2 abril, 2022
En la mañana del sábado 3 de abril, un grupo de periodistas de Chubut entre los que se encontraban los fallecidos Pablo Dratman y Cachín Romero, junto al fotógrafo Quique Almendra partió hacia las Islas en un avión del Ejército. El testimonio de esa experiencia narrada por el fotógrafo.
Los periodistas de el diario El Chubut pudieron sumarse a medio centenar de periodistas de todo el país que cubrirían el inicio de la guerra y las expresiones políticas del hecho en territorio.
Quique tenía en aquel entonces 24 años, tal lo relató en una nota del propio diario hace dos años para evocar aquel viaje cuya misión era realizar la cobertura periodística del desembarco. En un primer momento los periodistas chubutenses se encontraban cubriendo una reunión multisectorial de políticos en Comodoro, aunque al finalizar no volvieron al Valle, se quedaron en esa ciudad.
«Había rumores que parece que iba un avión a Malvinas, vimos que venía cualquier cantidad de periodistas y nos fuimos al avión, subimos y nos querían bajar, claro, éramos tres periodistas de Trelew, querían que fueran los de Buenos Aires», recordó el fotógrafo sobre el periplo para viajar en la aeronave.
«Entonces, Cachín hizo fuerza para que nos quedáramos, y nos quedamos de prepo, ya estábamos arriba, no nos bajamos más y fuimos. Ponele que había 100 para ir, y fuimos 50, el avión era chiquito, del Ejército, y tenía lugar para esa cantidad, después creo que fueron más, pero nosotros fuimos los primeros» periodistas en pisar Malvinas un día después del desembarco. «Los aviones que iban primero iban solamente con soldados, y después se hizo este viaje especial», relató.
El avión salió a las 10 de la mañana del Aeropuerto de Comodoro, «debe haber durado más o menos una hora. Yo fui con mi cámara», apuntó Quique, evocando que «en principio nos habían dicho que íbamos a estar una hora en Malvinas, fue el 3 de abril, pero nosotros nos quedamos un día más, nos volvimos el 4. Nos quedamos una hora y media dando vueltas, empezamos a caminar de un lado a otro y cuando volvimos el avión ya se había ido, lo hicimos medio a propósito, para quedarnos. Eramos seis los que nos quedamos sin avión, porque se vino enseguida».
Según recordó el fotógrafo de ese viaje, «no teníamos miedo, no éramos conscientes de nada, si después hasta queríamos volver. Era un lugar muy chiquito, en algunos de ellos nos decían ‘por aquí no, puede haber dinamitas’, pero caminamos y charlamos con los soldados que se acercaban».
En otro momento de la charla para rememorar aquel día en las islas y sobre el trato con quienes vivían allí, contó, «lo que se decía afuera, era que nos recibían contentos, pero los kelpers no nos querían ni hablar. Pasaban en moto al lado nuestro intimidantes. Algunos se nos acercaban por curiosidad. Yo no sabía inglés, así que me decían algo y no lo entendía. Cachín más o menos hablaba el idioma». La única noche que durmieron en la isla, lo hicieron en un galpón que consiguió el comandante García, según recordó. «Nos quedamos en un galpón grande, pero ni dormimos. Allá hacía frío».
En lo referente a su trabajo, en aquellas horas en Malvinas «tomé fotos al rolete, deben haber sido seis rollos de 36 fotos, las revelaba acá, eran todas en blanco y negro», contó sobre una pregunta en ese sentido, y reconoció que quedó mucho por hacer. «Yo cuando llegué, pensé que íbamos a ir otra vez, después fuimos a Comodoro y nos quedamos unos 15 días yendo al aeropuerto, pero directamente ya no se podía. Nos quedó mucho por hacer». Quique es de Trelew, tiene 5 hijos y 7 nietos, y hoy se encuentra jubilado de la profesión, pero el viaje a Malvinas lo marcó de por vida y hoy es parte de la historia viva.
*ECH