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13 diciembre, 2020

Cambio climático: Advierten que las sequías severas pueden comenzar en los océanos

Por Joana Campos

Las sequías han afectado a la población mundial más que cualquier otra amenaza natural en los últimos 40 años. Se encontró que las sequías terrestres, provenientes del océano, son particularmente extremas en comparación con las sequías convencionales.

Los puntos críticos para las sequías terrestres parecen incluir el oeste de América del Norte, el este de América del Sur, el suroeste de África y el este de Asia.

Por lo general, las sequías invocan imágenes de vastas extensiones de suelo duro y agrietado y plantas resecas, pero nuevos estudios sugieren que los períodos de sequía más desastrosos pueden desarrollarse en el lugar más húmedo de todos: el océano.

A veces, cuando se forman masas de aire de baja humedad, migran miles de kilómetros sobre el mar, de forma similar a como se comportan los huracanes. Estas, son menos coherentes que las masas de aire húmedo, cambian de forma a medida que se desarrollan y se mueven mucho más lentamente.

Algunas tardan más de medio año en llegar a tierra, pero cuando lo hacen, pueden destruir los cultivos y amenazar la seguridad del agua. Sin embargo, el largo tiempo de viaje implica que los meteorólogos pueden predecir cuándo este tipo de sequía recientemente reconocida afectará a regiones importantes.

 

El estudio

 

Julio Herrera Estrada, ingeniero ambiental, y Noah Diffenbaugh, de la Universidad de Stanford, hicieron este descubrimiento siguiendo, retroactivamente, áreas de humedad atmosférica relativamente baja en todo el mundo, tanto en tierra como en el mar, a partir de registros meteorológicos entre 1981 y 2018. El estudio fue publicado en Water Resources Research.

Los investigadores encontraron que la mayoría de las áreas de sequía comenzaron y terminaron completamente en el océano o en tierra. Pero una de cada seis de las sequías que azotan los continentes comenzó en el océano. «No es obvio de entender. Es un poco contradictorio pensar en sequías en el océano, ya que está húmedo», dice Herrera Estrada. «Sin embargo, este fenómeno puede resultar en menos lluvia en el océano».

 

Un fenómeno peligroso

 

Las sequías han afectado a la población mundial más que los tsunamis, los terremotos o cualquier otro peligro natural en los últimos 40 años, matando y desplazando a millones de personas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. http://www.fao.org/home/es/

Sin embargo, las sequías terrestres, provenientes del océano, son particularmente extremas en comparación con las sequías convencionales: en promedio, en todo el mundo, pueden ser un tercio más secas y pueden crecer casi cuatro veces más rápido y ser más de cinco veces mayores.

Además de que todas las sequías son extremadamente devastadoras, las sequías que se originan en el océano tienden a ser más catastróficas que las sequías que se forman en tierra.
Los investigadores no buscaron razones por las cuáles estas son más graves, pero “una idea es que los patrones atmosféricos responsables de las sequías terrestres pueden ser diferentes, dice Herrera Estrada. Por ejemplo, los patrones que crean e impulsan las sequías terrestres pueden ser mayores que los patrones que impulsan las que se forman y permanecen en la tierra.

 

Patagonia, con extrema sequía

 

A nivel regional es evidente el efecto climático. A pesar de las numerosas y copiosas nevadas que cayeron en gran parte de la Patagonia argentina, entre ellas la cordillera de Rio Negro, Chubut y Neuquén, las precipitaciones en la región estuvieron por debajo del promedio histórico, lo que, según los especialistas, no serviría para alimentar el caudal de los ríos en la región, indispensables para el sostenimiento de las actividades agropecuarias y el abastecimiento humano.

Según los especialistas de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencias (AIC) advierten que el aporte del deshielo en el caudal de los ríos Limay, Neuquén y Negro no alcanzaría los niveles promedios. “Estamos transitando un período seco que lleva más de una década”, aseguran.

A su vez, desde el mencionado organismo que tiene a su cargo el responsable de monitorear la acumulación de nieve en las altas cumbres de las cuencas de los tres ríos anteriormente mencionados, informaron que mientras el caudal promedio para el río Neuquén es de 300 metros cúbicos por segundo, en el caso del Limay asciende a 700 metros cúbicos por segundo. Cifras de las cuales, hasta el momento, se está casi a un 50% por debajo.

“La acumulación de nieve en las cotas altas de la cordillera se mantiene deficitaria, igual que viene sucediendo en la última década”, afirmó Julio Porrino, ingeniero hidráulico y secretario de Operaciones y Fiscalización de la IAC.

A su vez Chubut, con nevadas superiores a las de otros años, tampoco logra estabilizar el agua. Comodoro Rivadavia por ejemplo es una de las ciudades que sufre permanentemente abastecimiento.

En 20 años por ejemplo, el Colhué Huapi perdió la mitad de su superficie y la erosión arrasa con todo a su paso
En 1996 la extensión del lago era de 55.312 hectáreas. Hoy solo tiene 21.431, según contrasta un informe elaborado por INTA Chubut que analizó la disminución del caudal comparándolo con las precipitaciones en el mismo período. La situación preocupa a los productores rurales ante el crecimiento de los médanos. La erosión destruye todo a su paso, afecta la pastura, pero también deteriora la salud de los animales, desde su dentadura hasta la lana.

Precisamente esta cuenca lacustre disminuida sobre todo por la caída en el nivel de precipitaciones, contiene al lago Musters, del que se extrae el agua potable que abastece a Sarmiento, Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia.

 

*MeteoRed, RN, NA