21 noviembre, 2023
Por Juana de Arco*
Dice la foto del domingo pasado, que en el departamento Escalante, donde está Comodoro Rivadavia, la ciudad-estado y fortaleza peronista que ha venido definiendo el poder en Chubut y condicionando a cuanto gobierno asumió en Rawson, que el leoncito Javier Milei sacó 71.487 votos frente a los 48.358 votos del tigre Massa.
¿Que pasó para que se diera tal debacle en el bastión del excandidato a Gobernador por el oficialismo? ¿Porqué la ciudadanía le dió la espalda a los Luque, Linares, Di Pierro, Glinsky, Taboda e incluso Othar, y prefirió ir al extremo del otro extremo opositor para pensar en un presidente?
La muchachada que vive de la política afirma que es cuestión de ‘recambio’ y borrón y cuenta nueva. Algo así como hacer recuento de daños (casi 20 puntos abajo), reagrupar la tropa en los lugares que se retuvo (Massa ganó sólo en departamentos Tehuelches, Paso de Indios, Languiñeo y Cushamen) y recambiar la conducción del PJ, algo que ya anunció su presidente, el inoxidable Carlitos Linares.
Casi un deja vú, porque todo eso ya pasó en 2016 cuando también de la mano de la dinastía Di Pierro, con Linares como intendente y tras perder las elecciones Provinciales y Nacionales, el PJ Chubut convocó a un Congreso y ungió a Ricardo ‘Indio’ Muttio para ‘reagrupar’ la tropa, descansar algunas caras y volver a la carga electoral sin autocrítica, ni recambio ni apertura del partido. El resultado de tanta rosca: una catarata de derrotas sucesivas con pérdida de gobiernos, de bancas legislativas, de conducciones intermedias, de cajas, de credibilidad y de poder real que desembocó después de 7 años en la tétrica postal de este domingo, con otro aplastante mensaje de las urnas en Chubut.
Deja Vú- En marzo 2024 habrá Congreso partidario anticipó Linares, como en 2016, cuando también el PJ perdió las elecciones Provinciales y Nacionales, y se reagrupó en otro mitín similar con los mismos protagonistas de la mesa chica.
Por supuesto que para los que viven de la política el problema de las derrotas núnca pasa por la política, mientras que los méritos provienen todos de ahí. Como máximo, el oficialismo comodorense quizá reniegue del candidato perdedor y de la poca afinidad que sentían con la representatividad del Frente Renovador, que personificaron Sergio Massa a nivel nacional, y Mariano Arcioni a nivel provincial, pero bien lejos de asumir sus propios fracasos, que guste o no, están vinculados a la gestión y a su propio accionar.
Comodoro Rivadavia con más de 170 mil habitantes repartidos en unas 166 barriadas, es la ciudad más habitada de la provincia del Chubut y la cabecera del departamento Escalante, reconocida como la gran pivoteadora de la zona hidrocarburífera del golfo San Jorge, la segunda en importancia del país.
Desde allí Comodoro es un concentrador comercial, de transporte regional y un importante punto de exportación de petróleo, productos industriales y agrícolas regionales. Posee un gasoducto, que en su momento fue el más largo del mundo, y planea ser el centro del boom de las nuevas energías sustentables con el hidrógeno a la cabeza. Pero a la par, la ciudad es casi inviable.
¿Cómo se entiende esto? Sencillo, mientras el discurso político y económico muestran una película romántica para pocos, en la otra pantalla masiva el populo lloriquea un drama de aquellos. Un film donde se despliegan los altísimos precios locales, extremos a nivel nacional (costo de vida superiores a los $700 mil), la pobreza desproporcionada en relación a su riqueza de recursos naturales y al total de su población, con 67 mil personas (sobre más de 180 mil habitantes) bajo la línea de pobreza e indigencia según el INDEC , y sobre todo, el déficit importantísimo de infraestructura pública, empezando por falta de viviendas, tierra urbana, servicios esenciales como (luz, agua y cloacas) y evidente falta de planificación y gestión municipal.
El negocio de la obra pública que no se explica frente a las numerosas urgencias de Comodoro: La decisión de terminar el Estadio Centenario por parte del intendente Juan Pablo Luque y de otros aportes deportivos implicó por ejemplo, 5 mil millones de pesos. Enfrente, todas las carencias evidentes.
No es de extrañar que el electorado comodorense entonces haya buscado el cambio extremo. La memoria colectiva en el departamento Escalante tiembla ante los enrarecidos otoños y las copiosas lluvias tras la catástrofe ambiental de 2017 (con amague de repetirse en 2022) y las inundaciones que dejaron al descubierto el colapso de planificación y obras de desgües de la ciudad, con el consiguiente impacto en casas, vehículos y comercios.
A días de las elecciones generales, Comodoro otra vez volvió literalmente a ‘hundirse’ en un laberinto de defectos, dominado por el Cheque que parecía haber dejado de ser peronista también. Con una grieta que superaba varias veces la de la política, la Ruta 3 literalmente le cortó las piernas a los habitantes, e impidió que la ciudad funcionara por casi un mes con el consiguiente impacto para sus habitantes.
