

La salud vs. la seguridad (no es la economía estúpido)

 

 

La oposición saluda esta aparición como una novedad de protagonismo que saca la mirada que está concentrada en sobre la escabrosa pelea del Pro del AMBA. Si el desafío se consolida imaginan una PASO provincial que enfrente la Salud (Manes) vs. la Seguridad (Santilli). Carrió lee que ninguno de ellos significa la unidad y seguirá sosteniendo su rol de unificadora. Esa dialéctica aparta la Economía del discurso de la oposición que propone Espert, que ensaya un acercamiento a ese club. Como en la campaña de 2015, JxC eludirá hablar de economía.

El dilema lo tiene Larreta, y por eso Macri desmarcó cuando le pidieron definiciones. “Es virginal», se escuchó, en la confianza extrema de la cena del jueves en la bodega Lagarde en Chacras de Coria (Mendoza). Estaban presentes los radicales Alfredo Cornejo, que pone fichas en la chance de Manes, el gobernador Rolo Suárez y el jefe del Pro local, el diputado Omar De Marchi. Este encanto de debutante se pondrá a prueba con los conflictos que tiene la provincia a la que quiere representar. María Eugenia no pudo.

Macri cree que el riesgo de la parada lo compromete también a Santilli. Pueden estar sobregirándolo, habrá dicho Macri. Como había radicales, Mauricio se controló para ocultar su crítica a sus socios: los radicales quieren todo para ellos, suele repetir. Miraban Hernán Lombardi, Federico De Andreis y algún otro entornista de Macri. La presencia de De Marchi, socio de la UCR local que tiene a Cornejo como candidato a senador derivó la charla a temas de circunstancia. Por ejemplo, el viaje de Macri a España, a presentar el libro, dentro de 20 días.

 

También Vidal forzada a recalcular

 

El efecto Manes en la colectividad opositora es producto también de la imprevisión del Pro, abstraído en sus forcejeos. Es como si no lo tuvieran en el radar, pese a que Mario Negri, principal promotor de esa candidatura, se lo explicó largamente a Larreta en el café que tomaron en Tabac el martes pasado. Por protocolo COVID fue un encuentro casi público, aunque lacraron lo charlado. «No me meto en la interna radical», repite Larreta cuando le reprochan que habilite incursiones de Lousteau en Córdoba y Santa Fe, sin pedir permiso. «Mario es mi amigo», remata.

El neurólogo tendrá el apoyo de su correligionario Lousteau, que busca extenderse territorialmente. Sólo una figura como Vidal podría compensar el peso de los radicales en las listas de la coalición. Más aún si Larreta lo retira a Santilli de la pelea. El futuro de Vidal depende también de que Juntos por el Cambio conserve la mayoría en el Senado provincial. Si la pierde, ahí puede también haber una revisión de la gobernación Vidal por el peronismo, si empiezan a destrabarse los pedidos de informes. Si Vidal acude en auxilio de su pellejo en Buenos Aires, libera la plaza de CABA en favor de Bullrich, y lo saca a Lousteau de la fantasía de ser el primer candidato a diputado porteño.

 

 

Mendoza, donde los senderos se bifurcan

 

 

La ampliación de capital con artista de variedades suele ser traumática para los partidos. Arrastran desprestigio en la sociedad y tratan de remediarlo sumando estrellas de alto prestigio que, a su vez, intentan achicar el costo del cambio de gremio. Manes pone condiciones de unidad a su postulación – las mismas que reclamaba Lavagna a la mesa de los 4 de Córdoba. José Luis Espert, después de estar con Macri y Larreta, trata a JxC como si fuera un adversario. Son transferencias costosas, porque pasan de ser atendidos por Luis Ventura a que los trate Morales Solá. Casi no hay casos de un recorrido inverso, quizás sólo Martín Redrado se animó. El tiempo dirá quién ganó.

Miguel del Sel pasó por esa experiencia. No quiere repetir, pero se compromete como armador de unidad. En la noche del viernes, llevó a toda la cúpula del Pro de Santa Fe a un asado de conciliación que le pidió Álvaro González, diputado por CABA con responsabilidades territoriales en su provincia (Santa Fe). El retablo más claro de estas tensiones lo dio la orografía de Mendoza. A la misma hora cuando llegaba a esa provincia Macri con su equipo de difusión bibliográfica, arribaba también Ernesto Sanz.

El expresidente se fue a reunir con dirigentes locales y a hablar sobre su «Primer tiempo». Sanz, sin cruzarse con él (algo difícil con itinerarios casi superpuestos a las mismas horas), partió directamente a su casa de San Rafael. Macri fue presidente por un armado estratégico, del cual Sanz participó de manera central. El exsenador ahora vuelve con la caja de herramientas como otro de los mentores de la candidatura de Manes. Fue el primero que lo subió a un escenario político, hace casi diez años. Fue en mayo de 2013, cuando Sanz lanzó la marca Argentina Futura como un espacio para un nuevo mandato como presidente del Comité Nacional de la UCR. Fue durante un locro al que convocó a los principales caciques del partido entonces, con muy pocas ausencias – como las de Julio Cobos o Ricardo Alfonsín, radicales siempre al fleje. Manes se subió al escenario de la mano de Sanz, quien con la otra subió a Fabio Quetglas, hoy diputado por Buenos Aires que buscará su reelección.

El primer producto de aquel locro fue la lista de UNEN, que salió segunda en las legislativas en la CABA. Fue un ensayo con tanques llenos de lo que en el 2015 fue Cambiemos, y puso a prueba la affectio societatis: convivieron en aquellas listas Carrió, Lousteau y el apellido Nosiglia (Juan).

