2 agosto, 2021
Esta semana el Presidente tomará juramento al intendente Zabaleta en Desarrollo y definirá el sucesor en Defensa. La negociación con la Vicepresidenta por la «oxigenación» del equipo ministerial luego de las elecciones para la segunda parte del mandato.
Esta semana, según cálculos en despachos oficiales, debería asumir en Desarrollo el intendente Juan Zabaleta (Hurlingham). El alcalde ganó así una caja codiciada por La Cámpora y los movimientos sociales.
La emergencia por la salida de Rossi, en cambio, obligó a otras negociaciones: esta mañana de domingo Santiago Cafiero tiene cita en la residencia presidencial, con el reemplazo en la carpeta de temas urgentes. Por suerte para el oficialismo, la pirotecnia en la interna de Juntos por el Cambio logró disimular el malestar ministerial por ver un nuevo destrato nivel Marcela Losardo.
La ex ministra de Justicia, socia profesional del Presidente, se fue «agobiada» por presiones K que el albertismo no logró contener. Fernández reveló su renuncia una semana antes de anunciar su sucesor, lo que dio muestras de improvisación.
La abrupta expulsión de un Rossi, una de las habituales espadas mediaticas a favor del Gobierno, algo que se le reclama a varios, generó un agujero negro que podría materializarse en diciembre, luego de las elecciones.
La idea de una «oxigenación» del gabinete es recurrente en el albertismo. Se rumoreó obligada desde un cristinismo que reclamaba a Cafiero en la boleta. Fernández logró retener a su jefe de gabinete pero, por distintas razones, admiten como cierta en la Casa Rosada la acusación K de «funcionarios que no funcionan».
Lo llamativo es que, aún con sus errores, Arroyo y Rossi no entraban en esa categoría. La Vicepresidenta apunta a otros funcionarios, pensando a mediano plazo.
De relación ambivalente con Martín Guzmán, la economía es una de las ramas del Gobierno en la que Cristina se muestra más ajena. Pragmática, para evitar una interna que afectara las perspectivas electorales, la Vice admitió a regañadientes usar los DEG del FMI al pago de deuda y no en volcar al consumo como quería. Se llevó, eso sí, una compensación de ampliar más el gasto de lo que hubiera querido el ministro.
A Guzmán se suman Matías Lammens (Turismo) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, entre otros, son algunos de los albertistas que desde el kirchnerismo miran de reojo.
Estos meses de campaña, y sobre todo el desempeño que conseguirán los elegidos de Alberto en las urnas, marcarán los pasos a seguir de Cristina Fernández de Kirchner para ver si interviene el gobierno para la segunda parte del mandato de Alberto.