ChubutLine.com "Periodismo Independiente" - Noticias, política y un análisis de la realidad diferente - directora@chubutline.com - redaccion@chubutline.com



19 octubre, 2021

Alberto insiste con Chubut, territorio hostil para el universo K

Alberto insiste con Chubut, territorio hostil para el universo K

 

Por Juana de Arco*

 

¿Cuántos votos piensa ganar Alberto para arriesgarse a volver a Chubut después de las lamentables experiencias que terminaron a los piedrazos limpios en la comarca? El tema parece que no es cuanto, sino como poder atenuar el efecto debacle que sintió el FdT en algunos territorios como Chubut, un bastión indomable desde que don Mario le hiciera ‘pata ancha’ a la Señora, a base de provincialismo puro.

Si es por cantidad, después de todo La Matanza duplica en almas con un millón ochocientos mil voluntades a la bien alejada Chubut. Pero en todo caso en la populosa tercera sección del sur del conurbano bonaerense, el oficialismo pudo cantar victoria dentro de las ocho secciones donde le fue bien, (aunque no le alcanzó para arrebatarle los 4,3 puntos por encima que Juntos le sacó en el principal bastión electoral del país que es la Provincia de Buenos Aires), mientras que en Chubut, Alberto y Cristina están a punto de perder dos bancas en el Senado y hasta el quorum propio, nada menos que a mano de un novato impúber como ‘Nacho’ Torres. Simplificando por supuesto.

Si se repitieran los resultados de las PASO, lo que parece bastante probable por lo menos en el interior profundo, el oficialismo perdería en seis de las ocho provincias, todas a manos de Juntos por el Cambio, además de bajar al tercer lugar en Córdoba. Y el Frente de Todos caería de 41 a 35 senadores a partir de diciembre próximo.

En otras palabras, el oficialismo requerirá de un levantamiento de vara brutal, o al menos, dos aliados provinciales para poder habilitar y aprobar sus proyectos. Algo que según dicen ya tendría de palabra, con dos senadores dispuestos a bancar al oficialismo para garantizar quorum. Se trata de Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia-Misiones) y Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), sin embargo, en política a las palabras se las lleva el viento, como se sabe, y ambas fuerzas provinciales estarían ya recalculando ese ‘compromiso’ en perspectiva a 2023, pensnado en no jugarse a pleno a costa de sus propios destinos.

De allí la súper necesidad de revertir el perfil derrotista y buscar enemigos debilitados para frontonear y mostrar múculo. De hecho, no han sido muchas las provincias visitadas por el Primer Mandatario donde no se le cobren facturas complicadas.

En este caso, con la venida a Chubut, Alberto le pisa el territorio al massismo arcionista en momentos donde el gobierno provincial sigue en crisis de sueldos y acaba de reclamar una reparación histórica por la coparticipación cedida a Nación. En ese marco, el reflote de las reuniones en Capitales Alternas eligiendo a Comodoro para reunir a 14 ministros nacionales, y acercando dinero y promesas de un futuro mejor, se supone que es para tratar de darle una mano a un peronismo provincial que hace rato no logra levantar cabeza y ver si pueden arrimar un legislador propio más en unos días. El tema es que la visita presidencial se producirá en el momento más flojo de imagen de Fernández, algo que no ayuda para nada a la dirigencia provincial, donde el mandato de los demás partidos es precisamente la ‘provincialización’ y nunca la ‘nacionalización’.

 

 

 

Entre el poco entusiasmo privado y los formalismos públicos

 

 

Como sea, no se sabe si por mandato de la vice que nunca pudo hacer pie en Chubut, o por estrategia propia, Alberto estará aquí para verlo y contarlo. El folclore militante estará puesto por los gremios casi exclusivamente, ya que el entusiasmo del sector privado se va moviendo con cautela con los diferentes actores del poder, de acuerdo a la tendencia que van mostrando las urnas, y a las dificultades para verse en una foto con un oficialismo demasiado proclive a los intervencionismos y unilateralismos.

Entre otras cosas el Presidente llega a Comodoro en pleno debate por la nueva Ley de Hidrocarburos poco consensuada y donde le retacea injerencia a las Provincias productoras en términos de avales a inversiones, y definiciones de políticas en torno a sus propios recursos. Mientras que pisará Madryn luego de aplicar la «doble vara» con la que el Gobierno viene manejando su relación con el sector corporativo, esta vez con la única productora de alumino primario del país. Donde, por un lado le garantizó el precio de la energía para que Aluar pueda reactivar el desarrollo de la cadena de valor de su producto primario y reactivar el 25% de la planta parada en pandemia, pero por otro le paralizó las operaciones de Fate, afectada por las restricciones impuestas por el Banco Central para cancelar los pagos de sus importaciones.

Por todo eso y algo más, la figura de Alberto -para los observadores finos- representa la punta del iceberg de un proyecto de poder que subyace en la coalición gobernante y es la que manda en las sombras de las políticas públicas que van surgiendo, y de allí la transitoriedad de sus determinaciones, la viscosidad de su peso específico y la cautela privada.

Este martes su paso por Chubut seguramente dejará bastante tela para cortar, nada menos que a dos días de una fecha emblema como el Día de la Lealtad Peronista. Una recreación militante que tendrá su momento multitudinario en el Predio Ferial comodorense.

Mientras que desde la formalidad de gestión el Presidente concentrará a casi todo el Gabinete nacional en una reunión ‘alterna’ donde firmará convenios y comprometerá obras, como para atenuar el reproche que sonó fuerte y claro por estos días: que sobre 38 obras prometidas para Chubut en 2020, se descartaron 24. Un antecedente que otra vez deja tecleando la fe en la palabra del Ejecutivo nacional.

 

 

El massismo, tomando distancia

 

 

En todo ese marco, si Arcioni no es de la partida de ninguno de esos eventos como anfitrión provincial, evidentemente se trata de un gesto que explica todo, y además que podría marcar la apertura de aguas del propio Massa dentro del Frente. Otro flanco interno que ya viene haciendo ruido y apunta a Massa como todo un surfer por domar la ola que podría arrastrar a Alberto, pensando en su propia costa a 2023.

Para eso el presidente de la Cámara baja empuja la gran concertación nacional entre las agrupaciones políticas más importantes, empresarios y trabajadores; una especie de ‘Moncloa’ que viene anunciando para después de las elecciones. Y que si bien no despierta entusiasmo en casi nadie, es una manera de mostrar un intento convincente para salvar la coalición de Gobierno y acompañar las ideas del cristinismo puro.

En el fondo y tal como lo describen fuentes confiables, Massa entiende que no hay modo, ni anuncios, ni fantasma de Macri ni cambio de gabinete que vaya a dar vuelta el resultado electoral de manera contundente, y en el mejor de los casos, se conseguirá que la derrota no se profundice a niveles insostenibles y no se propague de las Legislativas.
“Sergio quiere ser presidente y quiere serlo en 2023. Percibe que concitó el beneplácito de Máximo y que las dudas que sobre él tiene Cristina, su hijo puede pulirlas. Cree que el eventual segundo mandato de Alberto murió antes de gestarse y que el propio kirchnerismo sabe que cualquier candidato de su riñón tendrá los votos del núcleo duro, pero el de nadie más”, tal como lo describe S.R.

En fin…así las cosas, en vísperas de la luna llena de octubre cargada de potencia, con las energías de Júpiter y Mercurio directo, y la del siete a flor de piel y mente, habrá que ver como capitaliza esta vez la atomización política provinciana sin descuidar la interna grande, el ariano visitante.

 

*Soy Juana de Arco,… amiga del ‘Aceituna’ y ceniza de tantos