10 enero, 2024
Puedes adelgazar cinco kilos sin sufrir efecto rebote, hay un truco de los especialistas que no puedes dejar pasar por nada
Por Blanca Espada*
¿Sabías que lo que comes puede influir en cómo tu cerebro reacciona ante la comida? Así lo sugiere un estudio que ha encontrado una relación entre el consumo de determinados alimentos y la disminución de la respuesta de recompensa del cerebro frente a las comidas muy calóricas. A partir de aquí, se puede saber entonces cuáles son esos alimentos que cambian tu cerebro para ayudarte a adelgazar: la lista completa.
El estudio ha revelado que esos alimentos capaces de actuar sobre el cerebro y servirnos para adelgazar, no son otros que los prebióticos. Estas son sustancias que no se digieren en el intestino, pero que sirven de alimento a las bacterias beneficiosas que forman la microbiota intestinal. Estas bacterias, a su vez, producen sustancias que pueden afectar al funcionamiento del cerebro, como neurotransmisores, ácidos grasos de cadena corta o citoquinas.
El estudio, realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leipzig, en Alemania, y publicado en la revista GUT, se basó en un ensayo clínico con 40 personas con obesidad. A la mitad de los participantes se les administró un suplemento de prebióticos durante 12 semanas, mientras que la otra mitad recibió un placebo. Antes y después del tratamiento, se les realizó una resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral ante imágenes de alimentos con alto o bajo contenido calórico.
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Los resultados mostraron que los participantes que tomaron prebióticos tuvieron una menor activación de las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y la motivación al ver imágenes de alimentos calóricos, lo que indica una menor preferencia por este tipo de alimentos. Además, los prebióticos también se asociaron con una mejora en algunos marcadores de salud metabólica, como la sensibilidad a la insulina, el colesterol y los triglicéridos.
Los autores del estudio concluyen que los prebióticos podrían ser una estrategia útil para ayudar a las personas con obesidad a regular su apetito y su peso, al modificar el eje microbiota-intestino-cerebro. Este eje es el conjunto de interacciones entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central, que influye en aspectos como el estado de ánimo, la ansiedad, el estrés o la inflamación.
Los prebióticos se encuentran de forma natural en muchos alimentos vegetales, especialmente en aquellos ricos en fibra. Algunos ejemplos son:
Ajo
Cebolla
Puerro
Espárrago
Alcachofa
Plátano
Manzana
Avena
Cebada
Trigo
Legumbres
Frutos secos
Para aprovechar sus beneficios, se recomienda consumir estos alimentos crudos o poco cocinados, ya que el calor puede destruir los prebióticos. También se pueden encontrar suplementos de prebióticos en forma de polvo o cápsulas, pero siempre es mejor consultar con un médico o un nutricionista antes de tomarlos.
Los prebióticos no deben confundirse con los probióticos, que son microorganismos vivos que se añaden a algunos alimentos o suplementos para mejorar la salud intestinal. Algunos ejemplos de alimentos probióticos son el yogur, el kéfir, el chucrut o el kimchi. Los probióticos también pueden tener efectos positivos sobre el cerebro, pero su mecanismo de acción es diferente al de los prebióticos.
En definitiva, los prebióticos son unos aliados para nuestro cerebro y nuestro cuerpo, que nos pueden ayudar a controlar nuestro apetito y nuestro peso. Por eso, es importante incluirlos en nuestra dieta diaria, junto con otros alimentos saludables y variados. Así podremos disfrutar de una alimentación equilibrada y placentera, sin renunciar al sabor ni a la salud.