1 julio, 2022
Alberto reivindicó a Perón y a la liturgia del movimiento, para llamar a la unidad del FdT
Alberto Fernández participó este viernes del acto que se realiza en el histórico salón «Felipe Vallese» de la central obrera que conduce el triunvirato compuesto por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña.
El presidente Alberto Fernández renovó un llamado a la «unidad» de los argentinos como condición básica para lograr una «patria libre, justa y soberana» y, al recordar el legado del tres veces mandatario y fundador de Partido Justicialista, Juan Domingo Perón, sostuvo que «el poder pasa por la capacidad de convencer» que, dijo, «es una tarea más ardua pero más segura».
Alberto Fernández fue el orador central del acto organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT) en homenaje a Juan Domingo Perón por el 48° aniversario de la muerte del líder justicialista, ocasión en la que dio un discurso en el que reivindicó la figura del tres veces presidente, defendió el rumbo de su gobierno y exhortó a la unidad del gobernante Frente de Todos (FdT).
Flanqueado en el escenario del salón «Felipe Vallese» de la CGT, por dos de los integrantes del triunvirato que conduce la central obrera, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), el Jefe de Estado inició su discurso resaltando la figura de Perón a quien definió como «un hombre inmenso» que significó «un antes y un después para la Argentina».
Tras trazar un recorrido sobre la trayectoria política del expresidente fallecido el 1 de julio de 1974, Alberto Fernández sostuvo que Perón fue el artífice de «la mayor revolución social» que experimentó la Argentina, a partir de la implantación de los derechos laborales, pero también por su aporte en el impulso de la educación y la salud pública.
Ante un salón colmado y que contó con la presencia de gobernadores, funcionarios nacionales y dirigentes gremiales y sociales, Fernández, presidente del Partido Justicialista a nivel nacional, resaltó que Perón «impulsó la salud pública con la figura de Ramón Carrillo» y consideró que sus opositores «fueron impiadosos» con su obra de gobierno.
Asimismo, recordó que sufrió el exilio y hasta se prohibió que fuera nombrado después de su derrocamiento, a la vez que señaló que «la presión social del pueblo fue tan grande que debieron permitir su retorno a Argentina».
En otro tramo de su discurso y un día antes del acto que también en homenaje del caudillo justicialista protagonizará mañana en Ensenada, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirtchner, el Presidente pareció enviar un mensaje hacia el interior del FdT.
Fue cuando afirmó que Perón advirtió en su último mandato que era «indispensable crear valores para gobernar» y sostuvo que el expresidente creía que «el poder pasa por la capacidad de convencer».
«El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, el poder pasa por convencer», sostuvo el mandatario, para agregar luego que esa es «una tarea más ardua pero más segura».
Y abundó: «Perón nunca necesito una lapicera. Lo importante no eran las herramientas que se usaban, sino para qué se usaban: para preservar los derechos en la Argentina».
Perón –manifestó el jefe de Estado– «fue un pragmático que entendió que lo más importante eran las herramientas para mantener los derechos» y consideró que en la actualidad «hay que darle vida a la economía popular», cuyos actores «no pueden quedar desamparados» en el actual contexto mundial.
Sobre la marcha de la economía, remarcó el crecimiento sostenido, un incremento del 82% en la recaudación fiscal y la creación de 1.200.000 nuevos empleos.
«Llegamos al gobierno para poner el equilibrio (económico y social) que se había roto. En el peor escenario tuvimos que enfrentar deudas, ordenar la economía, reconstruir el sistema de salud. Y lo estamos haciendo», dijo optimista el mandatario.
Por otra parte, afirmó que durante la pandemia de coronavirus «se vio lo que significaba la presencia del Estado» y recordó que, «a pesar de haber recibido un país endeudado», su gobierno trabajó para que «ningún argentino se quedara sin atención médica».
