18 julio, 2024
EL PRESIDENTE MILEI ESTUVO PRESENTE EN EL ACTO PESE A LAS PRESUNTAS AMENAZAS RECIBIDAS
«¡Hagan su trabajo!», el fuerte descargo del presidente de la AMIA al Congreso y la Justicia
«¿Cuántas décadas más tienen que pasar?», reclamó Amos Linetzky durante el acto homenaje por el aniversario del ataque.
El presidente de la AMIA, Amos Linetzky, encabezó el acto a las víctimas del atentado a la mutual judía en el 30° aniversario, y cuestionó que la Justicia no haya avanzado en la condena a los responsables.
Ante la presencia de Javier Milei y su gabinete, Linetzky cuestionó a diputados y senadores por no modificar las leyes para combatir al terrorismo. “Parece mentira que hayan pasado 30 años de esa fría mañana. 30 años sin una sola persona respondiendo por este ataque. 30 años en los que el Estado argentino miró para otro lado, colmado de paciencia, demoras y errores”, lamentó.
Y agregó: “30 años que nos enseñaron la pobre actuación de una fiscalía dedicada exclusivamente a la causa AMIA, con la mayor cantidad de personas del país trabajando en un solo caso pero que no generó avances significativos en los últimos 10 años. 30 años en los que países como Qatar, Rusia, Siria, Bolivia y Nicaragua permitieron que personas acusadas pasen cómodamente por sus fronteras, violando las alertas rojas de Interpol y, en algunos casos, recibiéndolos con honores. 30 años sin que nuestro poder legislativo reaccione y actualice nuestra legislación”.
En otro tramo de su discurso, apuntó contra los legisladores nacionales. Consideró que “haber sufrido dos atentados terroristas no parece ser suficiente para que entiendan que al terrorismo no se lo puede prevenir, investigar y juzgar con las mismas herramientas que a un delito común”. “¿Cuántas décadas más tienen que pasar? ¡Hagan su trabajo!”, se quejó.
Por su parte, los familiares de las víctimas de la AMIA se manifestaron contra el gobierno de Javier Milei: «Basta de impunidad, no nos callamos más».
«Que se vayan. Estamos todos afuera y ellos sacándose fotos, es una falta de respeto. Que se corran los que no son familiares directos», le gritaron a la vicepresidenta Victoria Villarruel, al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona y al diputado nacional de La Libertad Avanza, José Luis Espert, entre otros miembros del gabinete.
El ataque a la mutual judía dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos. El pedido de justicia que sigue vigente.
En el barrio porteño de Balvanera, una Trafic blanca convertida en coche bomba estalló
contra la entrada del edificio de la AMIA, cuando faltaban siete minutos para las diez de la mañana del lunes 18 de julio de 1994, jornada que a partir de ese momento se convirtió en una de las fechas más negras de la historia argentina.
Desde entonces, 30 años han pasado sin que la investigación judicial ni las acciones de los distintos gobiernos hayan arrojado resultados satisfactorios para los familiares de los 85 muertos y los 300 heridos, que provocó ese ataque terrorista.
En total, 77 víctimas estaban dentro de la sede de la mutual judía y otras 18 en la vereda o en edificios aledaños al momento del atentado, cuyos responsables siguen impunes.
Aunque la comunidad judía de la Argentina es la más numerosa de América latina y una de las principales del mundo, el atentado fue tomado por la colectividad, la Justicia y los gobiernos como un ataque a la sociedad argentina toda.
La iniciativa del gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner para acordar con Irán el interrogatorio en Teherán a los acusados terminó rodeada de polémica, rechazo, inconstitucionalidad y resultados nulos.
Ahora, el gobierno del presidente Javier Milei intenta implementar el juicio en ausencia para avanzar con el proceso que apunto a los iraníes.
El 17 de marzo de 1992, la comunidad judía ya había sido objeto de otro atentado, cuando una camioneta Ford F-100 explotó frente a las puertas de la Embajada de Israel, que entonces se ubicaba en el barrio porteño de Retiro, y como consecuencia de lo cual murieron 27 personas y más de 100 resultaron heridas.
Dos años después, la Asociación Mutual Israelita Argentina se encontraba organizando los preparativos para el festejo del primer centenario de su creación.
La organización había sido fundada grupos de inmigrantes judíos y tenía por objetivo brindar ayuda y asistencia a las personas de esa comunidad que planeaban radicarse en el país.
El viernes 15 de julio de 1994, tres días antes de la explosión, una Traffic blanca fue estacionada en la playa de estacionamiento Jet Parking, a tres cuadras de la sede de la mutual, ubicada en Pasteur 633 e inaugurada en 1945.
A las 9:53 del lunes 18, ese vehículo, cargado con 400 kilos de un explosivo de nitrato de amonio, TNT y nitroglicerina amonal, se estrelló contra el edificio de la calle Pasteur.
La explosión produjo un cráter de seis metros de profundidad, mató a 85 personas -una gran mayoría jovenes y niños- y dejó daños materiales por 15 millones de pesos/dólares, mientras que la onda expansiva dejó sin agua y sin luz a las manzanas vecinas y destruyó decenas de propiedades de la cuadra.
Desde ese momento, sin novedades judiciales a la vista, sobre el atentado a la AMIA se produjeron miles de artículos periodísticos y decenas de libros, ensayos y videos, así como
centenares de testimonios orales, expresiones artísticas, imágenes y actividades educativas.
Cada 18 de julio a las 9.53 en la reconstruida sede de Pasteur 633 se hace sonar la sirena que buscar fortalecer la memoria y redoblar el reclamo de justicia.