22 febrero, 2022
La reunión duró dos horas, entre café y agua mineral, y el presidente pidió un tratamiento ágil y participativo. Además, le encomendó un diálogo político con todos los sectores que garantice su aprobación.
Lo necesita sancionado en el Senado antes del 21 de marzo, cuando vencen 2800 millones dólares que no están en el Banco Central. El jefe del oficialismo en esa Cámara José Mayans le reclamó al Gobierno que empiece el debate en Diputados porque no tiene garantías de dinamizar su tratamiento.
Por si acaso, Massa inició un diálogo con los boques chicos para acercar posiciones. Una abstención sería una gran ayuda, porque bajaría aún más el número de votos positivos necesario para aprobar la ley.
Ese camino podrían tomar los rebeldes del oficialismo, aunque el jefe de bloque Germán Martínez trabaja para acercarlos. Una de sus claves es que la letra chica no traiga sorpresas inesperadas, como la reforma jubilatoria que anticiparon este domingo los diarios Clarín y el Cohete a la Luna.
El presidente confirmó este lunes que evalúa volver a revisar los regímenes de los jueces y diplomáticos, pero negó que fuera a subir la edad de retiro.
Pero los kirchneristas o aceptan varios de los puntos anunciados por Guzmán el 28 de enero, como la baja abrupta del gasto público y de la emisión monetaria. Mucho menos las revisiones trimestrales.
Según la información que les llegó a los legisladores, el acuerdo con el FMI llegaría en formato de proyecto de ley el viernes, con el texto adjunto para que los legisladores definan si se aprueba o no.
Alberto lo detallará en la apertura de sesiones del 1 de marzo, frente a los legisladores de todos los bloques y esa misma semana se conocerá el cronograma de tratamiento en la Comisión de Presupuesto, que preside Carlos Heller.
*LPO/C/ECALL