En esa línea, consideró que «si después de la pandemia no se entiende que debemos hacer un mundo más igualitario es que no entendimos nada», y citó a Perón al afirmar que «la única forma de realizarse es en comunidad».
El Presidente también reclamó poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia «porque es tiempo de reencuentros» en un mundo que sale de una pandemia, y consideró que en el actual contexto global «los argentinos tienen que estar unidos para tener una patria libre, justa y soberana».
El acto, que se hizo en el Salón Felipe Vallese de la central obrera, fue convocado por el Partido Justicialista con el lema «Perón siempre vuelve», en homenaje por el 48 aniversario del fallecimiento del expresidente.
Alberto Fernández llegó al histórico edificio de la calle Azopardo poco después de las 18, y junto a algunos integrantes del Gabinete nacional se dirigió primero al 4 piso de la central sindical (donde esté el salón donde se reúne normalmente el Consejo Directivo) para mantener una reunión con dirigentes de la CGT, de la que también participaron algunos gobernadores como el bonaerense, Axel Kicillof.
Además de Kicillof, en el acto estuvieron presentantes los mandatarios provinciales, Jorge Capitanich, (Chaco); Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca), y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
Además de funcionarios nacionales, como el canciller, Santiago Cafiero; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; los ministros, de Interior, Wado de Pedro; de Economía, Martín Guzmán y de Justicia, Martín Soria.
Otras figuras del Gabinete fueron el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; de Seguridad, Aníbal Fernández; de Cultura, Tristán Bauer; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; de Obras Públicas, Gabriel Katopidis; de Turismo y Deportes, Matías Lammens; y de Agricultura, Julián Domínguez, además de la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti, y el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi.
Entre los sindicalistas, estuvieron Antonio Caló (UOM), Hugo Moyano (Camioneros), Juan Carlos Smith (Dragado y Balizamiento), Gerardo Martínez (Uocra), Amadeo Genta (Municipales porteños) y Mario Calegari (UTA).
Entro los dirigentes sociales estuvieron el coordinador nacional de Barrios de Pie y Subsecretario de políticas de integración y formación en el Ministerio de Desarrollo Social, Daniel Menéndez, el referente del Movimiento y secretario de Economía Social, Emilio Pérsico y Luis D’Elía.
También llegaron hasta el salón Felipe Vallese, Gabriel Fuks (designado embajador ante Ecuador) y el diputado nacional Julio Pereyra y el exintendente de Berazategui, Juan José Mussi.
En una de las butacas de la sala también se ubicó Carlos Pascual, más conocido como «Tula» o como el bombista mayor del PJ, como se autodefine, quien contribuyó a la liturgia peronista del acto.
El Presidente estuvo acompañado por gobernadores, ministros e intendentes del peronismo, en un acto marcado por la liturgia peronista y con la presencia de un amplio abanico de dirigentes políticos y sindicales que se dieron cita en este acto.
La sede de la CGT, ubicada en Azopardo 802 de la Ciudad de Buenos Aires fue vallada en sus inmediaciones, para recibir la visita de Fernández con el fin de homenajear al fundador del justicialismo en el acto convocado bajo el lema «Perón siempre vuelve».
La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) Capital, la Unión Docentes Argentinos (Uda), el Sindicato de Alimentación y Trabajadores de los Espectáculos Públicos llenaron de banderas las rejas de la parte trasera del edificio de la Facultad de Ingeniería, que dan al frente de central obrera.
Un grupo de militantes aguardaron desde la tarde bajo una intensa llovizna, cubiertos por sombrillas partidarias, en la intersección de la avenida Independencia y Azopardo, donde se colocó una pantalla para que se pudiera seguir el discurso presidencial.
Sindicalistas de la Uocra agitaron la espera con cánticos y bombos mientras se acercaban las 17.30, hora en la que estaba programado el inicio del acto.