Y después de otro apurado emparchado con Vialidad Nacional haciendo lo que no había hecho históricamente, lo que tampoco terminó de normalizar las comunicaciones y circulación de camiones y transporte pesado, con el consiguiente inconveniente de aprovisionamiento urbano y otras tantas complicaciones, ya le surgió otro dolor público de envergadura a la exCapital del petróleo.
No se repusieron del todo de ese ‘desastre’ evitable los comodorenses -ya que el Chenque viene avisando de 1995 que se iba a desperezar aunque su dirigencia siguiera dormida-, que otra vez una nueva ‘plaga’ parece cernirse sobre los habitantes, ahora con la carencia de agua, donde se comenzó también a legitimar desde el discurso oficial otra ‘atadura con alambre’, implementando horarios y lugares de ‘recarga’ de agua y canillas comunitarias, como en los más primitivos e históricos campamentos extractivos.
‘El cronograma rotativo se ajustará según el consumo y aporte de agua del Sistema Acueductos’, dicen con solemnidad, sin registrar no golpe ni vergüenza. Y aunque se habilitaron tres puntos de carga de agua las 24 horas en diferentes zonas de la ciudad para atajar la bronca, incluyendo la Planta Santa Lucía, Ciudadela y un punto en la Zona Sur, por supuesto, la comunidad, está harta de los inconvenientes con los servicios básicos y de las excusas recurrentes de lo que ahora pasó a identificar como ‘casta’, y contra la que comenzó a despotricar en colores por redes, medios y cuanto soporte encuentra a mano.
Sencillamente porque las puertas del verano, los comodorenses otra vez presienten que pasaran días y hasta semanas pivados del vital elemento, que al decir del populismo más académico, su acceso es -en definitiva- el más básico derecho humano.
Un problema que se origina tanto en las desinversiones públicas (municipal, provincial y nacional, todas del mismo sello por ahora) como a falta de mantenimiento y gestiones de la Cooperativa, histórica escurridero de divisas que usufruta un servicio monopólico, pero por sobre todo por falta de planificación de las sucesivas dirigencias y gestiones municipales, encargadas tanto de detectar las necesidades a corto, mediano y largo plazo, como de gestionar para atajar a tiempo (o por lo menos intentarlo), todos y cada uno de los problemas que se da en todas las ciudades del mundo, pero por supuesto con grandes diferencias de sacrificios de sus pobladores.
De hecho, algunas de las cuáles visitó este año el intendente Juan Pablo Luque tratando de ‘aprender in situ’ y replicar en su terruño, por ahora con poco éxito.
Increíblemente, muchos comodorenses sienten que se ha desaprovechado años de bonanza incoparables de ingresos petroleros, mientras ahora la Cuenca envejece, madura o sencillamente se seca de proyectos privados, con la falta de derrame consiguiente, a la espera de un crecimiento urbano que podría haber sido exponencial, (con o sin palmeras). En contraste, está quedando una ciudad muy crecida y con dolores de parto permanente, como para seguir conteniendo con improvisaciones y ‘corriendo de atrás’ los colapsos.
De allí la importancia de analizar que se hizo en todo este tiempo con los dineros públicos, antes que otra vez -por arte de magia-, el aprediz de turno saque otro conejo del sombrero con forma de Presupuesto 2024, que por supuesto terminará aprobando el Deliberante sin chistar, y sin analizar ni hacer rendir cuentas de la ejecución del anterior.
Por caso, si bien muchas de las obras que podrían solucionar problemas urbanos como el recambio de acueductos, que dependen de fuertes inversiones nacionales y provinciales, muchas otras bien podrían atajarse con inversión municipal. Plata no les falta.
El Presupuesto 2023 por ejemplo contempló un gasto Municipal de 39 mil millones de pesos, de los cuáles un 57% aproximadamente se destinó a sueldos ($13 mil millones) y gastos operativos. (Ver Presupuesto de Comodoro Rivadavia 2023) ¿A dónde se destina concretamente el otro 40% de los millonarios ingresos como para que la ciudad funcione tan mal y con tantos inconvenientes públicos?
Esos son los interrogantes que la ciudadanía espera que se contesten y de eso parece que le habló en las urnas el pasado domingo a los ‘capos’ y ‘padrinos’ de la ciudad-estado.
Por el contrario, el peronismo local, lejos de tomar nota de las urnas, parece seguir cómodo en su oneroso autismo dirigencial, tratando de ponerle lectura a medida al balotaje y a las provinciales, para seguir superviviendo, aunque sea en los tirantes del poder.
Según el senador y actual presidente del PJ, Carlos Linares, que ya anticipó el Congreso partidario para marzo para pensar en jugar elecciones en 4 años, «La gente en Comodoro Rivadavia acompaño por más de 14 puntos a Luque como candidato a gobernador y hoy nos toca perder de esta forma. Nosotros llevamos un proyecto político que, con Othar (Macharashvili), se van a cumplir 16 años; entonces la gente está votando a un proyecto local, un proyecto provincial y un proyecto nacional», tradujo. Con este enfoque el referente busca reinterpretar la grieta en un escenario mucho más trillado, pero donde el peronismo buscará mantenerse en pie en una de las tres esferas de poder que lograron retener en Chubut, que es precisamente Comodoro. Una ciudad con enormes problemas, pero con caja (por ahora) y sobre todo dirigencia con poca verguenza.
Como decía Confucio: “En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”
*Soy Juana de Arco, amiga de Murray… y ceniza de tantos