7 noviembre, 2023
La miel, placer sensorial y bocado exquisito, no solo endulza y procura energía sino que favorece la digestión y tonifica el sistema nervioso. Descubre las virtudes de esta alternativa natural al azúcar.
Compuesta principalmente por azúcares simples (82%), la miel proporciona unas 325 calorías por 100 gramos. Estos azúcares, de absorción rápida, se asimilan mejor que los de otros endulzantes.
El resto de la miel es prácticamente todo agua (17%) y una cantidad mínima de proteínas. En cuanto a micronutrientes, contiene pequeñas cantidades de minerales y vitaminas, así como varios flavonoides y ácidos fenólicos.
Sin embargo, uno de los componentes más interesantes de la miel por su efecto sobre la salud son las enzimas.
A ella se le atribuyen propiedades tonificantes, digestivas, antioxidantes, un efecto prebiótico, propiedades antimicrobianas, expectorantes, cicatrizantes y laxantes.
La arqueología ha dado sobradas pruebas tanto del consumo prehistórico como de la durabilidad de la miel. Libre de contaminantes, está lista para degustarla milenios después de ser recolectada. ¿Cómo es posible?
Hay pruebas de que se trata de un manjar ya conocido incluso en la prehistoria. Da fe de ello en Bicorp, Valencia, la ilustración rupestre de una figura humana extrayendo esta exquisitez de una colmena. La pintura, localizada en una de las tres cuevas de la Araña, data de la época bisagra entre el Paleolítico y el Neolítico, nada menos.
Pintura rupestre en la Cueva de la araña, en Bicorp, Valencia/ LV
En cuanto a la duración prácticamente infinita del delicioso dulce que producen las abejas, el antecedente egipcio hace más de 5 mil años, aunque sorprenda, no es el más remoto. Hace un decenio, en 2012, emergió en el Cáucaso meridional miel unos dos mil años anterior a la del Valle de los Reyes. Apareció en la tumba de una mujer enterrada a mediados del IV milenio a. C., que salió a la luz durante unas obras por el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, entre los campos petroleros del mar Caspio y el Mediterráneo.
Allí, en Georgia, una vasija de arcilla que había sobrevivido a un saqueo del yacimiento reveló miel cristalizada y aún comestible al rasparse el interior del recipiente. Echando cuentas, tenía cinco milenios y medio de antigüedad. ¿A qué obedece semejante récord de longevidad?
La miel está indicada en caso de:
* Estreñimiento. Por su suave acción laxante ayuda a regular el tránsito intestinal.
* Afecciones respiratorias. De suave acción expectorante y antitusígena, la miel –y en particular la caliente– es útil en procesos bronquiales simples con tos seca y en niños. Tomada con regularidad (20 a 30 g diarios) puede evitar ataques de asma, posiblemente por el efecto desensibilizador del polen, que actuaría como una especie de vacuna (en pacientes sensibles puede dar reacción alérgica).
* Nerviosismo y agotamiento. La glucosa es el principal nutriente para las neuronas. Además, procura energía a las células musculares. Dos cucharadas de miel potencian el efecto de cualquier infusión sedante.
* Diarreas infecciosas. Tomar 3 o 4 cucharadas de miel al día, disuelta en agua, contribuye a cortar las diarreas infecciosas. Por su acción antibacteriana, también es efectiva en colitis infecciosas.
* Protección hepática. La fructosa de la miel favorece la producción de glucógeno en las células hepáticas, sustancia que actúa como depósito de energía.
* En gárgaras alivia la irritación de garganta, amigdalitis y faringitis.
* Externamente se aprovechan sus propiedades antimicrobianas y antisépticas.
La miel, al igual que otros endulzantes, puede ser peligrosa para los bebés. Esto se debe a que al mezclarse con los jugos digestivos no ácidos del niño se crea un ambiente ideal para el crecimiento de las esporas Clostridium botulinum.
Las esporas del botulismo son de las pocas bacterias que sobreviven en la miel. Aunque son inofensivas para los adultos, el sistema digestivo de los pequeños no se halla lo suficientemente desarrollado para destruirlas y pueden causar botulismo infantil. Por esta razón se aconseja no alimentar con miel ni ningún otro endulzante a niños menores de 18 meses.
La miel ofrece todo un mundo de posibilidades en la cocina de cada día. En ensaladas, con algunos quesos frescos, en repostería y ensaladas de hoja verde, resulta un excelente compañero.
Si se emplea miel en lugar de azúcar en una receta de repostería, debe tenerse en cuenta que hay que reducir los líquidos en un 20%, pues ya los aporta, y recordar que, por su capacidad de retener la humedad, la textura final de la masa será diferente.
Es importante elegir miel pura para el consumo, que es la que mantiene las propiedades alimenticias que benefician al organismo a diferencia de las melazas industriales
La miel se produce gracias a las abejas ya que son ellas las que recolectan el néctar de las plantas para producirla. Su cuerpo está diseñado para ello, es decir, tienen encimas que las ayudan a transformar el néctar desde la recolección hasta su colocación dentro de las celdas del panal.
Según la flor de la que procede el néctar con el cual las abejas produjeron la miel esta varía de sabor, color y textura, y se le atribuyen unos efectos u otros..
De romero: Sólida y blanquecina o ambarina, tonifica en caso de estrés o agotamiento, y estimula el hígado.
De azahar: De sabor fino, a naranja, fluida, amarillenta y de efecto sedante.
De espliego: Antiséptica y sedante, útil en bronquitis, catarros y tos nerviosa.
De eucalipto: Eficaz ante la tos y afecciones respiratorias.
De brezo: Oscura y sólida. Desinfecta y desinflama las vías urinarias, útil en cistitis y cálculos urinarios.
De encina: Oscura y consistente, rica en minerales.
De tomillo: Rojiza. Antiséptica y digestiva.
Dr. Pablo Saz (salud)
Laura Kohan (cocina)