17 septiembre, 2021
EL DATO QUE CONCOCA A LOS CAMBIOS ES QUE EL PARTIDO GOBERNANTE SACÓ 4 MILLONES DE VOTOS MENOS QUE EN LAS PRIMARIAS DE 2019
El presidente Alberto Fernández habló sobre la tensión política dentro del Gobierno y anticipó que tiene «bastante avanzado» los recambios ministeriales y la renovación del gabinete, luego de que varios ministros y funcionarios vinculados a Cristina Kirchner pusieran sus renuncias a disposición. Voy a ordenar el gabinete y terminar con esta discusión», sentenció.
Los dichos del jefe de Estado fueron publicados por el portal El Destape, y en los últimas horas otros medios nacionales confirmaron la versión que sería oficializada en breve.
Según el reporte, los cambios tendrán «una fuerte impronta peronista» y se prevé que no habrá incorporaciones del riñón cristinista. Pero también que el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro mantenga su lugar.
Entre quienes presentaron su renuncia al Presidente para que disponga de ellas hay ministros de primera línea y funcionarios de organismos clave. Entre ellos Martín Soria (Justicia), Fernanda Raverta (ANSES), y Luana Volnovich (PAMI). Será Alberto Fernández quien decidirá si siguen o no en sus cargos.
A la par, una gran mayoría de funcionarios decidieron bajar el tono de la confrontación tanto de quienes responden a Alberto como los que reportan a Cristina. Entre ellos Kicillof reunió a los intendentes e interrogado por no pronunciarse al respecto prefirió mantener la neutralidad y sortear la discusión interna. Del mismo modo referentes como Berni, que sería un posible reemplazo, salió a poner paños fríos relativizando la interna como parte de los ´disensos´ propios del peronismo, más allá del cimbronazo institucional nacional e internacional que tiene el conflicto de la alianza gobernante.
Un quiebre entre Fernández y Cristina tendría impacto en el bloque oficialista tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. Incluso si el Frente de Todos se mantuviera unificado en el parlamento para evitar un drama mayor, la tensión podría hacerse sentir entre los legisladores que responden a la vicepresidenta y los que no.
De hecho, ocurrió durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri, donde el Partido Justicialista (PJ), entonces oposición, mantuvo la unidad en el Congreso hasta que se les hizo insostenible a todos y el kirchnerismo finalmente se abrió de los que respondían directamente a los gobernadores.
El escenario principal es el Senado, por ser la jurisdicción de Cristina Kirchner y el lugar desde donde le marcó la cancha varias veces a Fernández con acciones como el congelamiento del pliego de Daniel Rafecas como procurador, el proyecto para modificar la Ley de Ministerio Público Fiscal y la declaración que le pedía al Gobierno no usar los fondos frescos del FMI para pagar deuda externa, entre otras.
Entre los 41 votos que tiene hoy el bloque oficialista, la vicepresidenta cuenta con un significativo número de lealtades, pero también hay legisladores que responden al gobernador de su provincia. En este punto cobra importancia el apoyo que algunos mandatarios peronistas le manifestaron a Fernández en el marco de la pelea.
Dos de los senadores que más se destacan por su alineamiento con la presidenta de la Cámara alta son el neuquino Oscar Parrilli, ex secretario general de su pasada presidencia, y la mendocina Anabel Fernández Sagasti, cuadro de La Cámpora y una de las mujeres de mayor confianza de la ex mandataria.
Un quiebre entre Alberto y Cristina tendría impacto en el bloque oficialista tanto del Senado como de Diputados
Además, a partir de la renuncia de Jorge Taiana para asumir como ministro de Defensa, Cristina Kirchner sumó hace pocos meses otra legisladora de inquebrantable lealtad como es la bonaerense Juliana di Tullio, quien además tiene experiencia en la pelea parlamentaria por su paso como jefa del bloque de Diputados.
El porteño Mariano Recalde, quien tuvo un rol muy activo en el laboratorio de campaña del Frente de Todos, es otro de los referentes del kirchnerismo en el bloque, junto con el rionegrino Martín Doñate, la fueguina María Eugenia Duré, la chaqueña María Inés Pilatti Vergara y la puntana María Eugenia Catalfamo, entre otros.
Sin embargo, un elemento central de la trama parlamentaria es que este año hay elecciones legislativas y que las primarias, en las que el Frente de Todos sufrió una durísima derrota, dejaron un indicio sobre la futura conformación del Senado. Con los mismos resultados en los comicios de noviembre, el oficialismo quedaría con 35 bancas.
En esa reducción de la bancada se irían algunas de las otras figuras del kirchnerismo en la Cámara alta, como la santafesina María de los Ángeles Sacnun, y la correntina Ana Almirón.
Por otra parte, senadores como el misionero Maurice Closs, el sanjuanino José Uñac, el puntano Adolfo Rodríguez Saá, el entrerriano Edgardo Kueider, el correntino Carlos «Camau» Espínola y el riojano Ricardo Guerra son senadores con autonomía frente al kirchnerismo, algunos por ser «punto» de sus gobernadores y otros por simple cuestión de afinidad.
