8 mayo, 2021
En medio de una importante suba de contagios y nuevas restricciones ante la llamada “segunda ola”, una de las principales preocupaciones de las autoridades es la capacidad de reacción del sistema sanitario. Esto se ve reflejado en la disponibilidad de camas de terapia intensiva, las que se utilizan para atender a los pacientes que presentan mayores complicaciones frente al COVID-19.
Como ocurrió durante 2020, la zona más afectada por el coronavirus es el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde vive casi un 40% de la población del país. En esta región, la ocupación de las camas de terapia intensiva creció desde mediados de marzo y al 7 de mayo último registraba una ocupación del 76,5%, según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación.
En el caso de la Ciudad, este porcentaje está en el 82%, también según información de la cartera nacional. Ambos porcentajes se ubican por encima de la ocupación más alta que hubo en 2020.
Los números, sin embargo, tienen algunas diferencias dependiendo de qué lado de la General Paz se mire y el tipo de efector de salud analizado (público o privado).
No son los únicos datos disponibles. También los hay alternativos. La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) tiene un relevamiento propio que actualiza semanalmente y que arroja resultados distintos a los nacionales. La SATI analizó 2.859 camas a nivel nacional (54% públicas y 46% privadas) y 1.302 camas en el AMBA. El relevamiento detectó una ocupación del 91% en todo el país y del 96% en el AMBA.
De todas maneras, la organización aclara: “Queremos dejar en claro que estos datos son sólo una muestra voluntaria, por lo que no es prudente extraer conclusiones por encima de las estadísticas oficiales”.
Desde la llegada del coronavirus a nuestro país, el Gobierno nacional se propuso fortalecer el sistema de salud para dar respuesta a la demanda de camas y respiradores que pudiera provocar el COVID-19. Fue así que la cifra total de camas de terapia intensiva pasó de 8.521 a 12.023, un crecimiento del 41%.
“Necesitamos entender que no solamente el sistema de salud tiene un límite. El recurso humano tiene un límite también: cada cama, cada respirador, cada bomba de infusión, va acompañada de una persona que tiene que estar entrenada y que tiene que dedicar tiempo, y que está exhausta y que tiene un límite”, señaló Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación.
La SATI, sin embargo, destaca que uno de los principales problemas es la falta de personal en el área de terapias intensivas. “El recurso humano expresado por la relación personal/paciente, en algunas regionales evidenció una mayor sobrecarga de trabajo al no cumplimentarse con las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación. Tanto la sobrecarga de trabajo como el déficit de algunos de los insumos esenciales podrían impactar sobre la calidad de atención de estos pacientes críticos”, señala la organización en su último informe.
*Chequeado