2 mayo, 2024
El domingo 2 de mayo de 1982, la flota argentina en la Guerra de Malvinas sufrió el golpe más duró. La respuesta llegó dos días después y marcó la historia.
Hace 42 años, el domingo 2 de mayo de 1982, la flota argentina en la Guerra de Malvinas sufrió el golpe más cruento en el conflicto. El hundimiento del crucero ARA General Belgrano, atacado por un submarino enemigo, dejó 323 muertos.
El buque había sido enviado el 16 de abril a la zona, como parte del Grupo de Tareas 29.3, junto con los destructores ARA Piedrabuena y ARA Bouchard. Partió desde la Base Naval de Puerto Belgrano y tenía la misión de atacar a los buques ingleses que arribaran a las Malvinas.
Había sido comprado en 1951 durante el gobierno de Juan Domingo Perón a la armada de Estados Unidos, que lo había usado durante la Segunda Guerra Mundial. Había estado en un suceso clave de esa contienda, el ataque japonés a Pearl Harbor, en 1941.
El General Belgrano había salido de la zona de exclusión 12 horas del ataque, para prevenirse de los bombardeos de aviones Sea Harrier ingleses. El submarino HMS Conqueror lo detectó al mediodía del domingo y lo siguió durante cuatro horas. Esperaba órdenes desde Londres para decidir un ataque. Finalmente, llegaron.
El ataque se produjo cuando el buque argentino navegaba a 35 millas al sur de la zona de exclusión determinada por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas. Se produjo el domingo 2 de mayo a las 16.01, cuando, con una diferencia de pocos segundos, tres torpedos MK-8 fueron lanzados por el Conqueror desde una distancia de 5 kilómetros.
Los dos primeros lograron su objetivo de penetrar en el buque y dañarlo, mientras que el tercero golpeó en el casco, pero no explotó.
El primero impactó cerca de la proa del barco y el segundo golpeó hacia la parte trasera. Estalló en la sala de máquinas trasera, atravesando las áreas cercanas de la tripulación y abriendo un agujero de 65 pies en la cubierta. La explosión anuló gran parte de los sistemas electrónicos y de radio de la nave. No se pudo bombear agua ni emitir una llamada de socorro.
De los 1.093 tripulantes que el General Belgrano tenía a bordo murieron 323. Casi la mitad del total de muertos argentinos en la guerra.
En documentos desclasificados de 2005 figura que el submarino británico se quedó a observar los daños al buque argentino y luego decidió la retirada.
A las 16.23, 22 minutos después del ataque, el capitán Héctor ElÍas Bonzo ordenó abandonar el crucero y los tripulante comenzaron a abordarse los 72 botes de emergencia. Media hora después, a las 17, el crucero se sumergió en las aguas del océano Atlántico con unos 300 tripulantes dentro. Otros murieron en los botes. 770 marinos lucharon por sobrevivir.
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El rescate fue complicado y algunos combatientes lograron ser evacuados cerca de las 20 del lunes 3 de mayo, mientras otros recién estuvieron a salvo en las primeras horas del martes 4.
El ataque al Belgrano alejó cualquier posibilidad de cese al fuego y avivó el conflicto, cuando el entonces presidente de Perú, Fernando Belaúnde Terry, buscaba un acuerdo entre Argentina y Gran Bretaña.
Dos días después, Argentina respondió con un ataque con misiles contra el destructor británico HMS Sheffield, en el que murieron a 20 británicos.
Fue una acción coordinada entre un SP-2H Neptune explorador y dos Super Etendard. Usaron una táctica nunca antes empleada en la historia de la aviación militar: la combinación “explorador-avión de ataque”.
Neptune descubrió el blanco mediante el procesamiento de sus señales electrónicas. Enseguida transmitió la información.
Se ordenó el despliegue de los Super Etendard de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque. El 3-A-202 estaba al mando del Capitán de Corbeta Augusto Bedacarratz y el 3-A-203 al mando del Teniente de Fragata Armando Mayora. Los aviones estaban equipados con misiles Exocet AM-39.
Durante la aproximación, el Neptune fue actualizando a los pilotos sobre la posición, rumbo y velocidad del Sheffield.
Finalmente lo detectaron los radares de los aviones. Los pilotos lanzaron sus misiles, que causaron el hundimiento del destructor británico, seis días después, el 10 de mayo.
Este ataque misilístico representó un hito en la historia y en las tácticas y doctrina de la guerra aeronaval y por eso, conmemoración de esta acción, se instituyó el 4 de mayo como el Día de la Aviación Naval de la Armada Argentina.
*EP