17 febrero, 2023
El índice que elabora la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales se redujo 15,75% en el inicio del año, con respecto a diciembre. También incide la incertidumbre política y económica.
Campo: La sequía también reduce la actividad inmobiliaria rural
La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) advirtió por un “fuerte impacto de la sequía en la actividad inmobiliaria rural”.
Así lo expresó al difundir el primer índice de actividad sectorial (Incair) del 2023, que reflejó una caída del 15,75% en relación a diciembre, y se ubicó en uno de los peores niveles desde el piso de fines de 2019 y comienzos de 2020.
Según la CAIR, el valor de enero estuvo “afectado por la estacionalidad estival, habitual durante este período”, pero a eso se sumó que “la fuerte sequía en casi todo el país continuó impactando directamente en la actividad”.
Además, “la situación política y económica sigue sin un rumbo claro, lo que incide directamente en la toma de decisiones al momento de vender o comprar un campo”, completó la Cámara.
Un informe elaborado por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) afirma que el mercado ha entrado en una “leve aunque esperanzadora reactivación en la dinámica de los negocios”, producto, entre otras cosas, que los valores de la tierra parecen ya haber tocado un piso.
Aunque el efecto de la sequía, el calentamiento y permanente impacto de clima y medidas nacionales condicionan las tendencias inmobiliarias vinculadas al campo.
El reporte asegura que el segundo semestre de 2022 fue “mejor que los últimos tres o cuatro semestres anteriores”, porque “comenzó una lenta pero sostenida recuperación de la actividad”.
En lo que respecta a las operaciones de compra-venta, el documento de CAIR asegura que la actividad se incrementó, debido a que aumentaron las consultas y hubo una mayor cantidad de pedidos concretos de inversores “que saben lo que buscan y cuando lo encuentran, muchas veces terminan dispuestos a pagar algo más de lo que tenían presupuestado”.
Esto constituye un cambio de tendencia, ya que hasta mediados del año pasado, era el revés: solía ser el vendedor el que terminaba cediendo, cerrando sus operaciones a un valor menor al de sus aspiraciones.
“Estos cambios de tendencia, generaron una leve aunque esperanzadora reactivación en la dinámica de los negocios. Más movimiento, más revisaciones y ofertas que, si bien siguen siendo inferiores a las esperadas, cuando existe verdadera vocación de venta y de compra, suelen llegar a buen final, y en este escenario parecería que hay más vocación por comprar”, expresa el relevamiento.
Para CAIR, las características que complican que estas operaciones se generalicen aún más “son las de siempre”: necesidad de financiación de difícil instrumentación, el acuerdo concreto del lugar de pago (local o en el exterior), los costos bancarios de movimientos de fondos, sumado a los aspectos impositivos, como el impuesto a los débitos y créditos e ingresos brutos.
En este marco, un aspecto que impulsa al mercado es que la Cámara estima “con cierta seguridad”, que “el proceso de baja de valores se detuvo”
“Afirmamos, aunque no en forma categórica, que ya habría un piso en los valores de la tierra”, remarca el estudio.
*IC/ CAIR