17 agosto, 2021
EN CHUBUT, CADA VEZ QUE SE DECLARA UNA 'EMERGENCIA' SURGE UNA CAUSA: EL FISCAL DÍAZ MEYER ESTÁ A CARGO DE ESTE NUEVO CASO
Otra vez Jorge Lanata tiene que venir a Chubut a exponer lo que se sabe en territorio, pero pocos se animan a decir. Este fin de semana un nuevo informe de Periodismo Para Todos (PPT) plantó la denuncia a nivel nacional que corrió como reguero al denunciar que tras más de cinco meses del incendio sin precedentes en Lago Puelo, las promesas de fondos y viviendas transitorias ‘se hicieron humo’.
El experimentado periodista sólo cumplió con el abc del oficio al recibir ‘una pelota picando en el área’: mandar a un equipo de periodistas a confirmar la denuncia que efectivamente existe en la Justicia, y que señala que los fondos de la Secretaría de Hábitat asignados al desastre ígneo por 400 millones de pesos para construir 250 viviendas de emergencia para aquellos que se quedaron sin hogar, aún no llegó. Gol!
Con la ciudad devastada, el Gobierno nacional, tras la tumultuosa visita del presidente Alberto Fernández a la zona, prometió repararlo y dispuso una serie de partidas de emergencia que incluyeron ATN y fondos de la secretaría de hábitat. Pero, según confirmó PPT, aún no habría casas entregadas. Lo grave de todo es que no sólo el gobierno nacional sino tampoco el provincial ni municipal se han ocupado de este abandono social. Y siendo que están todos en plena campaña política, lo que fortalece aún más entre la gente de la comarca la teoría de la intencionalidad de los focos ígneos y de la disputa inmobiliaria por la tierra de la mano de las administraciones de turno. Un tema que también investiga la justicia y que viene de arrastre de 2011.
El concejal Ramiro Ibarra del partido vecinalista “Crecer” fue quien presentó la denuncia en la Justicia, y tras hacerlo, su local partidario fue vandalizado.
El informe incluyó los testimonios de varios damnificados que mostraron las supuestas viviendas de emergencia, unos precarios módulos, con aberturas sin terminar, sin divisiones interna, con el cableado eléctrico expuesto. Además, están elevadas sobre troncos de madera recuperada de los propios incendios, sin tratamiento, que los vecinos aseguran “se pudrirán en menos de un año”.
El fuego arrasó el 9 de marzo pasado con más de 500 casas en Lago Puelo y El Hoyo y hay una investigación en curso que indicaría que los principales focos fueron intencionales. Un hecho gravísimo que el gobierno provincial tampoco se ha ‘entusiasmado’ en esclarecer y que merece el seguimiento periodístico por la recurrencia de estos hechos. ¿Qué pasa en la cordillera con el apoderamiento de la tierra? No es un dato menor que en 2011 en la zona el fuego también arrasó vecindarios populares, con el mismo señalamiento a intereses inmobiliarios apañados por la política. Diez años después los vecinos vuelven a revivir la pesadilla de este tipo de desastre ambiental y social y con el sintomático desinterés público por contener ni reparar la zona.
De hecho, a la fecha, decenas de afectados viven en casillas precarias y sin agua potable ni luz. Otros tantos aún se sotienen en carpas y precarias estructuras de chapa sin las condiciones mínimas de salubridad y en medio de un invierno arrollador. Del relevamiento que organismos provinciales teóricamente hicieron, nada se sabe ni se hizo público. Por el contrario, las últimas ‘visitas’ resonantes han sido en tono intimidatorio por fuerzas de seguridad.
La situación de las comunidades es dolorosa. Por ejemplo, en la parcela 26 de Lago Puelo la tierra está devastada. La corteza de los pocos pinos que siguen en pie está quemada. El gris domina el entorno y combina con el suelo arcilloso de esa tierra, donde decenas de familias resisten como pueden. La misma escena se percibe en la Ecoaldea y el barrios Bosques del Sur. Allí, los colores aún no volvieron a ese rincón de la Patagonia que el fuego redujo a escombros y cenizas la tarde del 9 de marzo pasado.
En ese marco el gobierno nacional hizo anuncios por más de 400 de millones de pesos que los políticos de la región cordillerana aplaudieron. Pero la mayoría de las familias damnificadas aún esperan que se hagan realidad.
Uno de esas promesas era la construcción de 364 viviendas transitorias para que los afectados por el incendio pasaran el invierno. La inversión oficial anunciada era de 345,8 millones de pesos, según informaron el 13 de marzo pasado desde el gobierno nacional. Fue uno de los tantos compromisos que el presidente, Alberto Fernández, dejó tras su breve y tumultuosa visita a Lago Puelo.
