8 febrero, 2023
Análisis: Cómo fue desapareciendo la clase media en Venezuela, un ejemplo a no seguir
Con la reducción de su clase media, Venezuela perdió un factor dinamizador de su economía, importante para su estabilidad política, para la defensa y promoción de la democracia.
Por Ramón Cardozo
Aristóteles, en su obra La Política, plantea la existencia de una clase media fuerte y estable como garantía de estabilidad, concordia civil y libertad en la ciudad, pues así se evita el predominio de facciones extremas caracterizadas por su riqueza o por su pobreza: «Cuando uno de esos grupos toma el poder se forma una ciudad de amos y esclavos, no de hombres libres».
Hoy en día, tenemos una vasta literatura que subraya el papel esencial de la clase media para promover tanto el desarrollo económico de los países, como la aparición y consolidación de los sistemas democráticos.
La democracia venezolana, nacida en 1958, tuvo como uno de sus principales objetivos la ampliación de la incipiente clase media que se venía fraguando en Venezuela durante las primeras décadas del siglo XX.
Según el politólogo Guillermo Tell Aveledo, investigador y Decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas, «la democracia venezolana de la segunda mitad del siglo XX se empeñó en crear una equilibrada sociedad de clase media. Por ello, promovió de manera extraordinaria programas de salud, educación y vivienda, los cuales, aunque no alcanzaron por completo sus objetivos, ampliaron de forma notoria la clase media venezolana”.
En las últimas décadas, Venezuela no solo ha ido perdiendo su democracia sino también su clase media. Estudios recientes muestran que, luego de haber llegado a ser una de las más amplias y robustas de América Latina, hoy en día, la clase media venezolana apenas alcanza una décima parte del tamaño que tenía hace una década, siendo además la más pobre de la región.
En el estudio «La clase media en Venezuela», publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el año 2021, se señala que, independientemente de la definición de clase media que se utilice, en los años recientes se ha dado una reducción abrupta del tamaño de la clase media venezolana, además de una erosión sostenida de sus ingresos.
Si se toma la definición absoluta de «seguridad económica», según la cual pertenece a la clase media aquel que tiene una baja probabilidad de caer en pobreza, en Venezuela la clase media pasó de constituir el 62 por ciento de la población, en el 2010, a representar solo el 15,5 por ciento, en el 2020.
Si se opta por medir la clase media como aquella franja que está entre los no-ricos (menos de 50 dólares per cápita por día) y la de no-pobres (por encima de la línea oficial de pobreza moderada del país), este estudio de la consultora Anova publicado por el BID señala que la clase media venezolana habría pasado del 72 por ciento de la población, en 2010, a constituir solo un 5,3 por ciento, en el 2020.
En Venezuela, se da una correspondencia clara entre la merma de la clase media y un amplio proceso de la expansión de la pobreza.
Respecto a los ingresos de la clase media, el estudio de Anova afirma que, entre los años 2010 y 2020, con excepción del estrato más rico de Venezuela, todos los demás vieron caer de forma pronunciada sus ingresos reales por debajo de la caída promedio de la economía:
«Una familia venezolana perteneciente a esta franja de ingresos (clase media) pasó de ganar aproximadamente 830 USD al mes, en 2012, a ganar 195 USD al mes, en 2020, lo cual implica una caída de cerca de 77 por ciento en sus ingresos familiares per cápita.»
En Venezuela, se da una correspondencia clara entre la merma de la clase media y un amplio proceso de la expansión de la pobreza. Dentro de los ejemplos más dramáticos e ilustrativos de la vulnerabilidad y caída de la clase media venezolana hacia los estratos inferiores está el caso de los profesores universitarios.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Enobu 2021, del Observatorio de Universidades, «en el año 2001, en Venezuela, un profesor titular ganaba alrededor de 2 mil 400 dólares. En 2021, ese mismo profesor obtiene 11 dólares mensuales por su trabajo… Mientras que, en México y hasta en Nicaragua, los sueldos en el mayor escalafón varían entre los 1.000 y los 2.000 dólares.»
Otros datos relevantes de la encuesta señalan que, en Venezuela, el 84 por ciento de las familias de los académicos universitarios reciben ingresos familiares menores a 100 dólares mensuales; el 30 por ciento de los docentes universitarios tienen ingresos familiares de 1 a 10 dólares mensuales; el 35 por ciento de los profesores universitarios mayores de 60 años come menos de tres veces al día; el 93 por ciento de los docentes tienen dificultades para poder adquirir sus medicamentos; y el 70 por ciento de las profesoras universitarias llevaba, en ese momento, entre 1 y 3 años sin realizarse un examen médico de rutina.
