Brasil no solo es la 11° economía del mundo, sino también la principal de Latinoamérica y la locomotora que arrastra, para bien o para mal, al resto de los países de la región. Lo que suceda entre Lula y Bolsonaro puede volcar la balanza de la economía argentina para uno u otro lado.
Por Juan Pablo Álvarez*
Brasil no solo es la 11° economía del mundo, sino también la principal de Latinoamérica y la locomotora que arrastra, para bien o para mal, al resto de los países de la región. Y Argentina no es ajeno a lo que sucede en el gigante sudamericano, país al cual tiene como principal socio comercial en todo el mundo. Es por ello que las elecciones en Brasil pueden marcar parte del pulso de la economía argentina.
En ese contexto, analistas consultados coincidieron en que los agentes económicos y financieros se mostraron muy conformes con el resultado electoral de la primera vuelta electoral de Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva, 48,4% y Jair Bolsonaro, 43,2%), dado que este escrutinio clausura la posibilidad de que el gobierno que surja del ballotage tenga una postura radicalizada, ya que el Congreso actuará como muro de contención.
Ahora bien, desde el punto de vista de Argentina, ¿cómo hay que leer el contexto político actual de Brasil? ¿Cuáles son los principales ítems a tener en cuenta? Bloomberg Línea dividióel análisis en cinco puntos fundamentales.
#1 Moderación política
El fondo cotizado (ETF) que nuclea a las acciones más importantes de Brasil, es decir, el EWZ, subió un 9,85% el día posterior a las elecciones. ¿Qué es lo que celebraron los mercados? Que se alejaron los temores de una radicalización por izquierda o por derecha.
“El que gane va a tener un escenario de mucha limitación. El próximo Gobierno va a a tener que ser moderado y a tener poco margen de maniobra”, señaló el experto en comercio internacional y director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo.
Y argumentó: “Aún si gana Lula el ballotage, el Congreso va a tener mucha presencia conservadora bolsonarista y mucha presencia de independientes, que generalmente tienen posturas centristas”.
Si bien el Gobierno argentino se identifica más con Lula y tiene una enemistad manifiesta con Bolsonaro, el análisis de Elizondo permite entrever que el resultado del ballotage no le dará un rumbo extremo a Brasil, para ninguno de los dos lados. Esta posibilidad fue descartada por los resultados de la primera vuelta. Ergo, ni una victoria de Lula sería la panacea para Alberto Fernández, ni un triunfo de Bolsonaro implicaría una espada de Damocles para su administración.
Bolsonaro no pierde ocasión para atacar al Gobierno argentino
“Argentina sigue teniendo una visión de la política similar a la de la década del ‘50, en la que el presidente líder define una agenda. El mundo no es más es así. Los presidentes son administradores con poco margen de maniobra. Ni Trump fue tan de derecha, ni Biden es tan de izquierda”, resumió Elizondo.
#2 De cara al Mercosur
En términos internacionales, Elizondo explicó que Lula tiene una postura más regionalista y particularmente sudamericanista, mientras que Bolsonaro tiene a un mentor económico como Paulo Guedes, que busca priorizar acuerdos internacionales con países como Corea del Sur, Canadá, e India.
Además, Elizondo destacó que si bien Lula tiempo atrás estaba en contra del acuerdo Mercosur – Unión Europea, sobre el final de la campaña se mostró a favor del mismo, e incluso buscaría vigorizarlo.
“Con Lula habría en principio una mejor coordinación de políticas regionales. Bolsonaro y Guedes no quieren al Mercosur, lo que dificulta un aggiornamento del bloque”, indicó Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.
De lo que sí está seguro Elizondo es que el próximo gobierno buscará una mayor internacionalización de Brasil. “Lula tuvo una mirada internacional, incluso fue impulsor del bloque BRICS. Y Bolsonaro hubiese querido ir más allá en este plano, pero la pandemia lo frenó”, destacó.
Por último, el ejecutivo de DNI explicó que el propio sector privado le exige al Estado brasileño una mayor participación en las cadenas internacionales de producción y que Argentina corre el riesgo de quedar abajo en este tren: “El país no pareciera estar preparado para ello. El gobierno de Alberto Fernández tiene una postura muy cerrada y el de Mauricio Macri tuvo una postura declamativa, pero no mostró grandes avances”.