Por parte de los medios chubutense poco y nada se ha abordado el tema por estos días, con excepción de los partes oficiales sobre gestiones con el sector productivo para recuperar zonas de producción de fruta fina mediante plantines que llevará años recultivar. Sin embargo la información fluye por diferentes vías. Según un reciente reporte del diario Río Negro que estuvo en la zona afectada por el fuego hace un mes, solo se ve un puñado de viviendas transitorias levantadas, en coincidencia con lo que expuso PPT
De acuerdo al informe de Jorge Villalobos, la mayoría de los damnificados siguen esperando las promesas oficiales y deberán afrontar lo que queda del invierno en precarias casillas que edificaron como pudieron y con la ayuda de fundaciones sin fines de lucro y manos solidarias.
El fuego los dejó sin nada. También se quedaron sin agua potable y luz. Desde hace cinco meses las familias de la parcela 26 viven sin esos servicios esenciales y nadie resuelve el problema. Reciben agua en bidones y combustible para aquellos que tienen generadores. Lo demás es ir contando pérdidas con el transcurso de los días
El Pinar, uno de los barrios populares más grandes de la región, con una historia larga y la complejidad social de cualquier barrio fue uno de los sectores arrasados por el fuego. El Pinar está justo entre la ruta 40 y el punto donde se inició el incendio. Como el nombre lo indica, el barrio se extiende al interior de una extensa plantación de pinos altísimos que el fuego ha consumido casi por completo. Los pinares son una constante en la Comarca Andina desde que los estados provinciales generaron la política de explotación maderera que combinó desmonte de nativos e implantación de especies exóticas.
A la pérdida de biodiversidad que implica la suplantación del bosque nativo por los monocultivos se le suman la baja en la calidad del suelo por el alto consumo de agua y la acidificación que conlleva el cultivo de las especies de rápido crecimiento y una particular propensión del pino a multiplicar el fuego: la sequedad que generan en los suelos, la gran proporción de aceites en su composición orgánica y el efecto multiplicador que tienen las explosiones de las piñas -los frutos de los pinos- han sido algunos de los factores determinantes en la rapidez de la expansión de los incendios del pasado verano en la zona.
Según el colectivo FM Alas de El Bolsón, del otro lado de la ruta 40, un poco más al norte, hay otros dos barrios populares. Bosques al Sur es un barrio que había crecido con la cuarentena decretada frente a la pandemia de Covid19. En esta zona se expone otro conflicto con la tierra que se sospecha, habría sido ‘subsanado’ a fueza de fuego.
Entre personas autogestionadas y viajeros circunstanciales en este lugar se sostuvo una ocupación territorial en predios que el gobierno provincial pretendía traspasarle al Municipio de Lago Puelo para llevar adelante el proyecto de urbanización Radal Norte, que consistía en un loteo social, un área de servicios y una franja de terrenos para negocios turístico-inmobiliarios destinados a unos pocos conocidos a la vera de la ruta 40, lindante con la sede de la brigada de incendios forestales.
Años atrás las tierras detrás de la brigada habían sido ocupadas por un grupo de vecinos que habían conformado el barrio conocido como Eco-Aldea de Radal. Precismanete el segundo foco de incendio fue ‘encendido’ del otro lado del cañadón con el que limitan estos barrios hacia el oeste, en cercanías al lote 41, una zona disputada por intereses inmobiliarios luego del incendio de 2011 de la conocida era de los negocios inmobiliarios con la tierra que se le endilga al exgobierno provincial, una avanzada que núnca termina.
Para los vecinos del barrio no caben dudas de la intencionalidad en este incendio. “En un día prendieron fuego las dos tomas más importantes de Lago Puelo”, afirman categóricamente
“Sabemos que no nos quieren acá. El Municipio nos quiso sacar desde el día que entramos. Y ahora van a querer aprovecharse. Pero no nos vamos a ir”, comparte una vecina del barrio. “Nos vamos a quedar porque sabemos que es la única manera de cuidar los territorios, de no entregárselos a estas lacras. Hay que estar en los territorios y estar juntos, fuertes, unidos. Estos tipos quieren que nos vayamos para poder avanzar con sus proyectos. Nosotros no nos vamos a ningún lado, vamos a conseguir una carpa y vamos a ponernos a laburar para reconstruir nuestra casa. Y todo el barrio va a hacer lo mismo (…)». Una postal cordillerana que evidencia un enorme conflicto por la tierra donde uno de los actores centrales viene siendo el estado.