 

Una banca, destino para el jarrón chino

 

 

El tablero ya estaba lleno con los ejercicios precompetitivos. A este tumulto, esperable por la inminencia del cierre de listas para las primarias, se sumó la propuesta disruptiva de Miguel Pichetto: que Macri sea candidato a primer diputado por JxC en la Capital Federal. El exsenador lo plantea desde hace semanas como una manera de destrabar la lucha por adelantado dentro del Pro por candidaturas para 2023. Lo ha propuesto ante el propio Macri. ¿Respuesta? Escuchó en silencio.

Tampoco le dijo nada a Ramón Puerta, a quien recibió en su casa de Acasusso antes de viajar a Mendoza. En esa provincia Macri repitió que no será candidato a nada. Una banca le puede abrir, cree Pichetto, a quien Macri escucha mucho, otro panorama: acepta un cargo inferior al de presidente, en el cual estuvo 8 años y generó un proceso político exitoso que llevó a su partido al poder ya por 16 años. Saca a Larreta del enredo entre candidatos excluyentes. Macri ejercería su liderazgo desde una función de contrafrente- y de paso, se pone un chaleco antibalas. El Congreso es un buen destino para ese jarrón chino que es Macri – todo exmandatario lo es; son grandes, caros, delicados y difíciles de ubicar en una casa que suele ser chica, según la observación de Felipe González.

Tener un cargo importante es una forma de protección ante los enemigos malos. Lo prueba Cristina, que está en la calle – y no presa -porque tiene fueros de senadora que el Congreso le ha mantenido. Contrario sensu, si Menem en 1999 hubiera aceptado ser gobernador de La Rioja, hubiera mantenido poder, se lo hubiera trasmitido a su partido, del cual era el presidente, no hubiera ido preso en 2001 y quizás hubiera sostenido el proceso político que colapsó con la caída de De la Rúa. La historia hubiera sido otra. Un deber primario del político es tener poder. Con una banca Macri tendría poder y hasta se convertiría en un factor de equilibrio político.

 

El dilema del divorciado

 

 

Una aparición de Macri obliga a Larreta a replantear sus movimientos, hasta ahora un bordado que aspira a decirle que sí a todos. Macri busca que le reconozcan un liderazgo que los otros caciques de la oposición le niegan. Le ocurre lo del divorciado cuando le preguntan: ¿cómo fue tu matrimonio? – Terminó mal, pero hubo momentos buenos y momentos malos. – ¿Te volvería a casar con ella? ¡Jamás! ¿Cómo te fue con Macri?, se le podría preguntar a uno de los aliados en Cambiemos. – Perdimos una elección, pero tuvimos momentos buenos y momentos malos. ¿Volverías a hacer una alianza con él de candidato? ¡Jamás!

Pichetto sostiene que la oposición pierde el rumbo en una discusión de renta negativa, por candidaturas que olvidan el objetivo del conjunto. El oficialismo, entiende, tiene en claro que va a mantener la unidad por encima de todo y ese es su objetivo. Las PASO, entiende, generan heridos en los perdedores y exponen una falta de liderazgo. ¿Cómo puede una coalición depender de las dudas de Vidal?, se queja. En este punto parece haber convencido a Macri, que hasta hace un par de semanas pedía PASO en todos lados. Ahora dice, como en Mendoza, que «hay que ordenar el frente interno de la coalición. No es conveniente gastar energías en unas PASO».

 

 

La hora de los candidatos punta de góndola

 

 

La iniciativa de Pichetto de Macri diputado, siguió a otra oferta disruptiva. Que Lousteau deje la senaduría y sea candidato a diputado nacional. La dijo Gerardo Morales, un radical que habla con todos y que no lanza boutades porque sí. Si el radicalismo clava una candidatura como la de Manes en la provincia, intercepta el envión del Pro que es jugar con Santilli, peón de Larreta.

Los tejedores de la opción Manes creen que puesto en la cancha será una turbina de atracción para jugadores en busca de un lugar, que el Pro les niega, como Gustavo Posse o Emilio Monzó. Manes y Lousteau son políticos de escenario que compiten en el tamaño de su autoestima. Son motores para atraer identificación de sectores medios. En todas las murmuraciones entre los actores de esta puja hay interrogantes sobre qué es más necesario hoy. Si buscar personalidades de punta de góndola, que le den brillo a las listas – Manes, Lousteau, Espert – o trabajar sobre una estrategia del conjunto, que aproveche las personalidades, pero en función del interés colectivo. Los tres dicen que quieren ser presidentes.

Pero la oposición necesita, por lo menos en Buenos Aires, construir candidatos a gobernador, para asegurar poder territorial, que es lo que le faltó a Cambiemos 2015-2019. La ecuación de la que partía Rogelio Frigerio cuando era ministro del Interior, decía que para gobernar se necesitan siete gobernadores propios y otros siete aliados, pero que jueguen adentro, no firmando acuerdos como los que él hacía con los mandatarios peronistas, que duraban un mandato. Hoy JxC tendría que lograr, si quiere gobernar en 2023, tres gobernaciones propias más, y acordar con un lote de peronistas moderados, no cristinistas, la integración de un gabinete de coalición. Es lo que discutía Frigerio, y sugería repartir ministerios con gobernadores peronistas. Proponía, como ejemplo, que Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas de Schiaretti, asumiera en la ANSeS porque era quien más conocía de temas previsionales. Quimeras de antaño.

 

*NotiAr/ El efecto Manes intercepta la estrategia de Larreta