Tanto en el círculo «cristinista» del bloque como fuera de él hay, senadores que están buscando su reelección con la lista del Frente de Todos, como Fernández Sagasti o Espínola, por lo que la crisis entre el Presidente y su vice tiene, además, esa otra interrogante: cómo disputar una elección legislativa en nombre de un Gobierno dividido.
Entre los senadores que ingresarían por el Frente de Todos, hay también varios nombres más ligados a los gobernadores que a la vicepresidenta, como el santafesino Marcelo Lewandowski y los tucumanos Pablo Yedlin y Sandra Mendoza.
El bloque del Frente de Todos, liderado por Máximo Kirchner, también se componen de diferentes sectores políticos aunque, en este caso, son más que en el Senado, porque el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, tiene a los suyos en su calidad de tercer socio de la coalición.
Además de Kirchner, que junto a Massa está tratando de hacer de mediador en el conflicto gubernamental según deslizan fuentes del bloque, la bancada del Frente de Todos cuenta con el santafesino Marcos Cleri y las bonaerenses Vanesa Siley y Cristina Álverez Rodríguez y la cordobesa Gabriela Estévez.
La tensión podría hacerse sentir entre los legisladores que responden a la vicepresidenta y los que no.
El también bonaerense Leopoldo Moreau, de origen radical, se movió en los últimos años como uno de los alfiles del kirchnerismo en el Congreso, al igual que el porteño Carlos Heller. Rodolfo Tailhade, Florencia Lampreabe y Daniela Vilar engrosan la lista. Además, se incorporaría Constanza Alonso, concejal de La Cámpora de Chivilcoy.
Sin embargo, al igual que en el Senado, el bloque se vería reducido si se repitiera en noviembre la caída del oficialismo en las PASO del 12 de septiembre. Pasaría de 120 a 117 diputados, incluido Massa, que no vota a menos que haya empate.
La renovación parlamentaria implicaría la salida de algunas figuras del kirchnerismo entre las que se destaca Fernanda Vallejos, quien fue noticia en medio de la aguda crisis que atraviesa el Gobierno por la filtración de varios mensajes de audio en los que llama «ocupa», «mequetrefe» e «inquilino» de la Casa Rosada al Presidente.
Sin embargo, La Cámpora pone pocos lugares en juego en esta elección dado que en 2019 varios de ellos migraron al Poder Ejecutivo nacional o provincial, como Eduardo «Wado» de Pedro, Andrés «Cuervo» Larroque y Luana Volnovich.
En este turno la organización kirchnerista pone en juego una sola banca, la de la santafesina Josefina González, aunque esperan sumar nuevas figuras como la santafesina Magalí Mastalar, la jujeña Leila Chaher y la rionegrina Ana Marks.
El cimbronazo en la alianza gobernante no podía ser otro si se considera que las eleccioens de medio tiempo son un termómetro para analizar el rumbo político y la aceptación ciudadana de una gestión. El domingo último Juntos por el Cambio se consagró ganador de las PASO: obtuvo la victoria en 16 de las 24 provincias del país, mientras que el Frente de Todos sólo se impuso en 6. De las 8 provincias que eligen senadores nacionales, 6 fueron para la oposición y sólo 2 para el oficialismo. Este es un dato de la realidad inapelable que desencadenó enfrentamientos sobre el modo de gestionar a partir de ahora.
En síntesis, para el ‘cristinismo’ se debería ampliar el déficit fiscal para atender las necesidades de la gente con más emisión, y sobre todo buscar posponer el pago de la deuda externa para dentro de 10 años, además de realizar camibios profundos de gabinete con un giro mucho mas evidente hacia la izquierda.
Mientras que para el ‘álbertismo’ se debe terminar de ejecutar el presupuesto que venía a media máquina, profundizar atención social pero evitando emisión y sobre todo cumplir con los acuerdos con el FMI, manteniendo la moderación de centroizquierda sobre todo en función del crecimiento de JpC hacia donde fue girando el voto. Ahora también accediendo a cambios de gabinete pero con menos recambio del que exigirían sus aliados.
Según un relevamiento de Chequeado, a nivel nacional el Frente de Todos cosechó en 2019 11.060.233 votos en las elecciones PASO para la Cámara baja, un 44% de los votos válidos, mientras que este domingo consiguió 4 millones de votos menos que en las primarias de 2019, según datos del escrutinio definitivo publicados en el AE del politólogo Andy Tow.
En el caso de Juntos por el Cambio, en 2019 para la Cámara de Diputados, la coalición de Mauricio Macri consiguió 8.029.216 votos, un 32% de los votos, mientras que en las elecciones del domingo último obtuvieron casi 800 mil votos más.
El otro dato importante es el crecimiento del Frente de Izquierda (FIT) que en el comparativo creció en intención de votos de manera destacable imponiéndose como tercera fuerza política nacional, algo que el kirchenrismo destaca como dato para reclamar un giro mas definido hacia la iaquierda. La izquierda en 2019 alcanzó el 4,70% de votos mientras que en 2021 ascendió a 5,18%.