3 julio, 2020
FATIGA, CONFUSIÓN, OBNUBILACIÓN MENTAL Y PROBLEMAS VINCULADOS AL TRATAMIENTO
Cientos de miles de pacientes de coronavirus con enfermedad grave que sobreviven y dejan el hospital se enfrentan a un nuevo y difícil desafío: la recuperación. Muchos tienen dificultades para superar una serie de inquietantes síntomas residuales, y algunos problemas podrían persistir durante meses, años e incluso el resto de su vida.
Los pacientes que vuelven a su casa tras haber estado internados por falla respiratoria grave por el virus sufren problemas físicos, neurológicos, cognitivos y emocionales.
Y deben transitar el proceso de recuperación mientras la pandemia continúa, con todas las tensiones y la reducción de recursos que acarrea.
“La cuestión no es sólo: ‘Ah, la pasé muy mal en el hospital, pero gracias a Dios estoy en casa y todo volvió a la normalidad’”, dijo el Dr. David Putrino, director de innovación en la rehabilitación del Sistema de Salud de Mount Sinai de Nueva York. “La cosa es:
‘La pasé muy mal en el hospital y ¿saben qué? El mundo sigue en llamas. Tengo que enfrentar eso mientras también trato de ponerme de algún modo al día con lo que era mi vida anterior’”.
Aún es demasiado pronto para decir cómo será la recuperación para estos pacientes. Pero la siguiente es una mirada a lo que han experimentado hasta ahora, qué podemos aprender de los pacientes recuperados con experiencias médicas similares y los desafíos que muy probablemente haya por delante.
Hay muchos. Los pacientes pueden salir del hospital con cicatrices, daños o inflamación que todavía necesita curarse en los pulmones, el corazón, los riñones, el hígado u otros órganos. Esto puede ocasionar una serie de problemas, como trastornos urinarios y metabólicos.
El Dr. Zijian Chen, director médico del nuevo Centro de Terapia Post-Covid del Sistema de Salud de Mount Sinai, dijo que el mayor problema físico que está viendo el centro es la dificultad para respirar, que puede ser resultado de disfunciones pulmonares o cardíacas o de un problema de trombosis.
“Algunos tienen una tos intermitente que no se va y les hace difícil respirar”, señaló. Otros incluso reciben oxígeno por vía nasal en su casa, pero esto no los ayuda lo suficiente.
Pacientes que estuvieron conectados a un respirador informan dificultades para tragar o para hablar más alto que en susurros, habitualmente resultado temporal de la inflamación que causa el tubo del respirador que pasa a través de las cuerdas vocales.
Muchos pacientes experimentan debilidad muscular tras haber estado acostados en una cama de hospital durante tanto tiempo, dijo el Dr. Dale Needham, médico de cuidados críticos de la Escuela de Medicina Johns Hopkins y líder en el campo de la recuperación de la terapia intensiva. En consecuencia, pueden tener problemas para caminar, subir escaleras o levantar objetos.
Los daños o la debilidad de los nervios también pueden reducir la fuerza muscular, explicó Needham.
Los problemas neurológicos pueden provocar también otros síntomas. Chen dijo que el centro post-COVID de Mount Sinai ha derivado casi un 40% de pacientes a un neurólogo por problemas como fatiga, confusión u obnubilación mental.