6 noviembre, 2023
Para finales de 2023, las proyecciones indican que la producción será incluso un millón de toneladas inferior a la que hubo en 2010, el año en que comenzó a ponerse en marcha el sistema el uso de biodiesel en Argentina.
El desabastecimiento de combustibles que se vivió en las últimas semanas dejó en evidencia además un coletazo secundario: la crisis que atraviesa también el sector elaborador de biodiésel.
Con una capacidad instalada de 3,5 millones de toneladas anuales, las fábricas que abastecen a las exportaciones, producto de la caída en la cosecha de soja, trabajan con una elevada capacidad ociosa y luego de varios años de crecimiento a un ritmo sostenido, en la actualidad no logran superar un escenario de estancamiento.
En la última edición del monitor agrícola, publicado por la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), se analiza este panorama.
En el informe, los agroexportadores explican que, a partir de 2017, esta industria tuvo un freno en su actividad y al estancamiento de su nivel productivo, sumaron un fuerte retroceso.
De este modo, calculan que la producción mantuvo una desaceleración promedio anual de 10% durante los últimos siete años.
Y para 2023, proyectan que la producción caerá en un millón de toneladas con respecto a 2010, año en donde entró en vigencia la obligatoriedad de la tasa de corte de biocombustible.
Cabe recordar que, por normativa, las grandes agroexportadoras no participan de la provisión de biodiésel a las petroleras, sino que ese abastecimiento los hacen las pymes extrusoras.
Sin embargo, el año pasado, ante una crisis en la oferta de gasoil similar a la que hay en la actualidad, el Gobierno habilitó un mayor corte en de biodiésel e incluyó la posibilidad de que las grandes empresas pudieran cubrir parte de esa demanda.
El problema, según CIARA-CEC, es que “más allá de los cambios en el porcentaje obligatorio de mezcla en Argentina, no existe un rumbo claro en cuanto a su dirección futura”.
Precisamente, recordaron que “el año pasado la tasa de corte osciló entre el 5% y 12,5% en cuestión de meses, manteniendo actualmente un 7,5% de corte obligatorio.
Al respecto, las empresas recordaron que, de manera inmediata, pueden abastecer un 20% de corte de biodiésel, que representaría un volumen de 2,2 millones de toneladas.
“La solución a la falta de diésel está al alcance de cualquier funcionario del área correspondiente., basta con aumentar el corte obligatorio del uso de biodiesel local, y permitir la libre competencia entre oferentes nacionales”, señalaron los industriales.
Por otro lado, del monitor de CIARA-CEC se desprende que, en octubre, el complejo agroexportador profundizó su caída en materia de ingreso de divisas, con una facturación de U$S 743,5 millones.
Gran parte de esta caída se originó a partir del desplome en los embarques de poroto, harina de soja y maíz. En soja, los exportadores calcularon que en septiembre, los envíos de granos fueron de 200.000 toneladas, que marcaron una caída de 72.000 toneladas en comparación al mes previo.
En el caso de la harina de soja, la caída entre esos dos meses fue más del doble, al pasar de 2,19 millones de toneladas a 1,04 millones. En tanto, el aceite pasó de 314.000 toneladas a 207.000 toneladas en ese período.
En maíz, el cereal tuvo una fuerte caída en las exportaciones, que retrocedieron de 4 millones de toneladas en agosto a 2,8 millones en septiembre.
Una de las pocas buenas noticias para los exportadores fue la recuperación en las exportaciones en septiembre de aceite de girasol, que pasaron de 34.000 toneladas a 70.461 toneladas.