Para ese entonces, en el salón histórico del edificio de la CGT, «Felipe Vallese», comenzaron a presentarse algunos funcionarios y referentes de la economía popular, como el coordinador nacional de Barrios de Pie y subsecretario de Políticas de Integración y Formación en el Ministerio de Desarrollo Social, Daniel Menéndez; el referente del Movimiento y secretario de Economía Social, Emilio Pérsico y el dirigente social Luis D’Elía
Poco tiempo después, se sintieron los primeros aplausos de la jornada con la llegada del histórico dirigente sindical ferroviario y exdiputado Lorenzo Pepe al salón de actos de la central obrera.
Cerca de las 18.10 el presidente arribó a la CGT y mantuvo una reunión con los gobernadores de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y de Catamarca, Raúl Jalil; los ministros del Interior, Eduardo Wado de Pedro; de Economía, Martín Guzmán; de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero; de Trabajo, Claudio Moroni; la diputada nacional Victoria Tolosa Paz y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz; junto Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), dos de los titulares de la CGT.
A las 18.30, la sala del acto comenzaba a ocupar su capacidad para 300 personas con butacas ubicadas en dos filas que miraban hacia el escenario, donde además se habían colocado dos pantallas, para pasar imágenes de Perón durante la alocución del mandatario.
La espera dio lugar a saludos, abrazos y fotos entre los funcionarios que se acomodaban en sus asientos.
Del lado derecho de la sala, se ubicaron los gobernadores y el gabinete, mientras que en el sector izquierdo quedaron los dirigentes sindicales, y por detrás los referentes de las organizaciones sociales.
En la primera fila de los mandatarios se ubicaron, además de Kicillof y Jalil, los gobernadores Ricardo Quintela (La Rioja); Jorge Capitanich (Chaco); Osvaldo Jaldo (Tucumán); el jefe de Gabinete, Juan Luis Manzur; la ministra de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, María Álvarez Rodríguez; la senadora catamarqueña Lucía Corpacci; y la vocera presidencial Gabriela Cerruti.
En la segunda fila se sentaron los ministros Cafiero, de Pedro, Matías Lammens (Deporte), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Aníbal Fernández (Seguridad), Juan Cabandié (Ambiente) y Tristán Bauer (Cultura), y Tolosa Paz.
En tanto, Pérsico se ubicó junto al diputado nacional Agustín Rossi, y los ministros Moroni; Martín Soria (Justicia) y Julián Domínguez (Agricultura), junto al intendente de la Matanza, Fernando Espinosa.
Entre los sindicalistas, estuvieron Antonio Caló (UOM), Juan Carlos Smith (Dragado y Balizamiento), Gerardo Martínez (Uocra), Amadeo Genta (Municipales porteños) y Mario Calegari (UTA).
El tercer integrante de la central obrera, Pablo Moyano (Camioneros), no pudo estar por un compromiso en la provincia de Chaco, pero sí asistió su padre, Hugo Moyano.
Hasta las 18.40 se esperó por la entrada del presidente que se dirigió hacia el escenario, acompañado por Daer y Acuña, junto a dos referentes de la Juventud Sindical.
El acto inició con las estrofas del Himno Nacional argentino, entonado a cappella por una cantante.
Luego de rememorar las palabras de Perón, «jamás en la conducción política hay que obligar a nadie hay que persuadir» y de explicar que «el poder pasa por la capacidad de convencer», el característico bombo de Carlos Pascual «Tula» retumbó junto a los aplausos.
«Gracias Tula por tu bombo, me pone contento verte aquí», le dirigió un especial saludo el presidente desde el escenario.
Así también volvieron a sonar las palmas junto al ritmo que imprimía «Tula», cuando el presidente reclamó ponerle fin a la guerra entre Ucrania y Rusia, e instó los argentinos a «estar unidos para tener una patria libre, justa y soberana».
Al cerrar el acto sonó la tradicional marcha peronista, que convocó a todos a cantar mientras con sus brazos formaban la identitaria «V» peronista.