20 agosto, 2021
EL GOBIERNO AVANZÓ CON EL PROYECTO DE INCENTIVOS AL SECTOR, EL QUE ENTRARÍA LA PRÓXIMA SEMANA AL CONGRESO
Presentan la ley de inversiones petroleras: calmar al dólar, apurar Vaca Muerta y otros objetivos a 20 años
El Gobierno nacional finalmente avanzó con el proyecto de Ley de incentivos a la producción de petróleo y gas, el almacenamiento y las exportaciones. Además detatalló incentivos para los diferentes yacimientos, -a la par del empuje a Vaca Muerta- un tema que tranquilizó a Chubut.
Tantas veces anunciado, finalmente llegó el día. La Secretaría de Energía elevó a Legal y Técnica el texto final del proyecto de ley para fomentar las inversiones petroleras en todo el país durante los próximos 20 años, con el objetivo de apurar el desarrollo en todas las cuencas (pero principalmente en la formación Vaca Muerta) y sustituir importaciones para calmar al dólar.
La norma sería enviada en los próximos días al Congreso Nacional y contiene distintos regímenes de promoción, que incluyen incentivos como la posibilidad de acceder libremente a una parte de los dólares por las exportaciones, zanahorias impositivas, la «institucionalización» del Plan Gas y el intento de garantizar una estabilidad fiscal prolongada en el tiempo.
La propuesta apunta a «resolver los desafíos del sector, generando incentivos que impulsen la inversión, sin dejar de atender el frente fiscal, cuidando el abastecimiento interno e impulsando la soberanía energética», informaron oficialmente.
Como ejemplo, en el Gobierno estiman que las importaciones de gas rondan los u$s 2500 millones por año, que se podrían reemplazar con mayor producción local y ventas al exterior en condiciones firmes.
La «Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas» fue impulsada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para evitar la salida de divisas del Banco Central (BCRA), ya que entiende que el sector es uno de los grandes consumidores de dólares que desequilibran la balanza comercial, pero a la vez tiene el potencial de dar vuelta la ecuación.
A la «restricción externa» que enfrenta la economía argentina hace décadas se le sumó en los últimos años la necesidad de importar combustibles para no tener que cortarle el gas a las industrias; en 2011 se revirtió por primera vez en 25 años el superávit comercial energético y desde entonces siempre hubo un rojo en la balanza sectorial.
Buena parte del trabajo fue realizado por Demián Tupac Panigo, hombre de Guzmán con cargo en el directorio de la petrolera estatal YPF; el asesor energético Santiago López Osornio; y Ariel Kogan, mano derecha del secretario de Energía, Darío Martínez.
También fue articulado con los secretarios de Política Económica y Tributaria, Fernando Morra y Roberto Arias, respectivamente; dependencias del Ministerio de Desarrollo Productivo, con Matías Kulfas a la cabeza; y el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Federico Bernal.
Después de varios meses de trabajo y discusión con los gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), las cámaras empresariales, los sindicatos y las pymes proveedoras, en el Gobierno aseguran que tienen el apoyo de todo el Frente de Todos para contar con un amplio respaldo legislativo, en especial de las provincias patagónicas que podrían ser las mayores beneficiarias de esta ley: Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut.
La ley de fomento a las inversiones está dividida por capítulos. A grandes rasgos, los funcionarios esperan bajar el costo de capital y subirse al tren de la oportunidad para exportar petróleo y utilizar el gas de Vaca Muerta como el combustible de la transición energética.
También tiene como objetivo promover el transporte, compresión, separación, tratamiento, almacenaje y la industrialización de los hidrocarburos y sus derivados a través de procesos que los utilicen como materia prima, incluyendo -sin limitación- la petroquímica, la producción de fertilizantes, licuefacción de gas natural y la refinación de combustibles.
La norma establece un régimen de promoción para la exploración y producción de petróleo, otro relacionado con la producción de gas natural con incentivos para el compromiso de abastecimiento del mercado interno por parte de las productoras, y la determinación de exportaciones garantizadas en función del incremento de la producción.
El Gobierno también busca el desarrollo de una industria local de proveedores, con generación de trabajo argentino «a lo largo y a lo ancho del país».
El precio interno del barril seguirá siendo negociado entre los actores del mercado, sin la intervención oficial ni desenganchado de los valores internacionales.
Las retenciones variarán entre 0% y 8% y nunca podrán superar este último porcentaje.
También se modificará el Impuesto a los Combustibles Líquidos: volverá a ser, como hasta 2017, un porcentual -ad valorem- y no un monto fijo actualizable cada tres meses, lo que alimentaba la inflación.
Con el 2% de los derechos de exportación, se crearán dos fondos con asignación específica para promover la inclusión laboral con perspectiva de género (administrado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad) y también para premiar los proyectos con menor impacto ambiental, que faciliten el camino hacia la transición energética.
El régimen general para el petróleo establece una línea base de producción por empresa, correspondiente a la mayor inyección en 2019/2020 o el promedio de los doce meses que transcurrieron entre mayo 2020 y abril 2021.
Sobre la producción incremental, se garantizará una exportación ascendente que empieza en el 20%. Las petroleras tendrán acceso libremente a la mitad de los dólares por esas ventas.
Según fuentes oficiales, habrá un incentivo a producir un 50% más que la «línea base», para lograr crecientes cupos de exportación (también de hasta 50%). Se mantiene la prioridad para satisfacer el mercado interno.
Existirán mejores condiciones para la exploración y producción convencional con recuperación primaria, secundaria y terciaria en pozos inactivos, maduros o de baja productividad.
El régimen de promoción del gas: institucionaliza el Plan Gas.Ar, que ya revirtió el declino de la producción y originalmente estaba planteado para terminar en 2024. Se irá extendiendo con nuevos compromisos de inyección y precios de mediano plazo.
En cuanto a los proyectos de importancia estratégica para el país, se establece un «Régimen Especial de Promoción para Proyectos de Exploración, Producción, Industrialización, Almacenaje y/o Transporte de Hidrocarburos y Derivados», con incentivos adicionales fundamentalmente en materia de impuestos.
Además, habrá menores requisitos y mayores beneficios para las cuencas maduras y en declino de producción convencional y para los campos marginales.