La desaparición de la clase media venezolana está vinculada fundamentalmente con un modelo económico que produjo la caída del ingreso de los venezolanos, por los altos índices inflacionarios, y la destrucción de las fuentes del empleo, por el cierre de empresas. En 2017, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) contabilizó el cierre de alrededor de 500.000 empresas de las 850.000 que existían en 2002.
Otro factor decisivo ha sido el poco interés del llamado Socialismo del Siglo XXI en proteger y promover la existencia de la clase media venezolana. De hecho, la relación entre el expresidente Hugo Chávez y el actual presidente Nicolás Maduro con la clase media ha sido siempre tensa y, en diversos momentos, hasta de abierta confrontación.
Según el profesor Aveledo, «el chavismo se ha caracterizado por tener una visión negativa respecto de la clase media, en virtud de lo que entiende que son sus valores burgueses y posturas políticas».
Un ejemplo que ilustra muy bien la percepción negativa del chavismo frente a la clase media del país es la advertencia que, en el año 2014, hiciera el entonces ministro de educación Héctor Rodríguez, hoy gobernador del estado Miranda: «No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que después pretendan convertirse en escuálidos (opositores)», decía.
Su postura explica, al menos en parte, la pretensión de favorecer un cierto nivel de avance material en los estratos más bajos, a través de subsidios diversos, pero sin que ello signifique que los beneficiarios de estas ayudas puedan desarrollar los niveles de autonomía y libertad frente al Gobierno que caracterizan a las clases medias.
Otro factor fundamental en la contracción de la clase media venezolana ha sido el enorme éxodo de personas de este estrato social. Según el profesor Aveledo, este éxodo se ha producido en tres oleadas distintas: «Inicialmente, se produjo una primera oleada por temor al autoritarismo chavista. Posteriormente, una segunda oleada se dio por rechazo al modelo socialista. Por último, un porcentaje alto de la clase media, a la que se sumaron millones de personas de los estratos bajos, se vio obligado a emigrar por la gravísima crisis económica.»
Cola de autos para repostar gasolina, en medio de una crisis del combustible en el país petrolero, en 2020.
La desaparición de la clase media venezolana está vinculada fundamentalmente con un modelo económico que produjo la caída del ingreso de los venezolanos.
Una de las características de la clase media es su carácter multidimensional. «El contenido de la clase media está asociado con múltiples factores que incluyen sus hábitos de consumo, niveles de educación, tipos de vivienda, acceso a servicios, experiencia laboral, clases de empleo, profesiones, preferencias culturales, entre otros», explica Omar Zambrano, economista jefe la consultora Anova y coautor de su estudio sobre la clase media venezolana.
Por tanto, concluye, «Venezuela ha perdido uno de los factores más dinamizadores de su economía con la disminución de su clase media. La clase media es el bastión del consumo. Sus patrones de consumo, su demanda de bienes y servicios sofisticados, viviendas, vehículos, viajes, cultura, etc., junto con su propensión al ahorro y a la inversión, motorizan el crecimiento económico.»
Por otra parte, la reducción de la clase media ha contribuido a la crisis de las empresas estatales y de los servicios públicos en Venezuela. En estos ámbitos se ha producido una merma de las capacidades gerenciales y técnicas, a consecuencia de la salida de una gran cantidad de profesionales, que se han visto obligados a emigrar o cambiar de oficio para poder sobrevivir. Esta situación se ha hecho particularmente evidente en los casos de los sistemas de salud y de educación.
Finalmente, Venezuela ha perdido un factor de estabilidad política, de defensa y promoción de la democracia, pues las clases medias ayudan a frenar la polarización y son favorables a instaurar regímenes políticos con libertad de empresa, Estado de derecho y un Gobierno responsable ante sus ciudadanos.
De cara al futuro, el informe Anova concluye que «Venezuela necesitará un programa de rehabilitación y reconstrucción de los ingresos de la clase media, como piedra angular del desarrollo económico futuro. Políticas públicas en beneficio de la clase media deben incluir, pero no limitarse, a aspectos como la reactivación del mercado laboral formal, las mejoras en la productividad y los salarios reales, y las políticas específicas de vivienda y educación.»
La promoción de una amplia y vigorosa clase media es una necesidad impostergable para Venezuela. No se puede hablar de una verdadera lucha contra la pobreza si no se garantiza que aquellos que salen de ella no queden expuestos a volver a caer en la miseria como resultado de una coyuntura política o económica. Sólo una clase media estable, como decía el filósofo griego, es garantía de libertad.