17 noviembre, 2021
‘El cachetazo’ de Massoni fue una alegoría de la humillación que sintió el oficialismo provincial con las elecciones Legislativas del domingo pasado. Y sobre todo de la altísima expectativa que mantenía el arcionismo respecto a la interpretación popular sobre su gestión. El balde de realidad de perder casi 14 mil votos en menos de dos meses (desde las PASO a la fecha) fue contundente para demostrar que la gestión deberá dar un golpe de timón para sostenerse los dos años que quedan de mandato sin ‘volcar la calesita’.
En ese marco, Arcioni anticipó lo que era evidente: cambios en el Gabinete. “Hay que respetar el voto de la gente”, dijo, apuntando los cañones a los plebiscitados como legisladores, pero promovidos desde el convencimiento de sus buenas gestiones como ministros y funcionarios. ¿Error de cálculo o estrategia?, no se sabe. Lo cierto es que Arcioni no ganó ninguna banca legislativa y podría perder tres funcionarios de primera línea como Massoni, Puratich y Abril, aunque en la ‘volteada’ también caerían aquellos funcionarios cuyas áreas empiojaron la opinión pública por los cuestionamientos que soportan: tales los casos de Educación y Turismo, entre otros.
Así las cosas, ni bien el Gobernador reconoció la derrota del ChuSoTo (que quedó como 4ª fuerza y fue desplazada ampliamnete como partido provincial en las simpatías populares) anticipó cambios en la estructura de Gobierno: “Lo vamos a pensar”, señaló.
Analizó que “somos una fuerza provincial con muchas personas que trabajan día a día para revertir una situación muy difícil. No escucharon de nuestros candidatos ningún agravio o insulto”, refiriéndose a la campaña ‘limpia’ que buscó el ChuSoTo pero que no le alcanzó.
Mientras una buena cantidad de colaboradores del escribano están poniendo ‘las barbas en remojo’ esperando los anuncios internos, por ahora está casi confirmada la renuncia de Massoni que dejaría el cargo el próximo miércoles 23 junto con toda la plana mayor de la Policía del Chubut. Hay incertidumbre sobre lo que pasaría en Salud. Dos ministerios muy sensibles y de difícil manejo sin gran espalda financiera además.