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8 agosto, 2022

Alerta ambiental por cianuro: denuncian tambores de veneno en la mina de Sierra Grande sin plan de disposición final

Una inspección de Nación por la mina de hierro corroboró el material altamente contaminante pero no hay abordaje para su erradicación. En la comunidad alertan por el riesgo ambiental que conlleva el deambular del veneno vinculado a la minería.

Alerta ambiental por cianuro en la región: Denuncian tambores de veneno en la mina de Sierra Grande, sin plan de disposición final

Cinco tambores de cianuro están acopiados en un polvorín que pertenece a la mina de hierro de Sierra Grande. Sin embargo, no hay ningún plan propuesto para su disposición final, y, debido a esto, un legislador denunció su existencia para que el gobierno de la Provincia indague y se ocupe de hallar un destino para los tóxicos. El caso trajo alertas en la zona que ya ha tenido experiencias con procesos extractivos sin remediación. Y también trajo reflexiones en comunidades tentadas por explotaciones mineras que prometen el no uso de venenos, o en su defecto su adecuado manejo y disposición final. Algo que en los hechos carecería absolutamente de protocolo, según las propias autoridades intervinientes.

El veneno se encuentra en el mismo lugar en el que está almacenada una gran cantidad de PCB, otro compuesto altamente contaminante que en su momento se encontraba en los transformadores de energía eléctrica, detalló el diario local Río Negro al hacerse eco de los reclamos de un concejal.

El gobierno nacional está llevando adelante un programa para disponer de ese material, que, tal como ocurre aquí, se encuentra arrumbado en varios puntos del país. Debido a esto recientemente funcionarios del área realizaron una visita a la mina. Allí se descubrió, además, el cianuro. Pero para éste no existe un abordaje que promueva su erradicación.

 

El lugar donde aparecieron los tanques de cianuro es un polvorín de acopio. La zona está expuesta a inclemencias como posibles inundaciones, derrames e incluso incendio.

 

“La existencia del cianuro quedó en evidencia cuándo la comitiva nacional realizó una inspección ocular en ese polvorín. Lo riesgoso es que tanto los locales como el resto de los presentes no parecieron preocuparse por ese otro veneno. Y si bien para el PCB se iniciará un proceso con la intención de que se realice su disposición final, para este tóxico no hay planes” manifestó Facundo Montecino Odarda (Frente Renovador), el dirigente que alertó sobre el material.

Debido a esto el legislador envió tres notas, con la intención de que el tema se aborde. “Le mandamos una a la Defensora del Pueblo, otra a la titular del área de Ambiente Dina Migani y la última al procurador general Jorge Crespo para que instruya a los fiscales”. Hasta el momento no hubo novedades sobre las actuaciones de cada uno de los destinatarios.

 

¿El mismo veneno que años atrás se trasladó a Las Grutas?

En 2011 tres tambores de cianuro provenientes de Sierra Grande fueron hallados en un campo ubicado al sur de Las Grutas, propiedad de la familia Tarruella. La denuncia de un vecino del lugar alertó acerca del tema, y el área de ambiente de la Provincia intervino para que el material retornara, ya que se supo que formaba parte del pasivo ambiental de Hiparsa, que la Provincia debía remediar.

Se desconoce si esos toneles hoy son parte de la partida hallada en el polvorín de la mina.

En su momento el tema provocó una profunda indignación. Se descubrió que el contador y por entonces liquidador de los bienes de Hiparsa Alejandro Tarruella fue quien contrató a la cooperativa de servicios Cotrasao para mover los citados toneles desde Sierra Grande hasta el balneario, sin ningún recaudo y de manera ilegal. Lo que nunca se supo fue la intención que tuvo esa maniobra.

Hoy, ese compuesto químico que es sumamente tóxico tanto para los seres humanos como para el medio ambiente vuelve a estar en la mira de las autoridades.

Las promesas mineras y el repliegue de la explotación de hierro dejaron cientos de casas vacías, vidas trastocadas y un pueblo fantasma que lucha por reconvertirse. 

 

La peligrosidad del cianuro para la comunidad

El cianuro es una sustancia extremadamente tóxica que con bajas dosis puede causar la muerte en cuestión de minutos, sin embargo al disolverse en agua formando el cianuro de hidrógeno aumenta hasta 10 veces su toxicidad y solo hacen falta 0.3 miligramos por kilo para causar graves daños a la salud de una persona.

Los tanque de cianuro no poseen mayor resguardo que su acopio en contacto con el suelo y hasta abiertos.

 

El cianuro en cualquiera de los casos es letal para el ser humano y otros seres vivos: daña el cerebro y el corazón y puede producir coma y la muerte, mientras que a exposición más baja puede provocar dificultad para respirar, dolor de pecho, vómitos, alteraciones en la sangre, dolor de cabeza y dilatación de la glándula tiroides.

Esta mina que es uno de los mayores reservorios de hierro de América del Sur, fue explotado hasta la década del ’90 y dos décadas después comenzó a reactivarse.

Actualmente la empresa MCC Minera Sierra Grande está en manos de empresarios chinos y desde el 2007 explota el yacimiento, pero la abrupta caída del precio de hierro planchó la actividad minera a escaso mantenimiento para que la mina no se inunde y se garantice la ventilación y tenga al menos las galerías en condiciones a la espera de la reactivación productiva.

Precisamente estos riesgos de semiabandono son los que rodean los tanques con cianuro detectados por funcionarios nacionales en su recorrida. En la empresa quedarían unos 50 trabajadores de los 580 que supo tener en su momento de mayor esplendor de comandos chinos.

Sierra Grande se encuentra a escasos 11 kilómetros de la mina, por lo que la peligrosidad que expone el almacenamiento de sustancias trae siempre malos recuerdos del destino de ‘zona de sacrificio’ que se proyectó para esta postergada latitud rionegrina. Desde la explotación del hierro y todo su impacto, hasta los proyectos de instalar un complejo nuclear,  a la actualidad con las nuevas promesas de producción de hidrógeno verde y las inversiones de una empresa australiana que aún no desembarcó, la zona sigue en la mira de la megaminería.

En diciembre del año pasado se supo que son cientos los permisos de cateos exploratorios de minerales que se concedieron. Los alrededores de Valcheta son el epicentro del uranio en el sur de Río Negro, mientras que en la zona de Jacobacci, la mirada está puesta en el oro subterráneo y en un amplio radio circundante, desde Pilcaniyeu hasta Sierra Grande, crecen en modo satélite decenas de cateos en busca de minerales valiosos, que superan las 200.000 hectáreas con permisos exploratorios en el último año.

A diferencia de Chubut, Rio Negro no ha tenido grandes oposiciones a la minería y se buscaría precisamente ‘anclar’ posibilidades en la zona en cercanías a comunidades con ‘experiencia’ minera como fue la pujanza de Sierra Grande durante la exHipasam.

La localidad y sus asentamientos aledaños sin embargo han logrado reconvertirse y sobrevivir con otras propuestas menos ambiciosas pero más sustentables, como el desarrollo turístico y ambiental que se concentra mayoritariamente en Las Grutas y Playas Doradas. La gran preocupación de la gente es entendible: «¿Si no pueden controlar la disposición de cinco tanques de cianuro, que podemos esperar si llega a haber megaminería a gran escala?», reflexiona palabras más menos un vecino del lugar.

Porque de hecho, todos estos desmanejos extractivos ponen en jaque no sólo la calidad de vida de los lugareños sino su nuevas perspectivas de sustentabilidad, tal como apuntan desde el Concejo Deliberante. Un tema para seguir de cerca.

 

*RN/RCH