6 noviembre, 2023
Llega el tiempo lindo y queremos amigarnos con nuestro cuerpo un poco más, pero para ello es necesario saber que cosas conspiran contra nuestro bienestar pese a tentarnos permanentemente. Pan, cerveza, embutidos, helados y azúcares son parte de esos gustitos que tienen su consecuencia y asoman también en el espejo.
La distención abdominal es habitual en muchas personas. Si bien sus causas pueden ser inofensivas y fáciles de tratar, es necesario consultar a un médico en los casos en que esté acompañada de dolor intenso, fiebre, vómitos o insuficiencia renal.
En la mayoría de los casos, los especialistas recomiendan seguir una alimentación adecuada para reducir la inflación. Según el Instituto Europeo de Nutrición y Salud, una dieta antiinflamatoria previene la aparición de enfermedades crónicas como la artritis, la diabetes, patologías cardíacas o cáncer.
Asimismo, un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid ha revelado que una dieta antiinflamatoria se asocia a «menos incidencia de dolor entre los mayores de 60 años»
La hinchazón o distensión abdominal suele ser provocada con frecuencia por comer en exceso, por la deglución del aire, intolerancia a la lactosa, acumulación de líquidos en el abdomen y otras afecciones como el síndrome del intestino irritable, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina, Medline Plus.
Para prevenir la inflamación, la Instituto Europeo recomienda evitar el consumo de alimentos:
* Procesados: como embutidos, precocinados y con aditivos artificiales.
* Fritos: como dulces, patatas fritas o snacks.
* Azúcar y alimentos con azúcares añadidos.
* Grasas saturadas: presentes en los productos ultraprocesados y en las carnes rojas.
* Refinados en exceso: pan blanco, arroz blanco y pasta.
* Alcohol.
* Cafeína.
En general, los alimentos que se consideran antiinflamatorios son:
* Frutas y verduras: como la piña, manzana, papaya, cerezas, cítricos, frutos rojos, espinacas, brócoli, apio.
* Pescado azul: salmón, atún y sardinas.
* Frutos secos y semillas: pistachos, nueces, almendras y semillas de chía y lino.
* Té verde, cardamomo.
* Especias: como el jengibre, la cúrcuma y la canela.
* Yogurt con probióticos, kefir de agua.