#3 El aspecto comercial
Entre enero y julio de 2022 Brasil representó el 13,4% de las exportaciones argentinas (principal destino de los productos de Argentina) y un 19% de las importaciones.
Si bien el gigante sudamericano continúa como el principal socio comercial, la principal preocupación argentina pasa por el creciente desequilibrio en la balanza bilateral. Con los datos de septiembre, el déficit comercial bilateral acumulado en lo que va de 2022 fue de US$2.185 millones para Argentina, cuando en igual período de 2021 había sido de US$599 millones, producto de importaciones que aumentaron 36% anual y exportaciones que lo hicieron al 19%.
“Habrá que prestarle una especial atención a dos factores que marcarán la dinámica de nuestras exportaciones hacia Brasil: los resultados de las elecciones presidenciales y la evolución de la actividad económica”, señala un informe de la consultora Ecolatina.
El documento, explica que, en materia electoral, si bien el comercio bilateral con Brasil se encuentra más afectado por factores estructurales, “no hay que restarle importancia a la dinámica de la campaña presidencial, sus respectivos resultados en la segunda ronda a fines de octubre y su impacto en los mercados financieros”.
#4 Brasil como locomotora
El principal desafío que tendrá el próximo presidente será el de hacer crecer a la economía del país. Cabe señalar que la economía brasileño es nominalmente inferior a la de hace 10 años atrás.
En 2011 en Producto Interno Bruto de Brasil era del US$2,62 billones, mientras que en 2011 fue de US$1,61 billones. Si a ello se le suma el incremento poblacional y la pérdida de valor del dólar, se observa una retracción dramática.
“La estabilidad brasileña nos ayuda. Si Brasil vuelve a ser considerado un polo de inversiones dentro del Mercosur, Argentina puede engancharse en ese furgón”, se esperanzó Ricardo Delgado. Aunque aclaró: “Lo importante es que Brasil vuelva a crecer. Brasil ha tenido problemas de crecimiento en la última década, siempre promete y no termina cumpliendo”.
#5 Activos financieros y moneda
“La relación entre lo que sucede con los activos brasileños y los argentinos es muy estrecha en todo sentido”, sostuvo Leonardo Chialva, socio en Delphos Investment y agregó que una apreciación en el real “es una gran noticia para el Banco Central”.
Cabe señalar que la alta inflación de Argentina viene apreciando al peso frente a las monedas contra las que comercia el país, por lo cual se pierde competitividad cambiaria. Ergo, una suba del real puede aminorar esa dinámica.
En resumen, Chialva consideró que cualquier mejora en acciones y tipo de cambio en Brasil es positiva para Argentina, aunque afirmó que en lo referente a bonos la conexión no es tan clara.
En el primer día posterior a la primera vuelta, todos los activos brasileños tuvieron un día muy positivo, por un lado acompañando una rueda favorable en el mundo en general, pero además celebrando ese triunfo de la moderación, debido a la neutralización de fuerzas entre Bolsonaro y Lula.
“Para saber realmente el efecto que tenga una segunda vuelta en Brasil, habrá que ir monitoreando el EWZ y el real en estos días”, señaló Ignacio Sniechowski, head of research en Grupo IEB.
Y aclaró que los flujos muestran una correlación entre el Bovespa (índice de valores brasileño) y el Merval en dólares contado con liqui. Respecto del vínculo ente la moneda brasileña y la argentina, sostuvo: “Ambos países mantienen una dinámica propia frente al dólar. Mientras que el real se ha venido apreciando en los últimos días, el peso (en el mejor de los casos) se ha mantenido estable”.
El especialista resaltó que el real se apreció un 4,64% en la primera rueda post primera vuelta y subrayó que más allá de que en la segunda vuelta resulte elegido Lula, el Congreso se encontrará mayoritariamente en manos del partido liderado por Bolsonaro (especialmente el Senado), “con lo cual difícilmente Lula tenga una libertad absoluta para llevar adelante políticas populistas”.
“Si bien en términos macro económicos Brasil se encuentra con niveles de inflación realmente bajos, crecimiento del empleo y reservas internacionales amplias, el déficit fiscal es un problema que debe ser claramente atacado por le próximo presidente”, expresó Sniechowski.