Autentificar un Goya o destruir un tumor: ¿Por qué es buena idea estudiar Física?
Por Alberto Corbi Bellot
Por otro lado, la nota de corte para los grados en Física de las distintas universidades ha pasado, de media, de la mínima posible (hasta 2017) a resultar especialmente exquisita en algunos casos. Esto indica que hay una gran demanda por parte de la sociedad.
La empleabilidad de los egresados en Física se ha mantenido firme desde el final de la crisis económica acaecida entre 2008 y 2014.
Los eventos, esfuerzos y espacios de divulgación sobre Física han crecido de manera casi exponencial en los últimos años. Tanto programas de radio, podcasts, canales en línea, festivales (como Pint of Science o Naukas) parecen haber florecido en la tierra fértil de una sociedad un poco más saludablemente escéptica.
Tiene una utilidad tangible
Esfera de plasma y campo eléctrico.
La Física es una disciplina que ha contribuido de manera muy reseñable al progreso de la humanidad y la sociedad. Aunque típicamente se ha venido clasificando como ciencia básica, esto no implica en absoluto que no tenga una utilidad tangible.
Tampoco conlleva que el graduado en Física esté “condenado” a desarrollar su labor en dominios profesionales de naturaleza exclusivamente intelectual o “de frontera”. Más bien todo lo contrario: el graduado en Física posee destrezas y conocimientos a veces propios de estudios de corte técnico, o al menos posee el andamiaje mental necesario (a veces incluso, más adecuado) para adquirirlos con presteza y diligencia.
Evoluciona ante un mundo complejo
La Física también se está viendo influida por los conocimientos, a priori exclusivos, de otras disciplinas derivadas. Ya no vivimos en un mundo donde los grandes descubrimientos científicos son llevados a cabo por investigadores aislados, por pequeños grupos de trabajo o mediante entornos experimentales relativamente simples.
Más bien al contrario: la Física es, hoy día, una loable actividad humana que acarrea grandes necesidades de cálculo y comprende inauditos y complejísimos entornos empíricos, los cuales producen a su vez ingentes cantidades de resultados intermedios.
De la misma manera, cualquier actividad en Física se desarrolla hoy día de manera colegiada, interdisciplinar y casi siempre en el seno de una colaboración internacional.
Las herramientas informáticas son cada vez más necesarias en Física (simulaciones, cálculo, trabajo colaborativo, entornos 3D, etc.)
Asimismo, la noción de especialización también está incidiendo irremisiblemente en los currículos de los estudios de Física. Ya no basta con dotar al futuro graduado de una formación troncal y robusta en las principales materias. Es necesario conferirle de conocimientos más específicos que reflejen mejor el panorama profesional.
Esta necesidad de especialización se puede atajar ciertamente desde la optatividad de algunas materias en el currículum.
Sin embargo, muchas instituciones educativas superiores están clasificando muchas de estas asignaturas como obligatorias, delegando en futuros estudios de máster/doctorado la responsabilidad de seguir formando a los estudiantes en competencias más concretas.
Imagen médica (en este caso, una tomografía + reconstrucción 3D) como disciplina de la Física.
La Física actual
Los actuales planes de estudio en Física contemplan además asignaturas troncales relacionadas con la Historia de la Física, la Economía o aquellas que pretenden promover el lado el lado emprendedor del futuro egresado. También es cada vez más frecuente que el futuro físico acabe correctamente formado, no solo en la comprensión de los fundamentos físicos y su aplicación, sino también en la eficiente transmisión de estos en todo tipo de escenarios: formales (círculos académicos) e informales (divulgación científica), e incluso en ambientes educativos.
En los currículos de Física también se han visto potenciados los saberes asociados con el Big Data, la Estadística, la Criptografía, la Computación cuántica, la Astrofísica, etc. Precisamente esta última se ha convertido en uno de los “rostros” que más éxitos está cosechando y que está alcanzando mayores cotas de impacto mediático.
Para muchos centros educativos superiores ya no se trata de un saber específico (y, por ende, optativo), sino troncal y de obligatorio conocimiento por parte del eventual graduado.
Simulación física del huracán Katrina.
El área de Ciencias de la Tierra también ha ganado notable protagonismo en la disciplina que nos ocupa. Asignaturas como Oceanografía, Ecología, Meteorología, Geofísica, Energías Renovables, Teledetección, etc. son solo algunos ejemplos. La esfera de las Ciencias de la Salud, con materias como Biofísica, Física Médica, Física Forense, Radioprotección, Acústica e Imagen Médica forman ya parte del abanico de competencias en las que un egresado en Física puede (o incluso, debe) desenvolverse.
En resumen, un estudiante de Física será potencialmente capaz de enfrentarse a la destrucción de un tumor, catalogar un terreno como huerto eólico, tomar una imagen 3D del SARS-CoV-2 y ayudar posteriormente en la confección de una vacuna, datar un yacimiento arqueológico, encontrar nuevos materiales plásticos para una rodilla artificial, ordenar una serie de números en un computador cuántico, estimar la cantidad de grasa de un alimento mediante rayos-X, motivar y entusiasmar a una clase de 2º de la ESO, autentificar un Goya, predecir la trayectoria de un huracán y, por qué no, calcular la revalorización del Yuan el día de Navidad.
*Profesor en Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología e Investigador en el Instituto de Investigación, Innovación y Tecnología Educativas, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja